La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) solicitó a las autoridades de México que con «firmeza y urgencia» adopte medidas de protección a favor del personal del semanario Zeta que denunció amenazas de narcotraficantes en represalia por un reportaje sobre sus actividades delictivas.
El 25 de noviembre Zeta de Tijuana, Baja California, incluyó información y diez fotografías en la portada sobre integrantes del crimen organizado, en su mayoría del Cartel Jalisco Nueva Generación, investigados por distintos delitos. Horas después, autoridades de Seguridad de Baja California advirtieron a la dirección de Zeta que uno de los jefes narcotraficantes habría ordenado tirotear el 27 de noviembre las oficinas del semanario en respuesta a la publicación de su foto y la de otros miembros de la banda. Sin embargo, se supo que el ataque habría sido pospuesto.
El presidente la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Roberto Rock, instó al gobierno a «atender con firmeza y de manera urgente esta denuncia a través de su sistema de protección local aplicando medidas cautelares de protección para garantizar la seguridad de todo el personal del semanario».
Rock, director de La Silla Rota, de Ciudad de México, se refirió a Zeta como «una aguerrida publicación que desde hace décadas viene sorteando los peligros del ejercicio periodístico» y que «ha sido blanco de varios atentados», en referencia al asesinado de dos de sus codirectores, Héctor Félix Miranda en 1988 y Francisco Javier Ortiz en 2004, así como un atentado en contra de uno de sus fundadores, Jesús Blancornelas, en 1997.
Desde su fundación en 1980 Zeta ha sido un referente de periodismo independiente en la lucha contra el narcotráfico en el país.