Érase una vez una innata, singular y versátil cantante: Raquel Blanco

La Real Academia define arte como la manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Aunque definido con esfuerzo y con el respeto de los señores académicos, el arte ni se mide ni se puede definir con palabras. La prueba de ello es Raquel Blanco[1] una artista innata.

Desde niña era el alma de la fiesta con la dulce voz que le caracterizaba hasta que a los trece años comenzó a tocar fuera del ambiente familiar, apoyándose en los cimientos de la música de sus ídolos, Jimmy Hendrix, Bob Dylan o los Rolling Stones. Poco a poco su afición se fue convirtiendo en algo profesional, aunque de una manera casual: Miguel Ríos y Teddy Bautista lo descubrieron cuando comenzó la producción del musical “The Rocky Horror Show”. Entonces, formó parte del elenco del exitoso musical; el cual más tarde le llevaría a coincidir con Camilo Sesto con quien grabó su primer dueto “Por amor”.

Tras este periplo dramático y musical, tuvo que decidir si continuar con la música o con el teatro, pero finalmente en la balanza pesaron más los pentagramas. Comenzó a tener una formación jazzística y a actuar en salas de Madrid y Barcelona respaldada por Donna Hightower. Poco a poco fue siendo conocida en el panorama nacional y colaboró con artistas de la talla de Raphael, Camilo Sesto, Bertín Osborne, Juan Pardo o Luz Casal.

Autodidacta, día tras día, con mucho esfuerzo, Raquel Blanco se ha convertido en una artista polivalente y versátil sacando punta a todos los estilos musicales desde la Rumba, al Blues, la Copla, el Tango o la Bossanova; de este potpourrí musical beben sus actuales espectáculos. Su proyecto más personal, Blanco Pasión, está formado por el espectáculo… De cine; en el que de la mano de su sentida, dulce y a la vez desgarradora voz, se hace un recorrido por la música que define el cine siglo del S. XX con un formato muy peculiar, la narración y la interpretación.

Raquel explica el contexto de cada pieza antes de interpretarla. Todo, sin olvidar un repertorio de jazz y actualmente se ha aventurado mostrando sus composiciones propias. Es definitivamente, una cantante versátil, singular, original, con un registro amplísimo.

Señores académicos, el arte es la estela que acompaña a Raquel Blanco.

Enlaces:

  • BLANCO PASIÓN

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