¿Qué haría para mejorar el mundo? ¿Qué preguntas me hacen para empezar un monólogo…? Es mi palabra contra la mía y trasciende del mero entretenimiento para ser un espejo; ese, es el buen humor.
Chaplin y los Hermanos Marx no entretenían, sino que mostraban. Y es que el ser humano tiene comportamientos tan absurdos como pintarse las cejas cuando estas desaparecen, tener verdadero pavor al váter ajeno y a desear siempre lo opuesto a lo que tiene. Ahí radica el humor.
Haberlo, haylo, y lo difícil es encontrarlo. Esa es la magia de Luis Piedrahita, con una vis cómica envidiable y un dominio del lenguaje extraordinario es capaz de poner sobre la mesa el eros y el tánatos. Del amor verdadero a las reuniones de antiguos alumnos…
Durante ochenta minutos entre nimiedades y trascendencias Piedrahita nos recuerda que la vida está para vivirla, que nacemos y morimos con los ojos cerrados y mientras tanto debemos tenerlos bien abiertos; porque es ahí, cuando no te das cuenta, en ese momento, la felicidad pasa por delante.
Cuando somos niños deseamos ser adultos y cuando somos mayores pagaríamos millones por volver a la infancia, por la simple convicción de que podríamos hacer lo que quisiéramos, pero no. Entre Saúl y Pepe (la persona más joven y más mayor del público) es donde estamos todos los demás. Es ahí donde está la vida, todo lo que ya has vivido y todo lo que te queda por vivir.
Ese es Luis Piedrahita, capaz de mantener la atención de ocho generaciones; sencillo, ingenioso e inteligente. Sin querer, estás dentro. En el mismo minuto te ríes y te emocionas; es un monólogo con magia, en el sentido más amplio de la palabra. El espectáculo es un verdadero canto de esperanza que deja prescrita una receta indispensable para la salud mental; no en todo momento se es feliz, pero no por ello debes sufrir, porque el humor está para eso, para continuar (son)riendo.
Antes de que comience esta deliciosa hora y media, hay un precalentamiento en el que Luis Piedrahita conoce a su público y el respetable se conciencia de que el combate va a comenzar. Pero no se engañen que es un uno contra ninguno, porque lo más difícil es llevarse a la contraria a uno mismo: es mi palabra contra la mía.
Fecha de la representación: 11 de octubre de 2019