El espíritu solidario de los españoles ha estado presente en las mayores catástrofes del mundo. Basta pedir dinero o recolectar en una campaña por una catástrofe natural para que España y los españoles, se vuelquen con los que más lo necesitan.
Hoy nos toca autobeneficiarnos de esa solidaridad. Aún hay más de 300.000 familias que necesitan asistencia básica como es la provisión de alimentos y vestido para poder subsistir. No hablamos de lujos, solamente de estar bajo el umbral de la miseria, no pobreza.
Los 55 bancos de alimentos que existen en todo el territorio nacional han recolectado 152,9 millones de kilos de alimentos no perecederos en el año 15 que llegaron a 1.5 millones de personas. Esto en datos, supondría una media de 97,4 kilos por persona. 110 voluntarios de todo el país consiguieron recoger 21 millones de kilos de alimentos para entregar 115 kilos de comida a cada español necesitado. Los últimos datos señalan que el país sigue sumido en una crisis alimentaria sin precedentes porque las familias no tienen aún recursos para salir del estado de pobreza en donde se instalaron al comienzo de la crisis.
Los comedores sociales, Cáritas; en todas las parroquias de España, Cruz Roja y muchas organizaciones privadas, siguen viviendo aún hoy, las largas colas para obtener un plato de comida digno, unas mantas o unos zapatos. Afortunadamente son los propios españoles los que apuestan por ayudar a sus compatriotas que no en tierra extraña esta vez, sino en la tierra que los vio nacer, piden solamente algo de comer cada día.
Hablamos de España, y también de su incomparable solidaridad. No hay más que ver las donaciones de órganos o las peticiones que se hacen a título privado cuando alguien necesita algo importante. Los españoles, a pesar de todo, aún, siguen moviendo montañas de solidaridad. Mientras los partidos políticos hablan de pactos, votaciones y elecciones, las colas del hambre son una realidad en la España del siglo XXI, esa que es compatible con el iPhone y con los pelotazos de la corrupción, los sueldos de Sus Señorías y las pensiones vitalicias por haber estado en el gobierno alguna vez. Hambre, sí, hablamos de hambre en España.
Un hecho inaudito que se estudiará en los libros de historia.