A partir de ahora, los médicos del estado de Ohio pueden negarse a tratar a pacientes que «violen sus convicciones morales, éticas o religiosas». O, lo que es lo mismo, pueden no solo negarse a prescribir abortos sino –y es una exageración para que se entienda bien lo que ocurre- incluso a recetar un simple paracetamol a personas pertenecientes al colectivo LGTBQ+ (última sigla del colectivo de gays, lesbianas, trans, bisexuales y etcétera, siempre abierto a la incorporación de nuevas modalidades del sexo y el género).
La nueva disposición que libera a los médicos de cumplir en cualquier momento con el compromiso hipocrático¹ figura entre las enmiendas de última hora introducidas por el gobernador de Ohio, Mike DeWine, en el proyecto de ley de los presupuestos del estado para los dos próximos ejercicios, aprobado el jueves 7 de julio de 2021.
Según la información de la revista cultural estadounidense Rolling Stone, la ley adjudica a médicos, enfermeros, investigadores, centros médicos y técnicos de laboratorio «la libertad de negarse a participar o pagar cualquier tratamiento de salud que viole la conciencia del profesional o de la institución, motivado por sus creencias morales, éticas o religiosas».
El proyecto añade que, salvo en lo que concierne a la prestación conflictiva, «el profesional sanitario deberá atender al paciente» hasta que esté disponible otro profesional, u otro centro·
Denunciado como «una amenaza para el bienestar de más de 380.000 personas LGTBQ de Ohio» por Alphonso David, presidente de Human Rights Campaign, y calificado de «permiso de discriminación» por la ONG Equality Ohio, muchos profesionales de la salud del estado y todas las asociaciones de defensa de los derechos humanos ven en el proyecto «implicaciones políticas inmensas y el peligro de que pueda llevar a situaciones en las que se vean comprometidos los tratamientos de algunos pacientes», como ha escrito la Asociación de Hospitales de Ohio en una carta dirigida a los negociadores del presupuesto.
- Dentro de un mes se estrenará en España la excelente película «El médico de Budapest», dirigida por el húngaro István Szabó (Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa en 1981 con «Mephisto») e interpretada magistralmente por el actor y realizador austriaco Klaus Maria Brandauer (Globo de Oro al mejor actor secundario por «Memorias de África»), que entre otras cosas plantea justamente una situación así: el médico, un eminente cardiólogo jubilado, atiende en un episodio de crisis cardiaca al hombre que le está haciendo la vida imposible difundiendo informaciones falsas sobre él.