Comienza la XII Legislatura en un país europeo llamado España. Llega la hora de prometer un cargo y una silla de ruedas permanece en la entrada del edificio histórico del Senado porque éste no dispone de ninguna adaptación arquitectónica para permitir la entrada de personas con discapacidad.
Seguimos hablando de inclusión, de no distinguir a las personas por su condición, pero casualmente, aunque pasan los años, y todos los políticos permiten que en sus programas exista una política para los discapacitados, hoy, aún, tiene que ser el CERMI el que denuncie una vez más estos hechos y la vulneración de los derechos fundamentales de las personas por motivos de una discapacidad.
En este caso ha sido una senadora, la portavoz de Unidos Podemos, Virginia Felipe, quien ha tenido que jurar su cargo ante notario por no poder entrar en el hemiciclo histórico un hecho, que a todas luces es contrario a la legislación vigente.
“La obligatoriedad de la accesibilidad universal para la no discriminación de las personas con discapacidad se proyecta sobre todos los entornos, espacios y servicios, incluidos los históricos que cuenten con algún grado de protección, por lo que no hay excusa para no dotar de accesibilidad a todas las estancias del Senado”, también al hemiciclo histórico ha considerado el CERMI.
Estos hechos se han puesto en conocimiento del Defensor del pueblo y del Comité de Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas por la presunta vulneración del derecho a la participación.
Por otro lado, el CERMI se ha dirigido al nuevo presidente del Senado reclamando un plan urgente de accesibilidad universal para la cámara orientado y supervisado por expertos que garanticen la adecuación de sus soluciones.
Si seguimos hablando de discapacidad, la asignatura pendiente es sin duda que la vida sea igual para todos, que todas las oportunidades sean igualmente brindadas a las personas que viven sin discapacidad y que al tener una de por vida, todo lo que se obtenga sea con normalidad y no como una excepción