A propuesta de su rector, José Carrillo, el Consejo de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid ha aprobado la investidura como doctora honoris causa de Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013. Aunque no hay fecha definitiva, el acto de entrega podría celebrarse a primeros de 2015.
De origen polaco, francesa de nacimiento (París, 1932) y mexicana de corazón y nacionalidad, reside en el Distrito Federal (DF), frente a la iglesia de San Sebastián Mártir, en la colonia Chimalistac.
Poniatowska se considera a sí misma fundamentalmente periodista, lo que confiere un carácter testimonial a su literatura. Precisamente su reconocimiento internacional llegó con dos obras de este género: Hasta no verte Jesús mío, sobre la vida marginal de Jesusa Palancares, y La noche de Tlatelolco, denuncia de la matanza que tuvo lugar en la Plaza de las Tres Culturas del DF en 1968. Entre sus novelas destacan las dedicadas a la pintora Angelina Beloff (Querido Diego te abraza Quiela) y a la fotógrafa Tina Modotti (Tinísima).
Son muchos sus libros premiados; entre otros, La piel del cielo (Alfaguara 2001), El tren pasa primero (Rómulo Gallegos 2007), sobre el sindicalista Trinidad Pineda, y Leonora (Biblioteca Breve 2011), biografía novelada de la pintora surrealista Leonora Carrington y brillante aproximación a las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX.
Maestra del diálogo y de la entrevista, y dueña de una encantadora sonrisa que puede admirarse en numerosos anuncios por la ciudad capitalina, ha publicado como periodista en diversos medios, aunque el mexicano La Jornada es el periódico que cuenta con más colaboraciones suyas. En 1978 recibió el Premio Nacional de Periodismo de México.
Entre otras distinciones, es doctora honoris causa por diversas universidades: la Autónoma de México, la de Puebla, la de Sinaloa, la Nueva York, y la de París VIII Vincennes-Saint-Denis.
En la IV Semana Complutense de las Letras, celebrada el pasado mes de abril, Elena Poniatowska recibió un homenaje de la Complutense madrileña, que culminó con una conversación literaria entre la escritora y la profesora Rocío Oviedo Pérez de Tudela. El Paraninfo de Filología, lugar donde tuvo lugar el acto, estuvo absolutamente abarrotado.