Como un reflejo fiel de las distintas tramas que hemos ido conociendo de la corrupción, con sus políticos desvergonzados y sus yonquis del dinero, la coca y la prostitución, la película “El desentierro”, ópera prima del valenciano Nacho Ruipérez, es un thriller sin mucho suspense sobre esos asuntos sucios que ya llevan años ocupando una buena parte del tiempo de los jueces.
“El desentierro” está protagonizada por Leonardo Sbaraglia (“Relatos Salvajes”, “Nieve negra”), Jan Cornet (“La piel que habito”), Michel Noher, Jelena Jovanova, Raúl Prieto, Jordi Rebelión, Arben Bajraktaraj, Ana Torrent y hasta veintiocho personajes de diferentes nacionalidades.
La repentina aparición de una mujer provoca que Jordi, recién llegado de Argentina para asistir al entierro de su tío, un conseller de la Comunidad Valenciana, decida investigar el pasado de su padre, Pau, desaparecido hace veinte años y al que todo el mundo daba ya por muerto. Para ello cuenta con la ayuda de su primo Diego. La voluntad de Jordi por llegar al final del hilo de una trama que mezcla asesinos, corruptos y proxenetas, se alimenta por la necesidad de conocer la auténtica historia de su padre, para lo cual deberá rebuscar en las cenizas del pasado. Un pasado que trae y lleva recuerdos de los personajes hasta poner al descubierto oscuros negocios, con pingües e ilegales beneficios, que muchos de sus protagonistas vivieron como si se tratase simplemente de encadenar una fiesta con otra (algunas de ellas en la famosa Ruta del bakalao).
Con los marjales, las plantas del arroz y las acequias de la Albufera como telón de fondo, los dos primos irán cayendo en sucesivas emboscadas, físicas y sentimentales, en su odisea de buscar respuestas y conseguir desenterrar tanto los cadáveres ocultos en la naturaleza como ese pasado que no vivieron pero que pesa tanto en su presente.
Como ya han señalado otros comentaristas, “El desentierro” es un honesto y muy creíble thriller “sobre la basura humana”, sobre “el Levante del milagro económico, la cultura del pelotazo y todas aquellas mafias del ladrillo, y de lo que no es el ladrillo”; una historia policíaca que pone al descubierto las cloacas –palabra muy de moda últimamente– donde se fragua desde la trata de mujeres y la prostitución, hasta la contratación de sicarios y las desapariciones de personas.