Mercedes Arancibia
En la mejor tradición del la Quinta República francesa, el presidente Francois Hollande tiene al parecer una amante; al menos eso es lo que ha contado, esta segunda semana de enero de 2014, una revista del corazón (el hígado y otras vísceras) que se ha forrado con el asunto, tirando y vendiendo en veinticuatro horas más de 600.000 ejemplares.
600.000 franceses han pagado por leer seis páginas de pura especulación avaladas, eso sí, por una única foto en la que un tipo más bien bajo y un poquito regordete -que bien podría ser François- dicen que ha salido de un portal, después de pasar la noche con la actriz que se supone es su amante, vestido con un dos piezas impoluto, muy apropiado para ir a desayunar al Eliseo, un casco que le esconde completamente cabeza y rostro, y se sube en el asiento trasero de una moto que conduce “el guardaespaldas del presidente”.
Paréntesis para decir que amante es una preciosa palabra de la lengua francesa, y también del castellano, que dice mucho de sus protagonistas y, en este caso, nada merecedora de sospecha: ambos, el presidente y la actriz mencionada, son solteros… aunque el presidente no “sin compromiso”, porque lleva más de un año recorriendo el mundo acompañado por una atractiva periodista que ha abandonado las artes de escribir reportajes en el semanario París Match para dejar que la llamen “primera dama” y que, en mi opinión y acabe como acabe, va a ser la más perjudicada con todo este asunto. Pero tampoco es una adolescente y ya sabía donde se metía.
A los franceses les encantan las encuestas; les gustan tanto que sus gobiernos, éste y algunos de los anteriores, acostumbran a mandar y legislar respondiendo a los infinitos sondeos que diarios, semanarios, mensuales y programas de televisión difunden a diario. Como no podía ser de otra forma, la encuesta de esta semana es relativa a la especulación sobre los asuntos sentimentales del presidente, la ha publicado Le Journal du Dimanche y ha sido para demostrar que tres cuartas partes de los franceses creen que se trata de un asunto de la vida privada, que ni les concierne ni les interesa.
Como debe ser (en caso de que la encuesta sea real, la pregunta se haya formulado correctamente y los encuestados estuvieran en “modo colaborador” y hayan contestado realmente lo que pensaban). Cada cual a sus asuntos: Hollande estudiando como se explica en una rueda de prensa que tiene convocada para el 15 de enero -en principio para hablar de su tema preferido: “antes de finales de año teníamos que haber invertido la curva del paro, todavía quedan por ver los datos de diciembre 2013”- y los ciudadanos de la Quinta República cavilando acerca de cómo les van a sacar de la crisis que, finalmente y aunque creían haberse librado, también les ha llegado en forma de aumento galopante de tasas e impuestos (la cajetilla de tabaco a más de 7 euros, no es lo más importante pero es una muestra), cierres de fábricas y empresas, despidos masivos, incremento exponencial de las cifras del paro y, como en todas partes, goteo emigratorio de los jóvenes recién licenciados hacia otras latitudes que se llaman Québec, Londres, Berlín y Doha.