“Me llamo artísticamente Gilda por la película de Rita Hayworth”, así se explicaba la cantante argentina Miriam Alejandra Bianchi cuando los periodistas le preguntaban. Su música y canciones cautivaron al público, pero su carrera ascendente se truncó en un mortal accidente. La vida de esta famosa cantante popular cautivó a la cineasta Lorena Muñoz, directora argentina que realizó “Gilda, no me arrepiento de este amor”, que se presentó en el festival de cine de Miami, en estreno absoluto en Estados Unidos.
Lorena Muñoz está considerada en Argentina la sucesora de María Luisa Bemberg, y cuenta con varios cortos y documentales reconocidos: “Pintor Gómez” (1998), “El cazador es un corazón solitario” (2000), “Sucesos intervenidos” (2014), “Los próximos pasados” (2006) y “Yo no sé que me han hecho tus ojos” (2003), por el cual le otorgaron el Cóndor de Plata y otros premios. Se revela como una cineasta diferente, que busca en la temática musical, un tanto olvidada en el cine actual argentino, otra vuelta de tuerca.
Conocí a Lorena en el Festival Internacional de cine de Mar del Plata, en Argentina, donde, en una conversación informal, me comentaba su interés por el musical, por los filmes con música y por la atracción que sentía por personajes como Gilda, que no solo cantaba y componía sus canciones, sino que también luchaba por crear una nueva modalidad dentro de la música popular tan comercial.
“Mi abuela me llevaba al cine y compartíamos esa felicidad”- me comentaba Lorena-“fui a la escuela de cine, quería ser fotógrafo, pero descubrí que también me gustaba hacer guiones y la dirección. Todos esto surgió cuando hice el documental “Yo no sé que me hicieron tus ojos”, sobre la vida de la cantante Ada Falcón, amante de Francisco Canaro, el gran director de orquesta de tango. Sorpresivamente, en 1942, Ada abandonó la carrera, y se recogió en un convento, en Córdoba. Las monjitas me ayudaron y pudimos filmar muy bien. Fue una experiencia muy importante para mi.”
El film Gilda nace también de una vivencia. Lorena comenta: “A mi me gusta la música, me gusta la cumbia y Gilda era una cantoautora distinta, me apasioné con sus canciones, investigué su historia, leí, escribí y tuve acceso a sus amigos y familiares. La familia me autorizó a hacer la película, a pesar que a otros productores se lo habían negado. Al comenzar la producción quise tener un equipo muy profesional, era mi primer largometraje, una gran responsabilidad. Trabajamos ocho semanas en exteriores y estudio. Fue una filmación exigente”,
Inspirada en la vida de Miriam, la cantante Gilda, Lorena escribe un guión donde los sueños pueden hacerse realidad. La vida de la cantante es un poco eso. Siendo una maestra jardinera, responde a un aviso que busca una cantante para una banda tropical. Sorprendidos por su voz y melodía, “Miriam, la maestra” se convierte en “Gilda, la cantante”. Se destacó no solo en la actuación vocal sino como compositora, con los éxitos “Ámame suavecito”, “Corazón valiente”, “No me arrepiento de esta amor” y otras, que hechizaron al público argentino pues encontró en ella una alternativa melódica, una baladista con voz propia.
Es lógico que la directora Lorena se entregara a este personaje, porque ella también es una cineasta con voz propia, que cuenta una historia real con la visión de un cine donde el amor y los deseos se entrelazan.
“No copio a Gilda- me dice Lorena- sino trato de interpretarla. Trabajé mucho el guión y negocié el tiempo de filmación. Soy también productora, así que negocié para hacer retomas, tiempo para la puesta de luz y el marcado de piso. Además, me gusta escribir pensando en el actor, por ello trabajé con los actores y el equipo. Luego, busqué la música que tanto tiene que ver con Gilda. En cuanto al montaje, tardé poco tiempo: abril y mayo, y ya estaba lista la película para el estreno”.
Gilda, en la película y en su vida real, encuentra a Juan Carlos Giménez, tecladista y autor que se convierte en su pareja y con quien tiene dos hijos. Fue su mánager y productor, y guió su carrera, lanzándola como solista, formando su banda, incorporándola al competitivo mundo de la discografía, donde grabó varios albúmes con sus temas que la hicieron merecedora a varios premios.
Su prematura muerte en un accidente automovilístico el 7 de septiembre de 1996, cuando se dirigía a una de sus presentaciones en la provincia, conmocionaron al público. En el accidente murió Gilda, su mamá y su hija mayor, junto con tres músicos y el chófer que la acompañaba en la gira. La reacción popular fue inmediata, se escribió un libro sobre su vida, se produjo una obra teatral que estuvo en cartelera con gran éxito, y ahora es Lorena quien lleva al cine esta vida llena de música, amor y canciones. Con su voz de mezzosoprano logró introducir un nuevo estilo en la bailanta popular, revolucionó las melodías comerciales. Actualmente la leyenda popular le atribuye “Milagros”.
El film refleja ese amor a la música y la espiritualidad que Gilda volcaba en sus canciones. Es imposible no relacionar el film “Selena”, con Jennifer López interpretando a la cantante mexicana, quien también terminó trágicamente. Historias paralelas, de una misma época, que se llevaron al cine.
Lorena logró un film diferente, respetando la biografía de la leyenda, y afirmando su talento de directora. Deseamos que pronto nos sorprenda con un nuevo film, siguiendo esta temática humanística y musical.