Los gobiernos de Estados Unidos y México están devolviendo a decenas de miles de niños y niñas no acompañados que buscan seguridad a los países de los que acaban de huir, sin un proceso de selección adecuado y sin brindarles protección frente a los peligros a los que se pueden enfrentar a su regreso, sostiene Amnistía Internacional en el informe Empujados al peligro publicado este 10 de junio de 2021.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, se reunieron esta semana en Ciudad de México y se comprometieron a aumentar la coordinación para el control de la inmigración.
En realidad, eso se traduce en ampliar la interceptación y la devolución de miles de niños y niñas no acompañados a un peligro potencial en sus países de origen.
Los niños y las niñas representan uno de cada tres migrantes y solicitantes de asilo en la región, incluidos muchos a quienes han obligado a cruzar separados de sus familias solicitantes de asilo, tras ser rechazados por las autoridades fronterizas de Estados Unidos.
«La administración Biden está devolviendo de forma sumaria a prácticamente todos los niños y niñas mexicanos no acompañados tan sólo unas horas después de que busquen protección, en muchos casos sin considerar los peligros a los que podrían enfrentarse a su regreso. De forma similar, las autoridades mexicanas están deportando a la gran mayoría de los niños y niñas no acompañados procedentes de Centroamérica a sus países de origen (de los que en muchos casos acaban de huir por las amenazas o la violencia), a pesar de que en Estados Unidos tienen familia con la que intentan reunirse», ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Agrega que «estas políticas son peligrosas e intolerables. Estados Unidos y México deben dejar de negar a los niños y niñas no acompañados sus derechos humanos universales a solicitar asilo y a la reunificación familiar, sin importar de dónde procedan.»
Estados Unidos devuelve a casi todos los menores mexicanos no acompañados
Desde que el presidente Joe Biden ocupó su cargo en enero de 2021, unos cincuenta mil niños y niñas migrantes no acompañados han cruzado a Estados Unidos en busca de seguridad, muchos de ellos separándose de sus familias, que han quedado atrapadas en el norte de México tras negárseles la posibilidad de solicitar asilo en la frontera de Estados Unidos con México.
Según las autoridades estadounidenses, aproximadamente el 80 por ciento de los niños y niñas no acompañados están tratando de reunirse con familiares en Estados Unidos, y aproximadamente el 20 por ciento proceden de México.
La administración Biden sigue devolviendo inmediatamente a casi todos los niños y niñas mexicanos no acompañados, mediante el uso indebido de una ley contra la trata de personas que permite a Estados Unidos repatriar con celeridad a niños y niñas de México o Canadá.
Esta práctica se mantiene a pesar de la promesa del presidente Biden de dejar de devolver a niños y niñas no acompañados, ahora que ha abandonado la aplicación de la política de la era de Trump sobre menores no acompañados, consistente en rechazar a todas las personas migrantes y solicitantes de asilo en la frontera de Estados Unidos con México basándose en una engañosa orden de salud pública bajo el «Título 42» del Código Penal estadounidense.
La legislación de Estados Unidos establece que, antes de la devolución, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza debe hacer una selección de los niños y niñas mexicanos no acompañados para asegurarse de que no son víctimas de trata ni corren peligro en caso de ser devueltos. Sin embargo, Amnistía Internacional ha sabido a través de profesionales del derecho, representantes de albergues infantiles y autoridades de atención a la infancia de México que Estados Unidos sigue devolviendo rápidamente a casi todos los niños y niñas mexicanos no acompañados aun cuando corran peligro en México y soliciten asilo en Estados Unidos.
En mayo de 2021, Vedant Patel, subsecretario de prensa de la Casa Blanca y asesor sobre inmigración, confirmó abiertamente a los medios de comunicación la política de Biden: «La política ahora mismo para los menores mexicanos no acompañados es repatriarlos».
México devuelve a la mayoría de los menores no acompañados de Centroamérica
Los niños y niñas no acompañados procedentes de Centroamérica llevan desde 2019 viajando cada vez con más frecuencia a Estados Unidos a través de México, a menudo para huir de la violencia y reunirse con sus familias en Estados Unidos. Como respuesta, las autoridades de inmigración mexicanas han cerrado la frontera sur, y han devuelto a la gran mayoría de los niños y niñas a los que capturan: en 2019 y 2020, respectivamente, deportaron al 90 por ciento y el 70 por ciento de los niños y niñas de Centroamérica puestos bajo custodia.
En 2021, las autoridades de inmigración mexicanas han lanzado grandes operaciones en el norte y el sur del país para interceptar y repatriar a menores no acompañados. Después de esas interceptaciones, las autoridades de atención a la infancia se hacen cargo de esos niños y niñas (a menudo recluyéndolos en albergues cerrados) y, en la gran mayoría de los casos, determinan que el «interés superior» de los menores es su devolución a los países de origen de los que han huido.
Las autoridades mexicanas encargadas de la protección infantil en la frontera de Estados Unidos con México dijeron a Amnistía Internacional que, en algunas localidades, México sigue deportando hasta al 85 por ciento de los niños y niñas no acompañados procedentes de Centroamérica. Según las estadísticas nacionales, en lo que llevamos de 2021 las autoridades mexicanas parecen haber deportado a aproximadamente la mitad de los niños y niñas no acompañados procedentes de Centroamérica a los que han puesto bajo custodia en todo el país. Sin embargo, puesto que la condición migratoria de muchos de estos niños y niñas aún no se ha resuelto, es probable que los índices de deportación terminen siendo más altos.
Desde enero de 2021, la legislación mexicana requiere que los niños y niñas sean recluidos en albergues de atención a la infancia, en lugar de en centros de detención para inmigrantes.
Aunque recluir a los niños y niñas en albergues en lugar de en centros de detención para inmigrantes es un paso positivo, la situación de estos albergues cerrados es de hacinamiento en el norte de México, y el tiempo de tramitación ha aumentado de unos quince días a hasta cuatro meses. Los niños y niñas no deben ser detenidos y, si lo son, debe ser durante el periodo más breve posible y en condiciones que satisfagan su interés superior.