«El profesor», de María Alché y Benjamín Naishtat, cuyo título original en Argentina es «Puan[1]», llega ahora a las pantallas de Francia tras el doble premio recibido en el pasado festival de San Sebastián, que ilustra bien las mejores cualidades de esta necesaria y tónica comedia: Mejor guion original, y mejor actor para Marcelo Subiotto.
Tiene «El profesor[2]», además, una cualidad que es el denominador común de las mejores comedias en la historia del cine: la capacidad de reírse de sí mismo, «l’autodérision» es el sustantivo que en francés resume bien esa mirada cómica y critica, lejos de todo maniqueísmo.
Un guion que sus autores han escrito y dirigido al alimón, y cuya génesis empezó en pleno confinamiento durante la pandemia del Covid, es decir tres años antes de su estreno, anunciando premonitoriamente ese fascismo argentino tendencia Millán Astray, manipulado hoy por los Chicago boys, que representa el grotesco personaje de Javier Milei.
La columna vertebral de este guion es evidentemente el personaje muy logrado del profesor de filosofía Marcelo Pena, a través del cual asistimos a una divertida parodia del microcosmos universitario y de la sociedad argentina.
Interpretado con brío por Marcelo Subiotto, veterano actor y dramaturgo multifacético, ese profesor es una especie de antihéroe, un buen padre de familia, desbordado por la energía de su propia mujer militante social, apasionado por la filosofía y la transmisión del saber, tímido, de torpe aliño indumentario, como decía Machado, y perdedor en crisis cuando fallece repentinamente su maestro y mentor en la catedra.
Un hombre perdido en ese mundo nuestro veloz y superficial, en el que al minuto de celebridad televisivo se ha añadido ahora el egocéntrico selfi, como colofón de una sociedad en crisis tan existencial como económica.
Un profesor que, como todos sus colegas mal pagados, y eso si llega la paga, se ve obligado a completar su fin de mes con otros apaños, como divertir y explicar la filosofía a una vieja burguesa, o dar clases en barrios populares, lo que da lugar a buenos momentos de comedia.
Capaz de explicarnos el mundo con humor y mucho sentido común desde Heráclito a Jean Jacques Rousseau, de Spinoza a Hobbes, o José Carlos Mariátegui, las citas son múltiples.
Marcelo se encuentra perdido en ese mundo que escapa a sus convicciones, como un huérfano desorientado que acaba de perder a su mentor. Será su hijo pequeño quien le haga salir de su abstracción, con esa cómica y grave replica: «A tu edad ya deberías tener tus propios sueños».
Ese personaje cuyo registro va del cine burlesco a la comedia italiana, se ve enfrentado con su antítesis: un pretencioso, carismático y «ganador» profesor de filosofía (el actor Leonardo Sbaraglia) que hizo carrera en Alemania y regresa a la Argentina con muchas pretensiones, mientras que su relación con una popular actriz en boga le coloca en las portadas de la prensa y la televisión. Ambos postularán para remplazar al recién fallecido catedrático.
Con el telón de fondo de recortes presupuestarios y de una huelga general contra el brutal cierre de la universidad, asistimos a una divertida y critica mirada sobre esos círculos universitarios, sobre una juventud militante que busca inspiración en el marxismo, y una burguesía argentina en las antípodas de esa pobre Bolivia que sirve de secuencia final al relato.
En su realización Alché y Naishtat han optado por subrayar el tratamiento burlesco, puntuado con fundidos en negro, cortando las secuencias con el cierre circular del diafragma, como se practicaba en el cine mudo.
Un ajustado casting acompaña esta comedia que me atrevo a calificar de necesaria, pues nos hace al mismo tiempo reír y reflexionar, y que a la luz de la tragedia política que vive Argentina se ha convertido además en un símbolo de resistencia contra el fascismo y la ignorancia.
La realidad ha superado de mucho a esta ficción y el gobierno fascista de Milei ha cortado subvenciones a las universidades y servicios públicos, cerrado la agencia de prensa nacional argentina Télam, y prosigue esa política de destrucción y privatizaciones a ultranza que aceleran la desigualdad social y la miseria de la mayoría de la población.
María Alché y Benjamín Naishtat, cuya trayectoria hemos seguido a su paso por el festival de San Sebastián, han cambiado de rumbo con esta película en sus respectivas filmografías, que se habían centrado hasta ahora en el drama.
María Alché, prolífica actriz (fue de joven la intérprete de «La niña santa» de Lucrecia Martel), guionista y directora, tiene en su haber una película que vimos en San Sebastián en 2019 «Familia sumergida» un drama familiar con Mercedes Morán, cuya realización estaba bien marcada por la influencia de Lucrecia Martel («La ciénaga»), cineasta con la que Alché sigue colaborando como guionista.
Benjamín Naishtat tiene en su haber, entre otras, un thriller político que fue premiado en San Sebastián 2019: «Rojo», con el telón de fondo de la dictadura militar y una «Historia del miedo» que trata de esa ansiógena reacción de la gente y del miedo que puede generar la violencia.
Una y otro han abordado siempre temas graves, que van del miedo, a la política, la dictadura, el microcosmos familiar, la violencia, y la muerte de los seres queridos. Temas que encontramos también en «Puan», pero esta vez con claves de comedia burlesca.
Para los estudiosos del cine argentino, recordemos también que la canción que cierra la película es «Nieblas del riachuelo», un tango del compositor Juan Carlos Cobián y del poeta Enrique Cadicamo que canta o casi recita aquí Marcelo Subiotto. Un guiño de los autores a la ‘época dorada’ del cine argentino, pues fue el cineasta Luis Saslavsky quien en 1937, para su película «La fuga», pidió que compusieran un tango para ser cantado por Tita Merello, coprotagonista junto a Santiago Arrieta.
Un tango sobre el desamor, la desilusión, la desolación, nostalgia porteña, broche final que contrasta con la voluntad de esa juventud argentina que afirma en sus pancartas: la batalla, siempre.
- Puan, Nombre de la calle en donde se encuentra la Universidad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, en el barrio porteño de Caballito
- «El profesor» se estrenó en Francia el 3 de julio de 2024
Ver también reseña de su estreno en Madrid por Mercedes Arancibia: