Un País Imaginario:
En aquel tiempo… de 1985, la Unión Europea se llamaba Comunidades Europeas, y tal que un 12 de junio de dicho año se firmó el Acta de Adhesión, que entraría en vigor el primero de enero del año siguiente.
Se cumplen ahora pues 30 años de dicha firma, y no está de más recordar una fecha a partir de la cual empezamos a ser más europeos, aunque algunos seguíamos siendo bajitos, con el colmillo retorcido (un montón) y con un poco de mala leche que, a diferencia de la rusa, es la ensalada española, nuestra verdadera marca nacional.
Teníamos por entonces de presidente del Gobierno a un tal Felipe González, que hoy luce canas como estepa siberiana, pero que por aquellas fechas era un muchachote danzón nacido a orillas del Guadalquivir que se vino a Madrid a mandar mucho con los del “clan de la tortilla”. Dicen que en La Moncloa, aparte de la “bodeguilla”, tenía un gimnasio en el que castigaba su cuerpo serrano hasta dejarlo hecho un pincel.
Y para muestra, un botón: vean al antiguo presidente Felipe González tras la firma del Acta de Adhesión luciendo palmito y celebrándolo con algunos amigos en la intimidad, mientras el resto de europeos tomaban el té con pastas. Porque europeos, sí, pero dentro de un orden.
Era Felipe un buen mozo
de su Sevilla natal,
y no habiendo así otro igual
le llamaban El Hermoso.
Un buen día de los ochenta
entramos en aquesta Unión,
haciéndolo al alirón,
pues éramos gente atenta.
¡Felipe for President!
gritaban muchos sociatas,
y otros, para dar la lata coreaban:
¡que le den!
Hoy somos muy europeos,
españoles de raigambre,
que conocimos el hambre
y también los trapicheos.