Investigadores del CIS han medido el apoyo que se tiene en España al conocido como suicidio médico asistido y/o eutanasia (ayudar a morir) en el estudio «Actitudes de los españoles ante la eutanasia y el suicidio médico asistido» y los datos no nos dejan indiferentes.
Según el código penal español, tanto uno como otro están tipificados como delito, si bien, a falta de su regulación, el derecho a una muerte digna no deja de ser un tema de interés para los españoles que sí tienen opinión al respecto pero que el gobierno posterga año tras año.
Los investigadores Adrián Heredia, de la Universidad de Granada; Rafael Serrano del Instituto de Estudios Sociales Avanzados se han basado en las opiniones y diferencias proporcionadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de los españoles en torno a la regulación de la eutanasia y también han sido analizadas a este respecto, tanto los aspectos sociodemográficos como los contextuales.
El hecho de haber comprobado qué piensan los españoles acerca de la eutanasia y del suicidio médico asistido podría ayudar, en su opinión, a que en determinadas circunstancias, si la persona lo deseara, se diera el derecho de salida. Actualmente el proceso de morir, dado que el envejecimiento de la población se dilata en el tiempo, mantiene con enfermedades crónicas a miles de pacientes, hace que el hecho de tener una muerte digna, no sea un proceso sencillo.
De los resultados aprehendidos se considera que más del 80 % de los ciudadanos que no practican religión alguna, lo apoyan y para ellos, no comprenden cómo se puede estar en contrar de este derecho. Los otros, católicos practicantes consideran hasta en un 52 % de los casos que la eutanasia sería una forma correcta para morir dignamente, y solo el 48,9 % del grupo de católicos mayores de edad, es contraria a la legalización de esta práctica.
En torno a este concepto existe una postura que da pie a un falso debate acerca de los cuidados paliativos y la eutanasia. El trabajo de investigación considera que el debate se cierra por la religión dado que en otros países europeos sucede exactamente igual. Por el contrario, en el caso del suicidio médico asistido, tanto la familia como los pacientes tienen menos información y el motivo que sustenta el no, es mucho más cercado a la tradición cultural. Para los investigadores, su obligación es poner las herramientras y conocimientos necesarios al servicio de la sociedad y estudiar de forma rigurosa este y otros temas dado que son controvertidos y dan lugar a mucha desinformación.
Según explican los investigadores en estos estudios se hace uso de los trabajos científicos a la hora de vertebrar la ley, y se asemeja, al antiguo debate acerca de la contracepción que en un día de 1978 tuvo lugar en España. Si puedo regular y tengo derecho a traer hijos al mundo, ¿por qué no puedo dejar este mundo cuando lo considere?
Elegir si se quiere o no sufrir, dejar la vida de forma tranquila e indolora o evitar el duro trance a la muerte es una opción que los cuidados paliativos permiten al paciente; pero no es una vía opuesta, sino complementaria, a la despenalización de la eutanasia y al suicidio médico asistido.
El debate sigue abierto y lo que es peor, está sin legislar.