Los ecologistas catalanes están tratando de parar las obras de un aparcamiento para cuatrocientos vehículos en zona protegida del Parque Natural Delta del Ebro, ubicado en tierras tarraconenses, cuyo impacto, aseguran, sería grave.
Con el fin de facilitar el aparcamiento de coches en la zona de las playas se corre el peligro de deteriorar esta magnífica zona que acoge a una gran diversidad de flora y fauna. En los primeros días de este mes de julio de 2021 ya se podían ver las obras que se están llevando a cabo junto a la playa de la Marquesa, en el término municipal Deltebre. Se va a acondicionar una hectárea de terreno para que puedan aparcar esos cuatrocientos coches.
El Grupo de Estudio y Protección de los Ecosistemas Catalanes y Ecologistas de Cataluña (Gepec-Edc) ha denunciado las consecuencias medioambientales, porque es una zona de humedales altamente sensibles y que, justo ahora, es época de nidificación de aves. Lo ha notificado en las diferentes administraciones públicas implicadas: Parque Natural del Delta del Ebro, Servicio Provincial en Tarragona del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Ayuntamiento de Deltebre y Dirección General de Políticas Ambientales y Medio Natural. Exigen que se paren las obras y se reconsidere la ubicación.
Algunas de las especies que nidifican en el terreno donde ahora mismo trabajan las máquinas son el camesllargues (Himantopus himantopus), el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) y algunas parejas de canastera (Glareola pratincola), esta última en peligro crítico en Cataluña. Aparte de estas especies en concreto, la zona es refugio y área de nidificación de muchas otras especies que el Parque Natural debería proteger.
En Cataluña se están perdiendo estos ecosistemas de humedales, especialmente los costeros, justamente por la presión urbanística e infraestructuras, como podría ser este aparcamiento. Por este motivo, desde el GEPEC-EdC, consideran «intolerable que se construya este parking que atraería muchas personas y vehículos, ya que fragmentaría el hábitat de manera muy significativa».
Datos del parque natural
El Delta del Ebro constituye el hábitat acuático más extenso de Cataluña. Está considerada la mayor zona húmeda de la comunidad autónoma, con una superficie de 320 kilómetros cuadrados, y constituye uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental.
La avifauna del Delta sobrepasa en mucho el interés local y tiene una máxima importancia internacional. Por eso, en varias convenciones, el Delta del Ebro aparece como zona de máximo interés, por las colonias de cría, anátidas, limícolas y aves marinas, y por el paso de aves migratorias invernantes, incluida siempre dentro de la categoría A, de prioridad de protección urgente.
En el caso concreto de los patos, en los meses de noviembre de 1980 y 1981 se contaron más 75.000 ejemplares, además de unas 16.000 fochas. La situación normal en otoño es una media de 53.000 patos y 13.000 fochas, y en invierno de 26.000 y 5.000, respectivamente. Estas cifras representan más del 90 por ciento de los patos de Cataluña en invierno y un diez por ciento de los invernantes en la Península Ibérica.
Los peces son abundantes por el importante papel que el agua juega en el Delta y por los distintos grados de su salinidad, que va desde niveles insignificantes junto a los ríos, hasta el mar. Los esturiones y las lampreas han disminuido drásticamente, al igual que los sabogues (Alosa sp.).
Sin embargo, han aparecido especies nuevas, como la perca americana (Micropterussalmoides), el lucio (Esox lucius), el pez gato (lctalurus) y el siluro (Silurus glanis).
Aparte de estas, más bien escasas, hay otros bien abundantes: mugílidos, ciprínidos, serránidos, etc., de los que se pescan cientos de toneladas cada año. Las anguilas han sido una pesca tradicional (30 a 50 toneladas anuales y más de cinco toneladasa de angulas). Las especies marinas de doradas, corvinas y muelles han dado también justa fama al litoral deltaico.
En cuanto a los mamíferos, la intensa humanización del Delta hace que la presencia de grandes mamíferos sea esporádica (caso de los jabalíes y los tejones), pero consta la presencia en tiempos pasados de ciervos y corzos. Actualmente, quedan algunos conejos de monte y se crían zorros, pero quedan pocos ejemplares de nutrias, erizos y comadrejas. Son muy frecuentes las ratas de agua, los ratones y las musarañas (Crocidura sp). La población de murciélagos, antes extraordinariamente numerosas, ha disminuido mucho.
Las playas del Delta
Pero esta magnífica zona natural también tiene algo que puede degradarla por completo; las playas. Repartidas por diferentes pueblos, se cuentan nueve. Todas ellas se caracterizan por su «sostenibilidad», ausencia de masificación y un entorno privilegiado. Es decir, son un codiciado objeto de deseo y motivo de explotación.
Esto supuso que, a primeros de 2021, las administraciones intentaran restringir el acceso vehicular a determinadas zonas, no solamente de playas, puesto que una vez finalizado el estado de alarma y las restricciones de movilidad, se observó un considerable aumento de visitantes que podría llegar incluso a la masificación.
Como comentaba Esteve Giralt en La Vanguardia, las imágenes captadas por los agentes rurales desde el aire, con centenares y centenares de coches, furgonetas y autocaravanas estacionadas, han acelerado los planes de regulación. Y recogía la advertencia de Francesc Vidal, director del Parque Natural Delta del Ebro, de que «la masificación se ha agravado con la pandemia y provoca problemas; el Delta es un espacio protegido y muy sensible, no hay más remedio que regular».
¿Regular? En principio, la idea era colocar barreras de acceso a los estacionamientos y cobrar una cantidad determinada. ¿Será ese el motivo de este nuevo estacionamiento, llenar las arcas municipales?