Un sendero que sigue la ruta histórica de Abraham, una figura central del cristianismo, el judaísmo y el Islam, con un enfoque innovador para el desarrollo
El camino de Abraham, o Masar Ibrahim en árabe, es una ruta de turismo de larga distancia intercultural a lo largo del sendero que alguna vez recorrió Abraham o Ibrahim, el padre del Islam, el cristianismo y el judaísmo. Su longitud es de más de 400 kilómetros y actualmente conecta a 40 comunidades de cuatro países pero a la larga atravesará cerca de 5000 kilómetros y 10 países de Oriente Medio. Mediante la creación de capital económico, humano, social y cultural en comunidades rurales, el sendero representa un enfoque innovador no solo para el turismo, sino también para el desarrollo económico y la consolidación de la paz.
A lo largo del camino, los turistas disfrutan de alojamiento en casas de familia y comidas caseras con las familias palestinas locales, y guías locales muestran el camino mientras comparten sus conocimientos de la historia y cultura de la región. Ambos aportan dinero a la economía local de una manera mucho más importante que las excursiones de un día a Belén, que representan la mayoría del turismo actual en Palestina.
Más de 4000 personas recorrieron el camino desde 2008, la mayoría en Palestina y Jordania.
Expertos del Banco Mundial opinan que la creciente popularidad del Camino de Abraham coincide con una tendencia en aumento del turismo mundial: viajeros internacionales amantes de la aventura que buscan viajes significativos a lugares donde pocos han ido antes, desean experiencias auténticas y únicas que no impliquen el lujo y la comodidad tradicionales.
Estos viajeros también buscan principios éticos y de responsabilidad social de las empresas más elevados y se ven a sí mismos no tanto como turistas de paquete, sino como contribuyentes a nuevas ideas, encuentros y formas de viajar.
Las mujeres son los anfitriones principales a lo largo del sendero de Abraham, administrando y preparando el hospedaje y la comida, sin tener que salir necesariamente de su casa (lo cual es importante en los hogares árabes rurales tradicionales). Las organizaciones locales ayudan a impulsar la venta de artesanías de mujeres del lugar a los caminantes que pasan por sus aldeas o permanecen en ellas. Los jóvenes adquieren y perfeccionan los conocimientos de idiomas extranjeros con los turistas y sacan ventaja para su carrera, mientras sirven de guías a los que pasan.
Además de los beneficios económicos generados por el sendero, las comunidades se benefician del aumento del capital social y cultural: el respeto, la comprensión y los conocimientos adquiridos como resultado de recibir a los visitantes extranjeros en sus hogares y comunidades.
La antigua tradición palestina de hospitalidad, basada en la confianza mutua y la reciprocidad, forma parte integral del Camino de Abraham y conecta a las comunidades locales a otras personas y lugares, cercanos y lejanos.
William Ury, fundador de la Iniciativa Camino de Abraham, compartió en una reciente mesa redonda del Banco Mundial las palabras de un miembro de la comunidad palestina de que el camino “nos conecta con el mundo y nos da esperanza”. El camino ayuda a cambiar las percepciones externas y trae un sentido renovado de identidad cultural local.
Para alcanzar toda su capacidad potencial es necesario invertir más en los guías, las comunidades y las organizaciones no gubernamentales (ONG) que apoyan el camino. Con el apoyo del Fondo de múltiples donantes para la Consolidación del Estado y la Paz (SPF, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial está invirtiendo más de US$2 millones en el desarrollo del propio camino, la capacitación de guías, y el alojamiento en casas de familia, y el márquetin del sendero a través de una central de información virtual, mapas de localización, y medios de comunicación social.
Para respaldar la capacidad y sostenibilidad del camino, el Banco está trabajando en estrecha colaboración con organizaciones locales, como la Iniciativa Camino de Abraham, una ONG que trabaja para descubrir los pasos de Abraham desde su lugar de nacimiento hasta su lugar de entierro en Hebrón, Palestina.
National Geographic ha anunciado recientemente que el Camino de Abraham es el nuevo destino preferido de senderismo del mundo y lo denomina una “caminata que anima el espíritu” y se vuelve extraordinaria por su sentido de inmersión. Además, “le da a los viajeros la oportunidad de moldear su propia perspectiva”.