Querido José María, yo prefería llamarte Jose… sin el acento. Nos conocimos en 1976 en París… teníamos ambos en común un pasado universitario de militantes antifranquistas, aunque por diversos derroteros, y ambos llegamos a la profesión periodística desde el exilio en aquellos años de «transición democrática» en España.
Coincidimos un par de años en las emisiones en español de Radio Francia Internacional, pero en el año ochenta dejaste la radio y volviste un tiempo a España, donde trabajaste en el servicio de publicaciones del parlamento vasco autónomo.
Sin embargo, preferiste regresar a París en 1982, confirmando aquello que decía el entrañable Luis Sepúlveda: «del exilio no se vuelve nunca», frase que siempre he compartido como exiliado en Francia desde 1974.
Tu carrera periodística la proseguiste en París y en el desk español de la AFP (Agencia France Presse), donde te jubilaste hace poco tiempo.
Como periodistas y amigos en la capital el Sena, teníamos también en común la pasión por el cine. Hemos seguido viéndonos todos estos años. Gracias a ti me interesé yo por el Festival de San Sebastián, que habías cubierto para RFI un par de años.
Tu trayectoria de periodista en la AFP, fue siempre acompañada por tu actividad cinematográfica, primero en el festival de San Sebastián, como miembro del Comité de dirección y selección, delegado en Latinoamérica, en el nacimiento y desarrollo de Cine en construcción, como elemento clave en el encuentro de Escuelas de cine y en las secciones Zabaltegui y Nuevos realizadores, o en iniciativas como «cruce de miradas» transformada luego en Desayunos horizontes.
En París coincidimos también en aquella otra magnifica aventura de cine que fue «Ciné classics», en la versión española de ese canal que pertenecía entonces a Canal plus Francia. Contigo y con Octavi Marti presentamos durante ocho años consecutivos las películas de Cine classics, y el programa «El club» en el que debatíamos con personalidades del mundo del cine, sobre su actualidad y sobre esa programación nuestra de clásicos del cine. Aportaste a ese trabajo tu entusiasmo y tu meticulosidad profesional, pero también tu agenda de relaciones y amigos en el mundo del cine…Gracias a ti el espacio dedicado a los grandes clásicos del cine se amplió también en el festival de San Sebastián con una sección retrospectiva.
En Francia también te destacaste como delegado general de la Semana de la crítica organizada en Cannes por el sindicato francés de la crítica de cine, era en el año 2000 cuando, gracias a tu buen ojo de seleccionador, ganó el premio Alejandro González Iñarritu con «Amores perros», su opera prima. Fueron momentos álgidos de la Semaine de la critique, a la que diste un impulso formidable.
Tu pasión por el cine prosiguió también con tu colaboración con el festival de Cannes y, en tu voluntad de difundir el cine español en Francia, lanzaste esa otra aventura: Españolas en París, un guiño a Roberto Bodegas… y a sus sirvientas en Passy.
Aunque sin verdadero apoyo de las instituciones del cine en España, que llorarán sin duda tu desaparición, proseguiste ese trabajo de difusión del cine español en el cine Passy de París, un trabajo que culminó con la creación del festival «Different, l’autre cinema español» (Diferente, el otro cine español) en 2008. Desde entonces doce ediciones de ese singular festival se han celebrado en esta capital.
Eva, tu esposa, y tus hijas Luna y Saioa, te acompañaron en esa aventura, como también Laura del Sol, Isabelle Buron y todos los amigos y miembros de las Gnolas. A todos mi más sentido y cariñoso pésame. Te vamos a echar de menos, decirlo es ya una obviedad. Te has ido y dejas por aquí una enorme tristeza.
También recientemente y en tu multifacética actividad en el mundo del cine, como consejero o seleccionador de festivales, te lanzaste en otra no menos importante aventura: la de redinamizar los Premios Lumière de la prensa extranjera en París. Tu huella en el impacto y eco internacional de esos premios Lumière no pasó desapercibida.
En estos días tristes de epidemia y de incierto futuro, recuerdo que intercambiamos confinados todavía algunas palabras, aunque tu preferías no hablar de tu salud. Me dijiste que te había encantado la canción mexicana que te mandé por mail (la canción sin miedo), y me contestabas también “inch’alla, Abrazo J”, ¡Ojalá! Cuando yo te decía: Esperemos que salgamos de esta…
Todo esto simplemente José, para decirte que voy a pensar mucho en ti viejo amigo… Como decía mi hermano Rafael, que se fue en temprana edad y era poeta y hombre de cine «siempre se lleva el rabioso al que mejor torea…», te envío con esta crónica querido José, un enlace web con el himno vasco, el Eusko gudariak, pues como buen soldado vasco sé que has peleado con la muerte hasta el final. Es la mejor forma de decirte: hasta la vista amigo.
[…] places of meetings, culture and education. At the opening of the festival, a tribute was paid to José «Pepe» Riba, disappeared in the spring, great “ferryman” of Hispanic and Hispano-American cinema in […]