Corresponsal en Mali de las publicaciones francesas Libération, Le Point Afrique y Jeune Afrique, el periodista Olivier Dubois, de 47 años, lleva secuestrado por los yihadistas desde el pasado 8 de abril de 2021.
Crecido en Avignon y residente en Mali desde 2015, el propio Olivier Dubois comunicó el 5 de mayo de 2021, en un mensaje de vídeo, haber sido secuestrado en la localidad norteña de Gao -lugar al que se había desplazado para entrevistar a un jefe de la guerrilla yihadista- por el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM), principal alianza yihadista en el Sahel relacionada con el grupo terrorista Al-Qaeda.
Familiares, amigos y colegas de Olivier Dubois organizaron este jueves 3 de febrero de 2022, una concentración frente al ayuntamiento de Avignon, donde su retrato preside la fachada, pidiendo su libertad y «contra el oscurantismo de las ideas».
En los primeros días del pasado mes de enero, la familia de Olivier Dubois denunció «el insoportable silencio»” de las autoridades francesas sobre este caso, según la información que hoy publica el diario francés Libération.
El 11 de enero, el presidente francés Emmanuel Macron, en su felicitación de año nuevo a los medios de comunicación, aseguró que su gobierno «no ha olvidado» al periodista secuestrado: «Nuestros equipos diplomáticos, militares y otros servicios competentes, llevan a cabo un trabajo incansable (…) estamos plenamente movilizados para conseguir su liberación. El Estado está al lado de la familia».
Más tarde, el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, recordó que «con los secuestrados acabamos obteniendo resultados, pero la principal ley es el silencio» (en las negociaciones).
Aparte de la suizo-francesa Sophie Petronin -convertida al islam y fundadora de la ONG Asociación de Ayuda a Gao, que trabajó por los derechos de la infancia- secuestrada durante cuatro años en Mali y liberada en octubre de 2020, tres ciudadanos chinos, secuestrados en julio de 2021 en el ataque a la cantera de una obra, fueron liberados en noviembre pasado lo mismo que, en diciembre, la religiosa franciscana colombiana Gloria Ceciclia Narváez Argoti, la «hermana Gloria», quien llevaba en manos de sus secuestradores yihadistas desde febrero de 2017.