El próximo 30 de octubre se estrena en Francia con copia restaurada la película documental “El fondo de aire es rojo” realizada en 1977 por Chris Marker.
Un clásico del género en una versión de tres horas de metraje que había sido supervisada por el propio cineasta en 2008 antes de su muerte. Recordemos que este gran documentalista, al que Philippe Dubois calificaba con razón como “el mas célebre de los cineastas desconocidos”, falleció un 29 de julio de 2012, dejándonos una abundante, brillante y mal conocida filmografía.
Autor de numerosos documentales, hombre de izquierdas comprometido y militante, Chris Marker, que trabajó siempre en el margen del sistema, saltó a la fama con “ La jetée”, su única incursión en el cine de ficción, o mas bien de ciencia ficción. Película culta que inspiró a Terry Gilliam el guión de “Doce monos”.
“Cartas de Siberia”, “Domingo en Pequín”, “Le joli mai”, “Cuba sí”, o “Lejos de Vietnam”, son algunos de los documentales mas conocidos de Chris Marker, una obra que culmina en 1977 con la realización de “Le fond de l’air est rouge”, (el fondo del aire es rojo).
Película de montaje, de tres horas de duración realizada a partir de fragmentos diversos: documentos de época sacados de la televisión, imágenes inéditas procedentes de un cine militante, extractos de clásicos del cine como “El acorazado Potemkin” de Eisenstein y sus célebres escaleras de Odessa, fragmentos de las propias películas realizadas antes por Chris Marker, multitud de imágenes y testimonios sobre los años 60 y 70, una época marcada por el auge de los movimientos de liberación nacional en el mundo y la lucha antiimperialista cristalizada en la guerra de Vietnam.
Como lo recuerda Jorge Semprún, una de las voces en off que escuchamos a lo largo de este montaje subjetivo, “En los años sesenta todo cambió, saliamos de la guerra fría… la revolución de 1917 pertenecía a los museos… y todo se vino abajo, China, Cuba… pero si hubiera que resumirlo todo en una sola palabra esa sería: Vietnam”. Entre las voces que escuchamos en off, destaquemos también las de Yves Montand, Simone Signoret o François Maspero. Multiples puntos de vista que se cruzan en este halucinante montaje sobre el horror de la guerra y la esperanza de la revolución.
“El fondo del aire es rojo” se divide en dos partes. La primera se titula “Las manos ragiles”, y empieza con un homenaje explicito a la escuela rusa de montaje, y a ese clásico del cine que es “El acorazado Potemkin” de Serge Maijailovich Eisenstein, y continúa con una impactante secuencia de bombardeo del Vietnam con napalm. El piloto americano que lanza el napalm expresa su satisfacción y encuentra divertido ver arder al enemigo vietcong, mientras vemos las imágenes de la guerra, los cuerpos quemados y los rostros deformados de los vietnamitas, víctimas de ese horror.
El montaje de Chris Marker siempre toma partido, es deliberadamente subjetivo, y esa es precisamente su fuerza en esta sinfonía de imágenes, testimonios y comentarios sobre una época que vió nacer la esperanza de un mundo nuevo que intentaba liberarse de la opresión, gracias a esas manos fragiles de los pueblos de Asía, Africa, Europa o América latina.
“Las manos cortadas” es la segunda parte de este documental que muestra el fin o la degeneración de esos movimientos y luchas en el mundo entero, de Vietnam a la muerte del Ché Guevara en Bolivia, o al fracaso de la guerrilla en Bolivia y en Venezuela. Mayo del 68 en Francia, en México con la matanza de Tlatelolco, o la invasión de los tanques rusos en Checoslovaquia y la primavera de Praga, los interminables discursos de Fidel Castro justificando esa intervención militar o la lucha por el programa común de la izquierda en Francia.
A través de esas imágenes que son nuestra memoria de un pasado reciente, Chris Marker trasmite la fuerza y la emoción de esas revoluciones traicionadas, de esos movimientos populares reprimidos por ejércitos y fuerzas policiales. Imágenes de épocas distintas y paises diversos que tienen aquí una continuidad narrativa. Entre nostalgia y amargura, ese fondo rojo del aire que soplaba en el mundo en los años sesenta se ha descolorido con el paso del tiempo. Como lo dice un obrero entrevistado en Francia, después de mayo del 68, “Vota lo mas rojo posible, porque con el tiempo el rojo se va descolorando”.
Si en los años sesenta Vietnam fue una victoria simbólica y esencial de la humanidad contra el imperialismo norteamericano, que alimentó luchas y esperanzas, en la década de los setenta en cambio el golpe de estado contra Salvador Allende en Chile, por la junta militar de Augusto Pinochet, fue el comienzo de una contrarevolución neoliberal apoyada por “las transnacionales” , así denominaba Allende al entonces naciente poder economico mundializado de las multinacionales.
De todo eso nos hablan las imágenes sorprendentes e impactantes de este documental, lección magistral de montaje cinematográfico. Un documental que invita a la reflexión, y que cada cual verá desde su propia experiencia. Un clásico del cine que resiste al paso del tiempo, mucho mejor que esas revoluciones traicionadas o salvajemente reprimidas que nos muestran sus imágenes.
Los medios informativos suelen presentar este documental de Chris Marker, como un documento histórico sobre “el fin de las utopías de los años sesenta”. Personalmente prefiero evitar esa expresión, pues a mi juicio las “utopias” son siempre el motor de la Historia y en consecuencia no pueden tener fin. Las “utopías” se interrumpen, son traicionadas por los que tienen el poder, y vuelven a nacer con formas diversas, porque seguir luchando por un mundo mejor no es una utopía ni ayer, ni hoy, ni mañana, es tan solo una necesidad evidente del ser humano. No sabría decir si la utopia es posible, pero viendo esta película de Chris Marker sigo convencido de que la utopia es necesaria.
http://youtu.be/y8X4badP0-I