No es sólo la coherente y verosímil entrevista imaginaria que el reputado historiador y profesor Donald Sassoon (Universidad de Londres) hace a Karl Marx a propósito de nuestro tiempo lo que cabe destacar en el sumario del último número (332) de «El viejo topo», entrevista a la que el autor de El capital responde con sabia e irónica lucidez.
La revista se abre con un magnífico artículo de Jean-Luc Mélenchon, perteneciente al libro que este politólogo publicará próximamente en España. El libro llevará por título «El arenque de Bismark» y en él podremos leer, por ejemplo, que el modelo alemán es el de la gestión de una decadencia, con una muy dura crítica a la Gran Jefa Merkel y a su impresentable ministro de Economía, Wolfgang Schäube. El libro es un alegato muy firme contra la hegemonía de la Europa Alemana, tal como la calificó Ulrich Beck. Este capítulo del interesante trabajo de Mélenchon ha de servir, según sus palabras, para «tapar la boca de los admiradores del rigor alemán y otras sandeces que obligan a cada generación a regalar un vestido nuevo a este país después de que haya hecho de las suyas».
Además del artículo de Mélenchon encontramos en este número de EVT dos enjundiosas entrevistas. La primera, con mi estimado amigo Hermes H. Benítez, quien repetidamente ha suscrito brillantes y ponderadas opiniones sobre la muerte del presidente chileno Salvador Allende, a quien Hermes conoció en su juventud y sobre cuyo suicidio publicó varios libros, además de otros ensayos sobre ciencia y religión. Para Benítez, Allende no fue asesinado por los golpistas, sino que él mismo puso punto final a su vida. Para este chileno exiliado tras el golpe de Pinochet -del que se cumplen 42 años este 2015-, profesor ahora de la universidad de Alberta (Canadá), la Concertación en su país, hoy denominada Nueva Mayoría, es en realidad una coalición centro-derechista que traicionó los valores y el legado de Allende. Desconocíamos que existiera en Chile el minoritario Partido Allendista, del que nos da noticia el propio profesor en la interviú.
Junto a Benítez, también entrevista Salvador López Arnal en las páginas siguientes a Francisco López Segura, autor de libros tan interesantes como ¿Hacía dónde va el mundo? y «Cuba-EEUU. De enemigos cercanos a amigos distantes», que considera imprescindible como nueva estrategia crear frente amplios de unidad popular, pues la historia nos enseña que con la dicotomía izquierda/derecha nunca se alcanza el poder para llevar adelante los cambios: «Es preciso aprender junto a las masas y recrear el concepto de ciudadanía, amenazado por el neoliberalismo. Se requiere crear un pensamiento nuevo acorde con la nueva realidad mundial regional y de nuestros respectivos países».
Son especialmente atrayentes también las interviús que El viejo topo dedica a dos activistas colombianas de los barrios pobres de Buenaventura, ciudad y puerto de aquel país asomados al Pacífico, barrios azotados desde hace décadas por la violencia: «Sacan a la gente de las casas, la ponen en fila y la fusilan en plena calle. Cualquier persona: niños, adultos, jóvenes y ancianos». Paramilitares, narcotraficantes y guerrilla son responsables de ese clima de terror, del que apenas tenemos información en los medios convencionales, ocultadores de tan sangrante realidad.
Un último artículo que merece destacarse es el que la revista dedica a Waled al-Husseini, el bloguero que con su libro «Blasphémateur» -una autobiografía-, publicado tras el atentado contra Charlie Hebdo en París, revela la persecución a la que son sometidos los no creyentes en los países árabes. El joven autor palestino describe con la suya una experiencia que cada vez es más frecuente entre los jóvenes ateos de los países del norte de África y de Oriente Medio, asfixiados por la religiosidad de sus familias y sus barrios. Waled conoció la tortura en las cárceles palestinas por no ser creyente.