La cultura “las pruebas de amor” y sus riesgos virtuales, físicos y psicológicos.
En el mundo internet cierto uso de las TICs contribuye a la violencia de género como pedir contraseñas como “pruebas de amor”, cuando en realidad lo que quieren es abarcar una forma más de controlar a su pareja en sus relaciones, en este caso a través de sus redes sociales.
Está claro que hay gente para todo incluso para controlar, manipular, chantajear, amenazar, extorsionar, difamar… y a través de internet es tan fácil la propagación en rapidez y cuantía…
¿Qué clase de amor demuestra un tipo que te pide tus claves y contraseñas? ¿Para qué las quiere? ¿Es que no tiene bastante con las suyas? ¿Le daríamos así como así las llaves de nuestra casa…?
Pensar que quien te pide las claves y contraseñas es un sinvergüenza es acertado, tanto si a la vez te está diciendo que te quiere, como si no, porque una cosa es decir regalando el oído, y otra demostrarlo sin “regalar nada” ni esperar nada solo por el gusto de compartir con esa persona, sin la propagación a los 4 vientos como máxima meta.
Internet y las TICs afinan el control bestial y feroz bajo la extorsión y la difamación ¿en un instituto, en una comunidad de vecinos, en un pueblo o una ciudad? ¡No, qué va, es a nivel mundial!
Si tenemos en cuenta que en nuestra cultura “a los hombres se les valora más por el reconocimiento y a las mujeres por la reputación” Miguel Lorente “Tú haz la comida, que yo cuelgo los cuadros”, atreverse hoy en día a hacerse vídeos y fotos comprometedoras con smartphones es un riesgo demasiado elevado mientras no haya igualdad, viene a ser como arriesgarse a inmolarse por el rol de género atribuido por la “culturO”.
Se pueden compartir muchas cosas pero ¿las claves y las contraseñas… videos y fotos “comprometedoras”? Es como exponerse demasiado ¿Vale la pena que se entere ¡TODO EL MUNDO!?