Polémica en Francia por los métodos de trabajo de Abdellatif Kechiche
Se acaba de estrenar en Francia, con fondo de doble polémica, «La vie d’Adèle, capítulos 1 y 2» del director franco tunecino Abdellatif Kechiche, intensa historia de amor entre dos mujeres, que arrasó con una unánime Palma de Oro en el festival de Cannes el pasado mes de mayo. La película ha estado a punto de no ser estrenada, pero finalmente llega con todos los honores a mas de 300 salas de exhibición en Francia.
La polémica sobre las condiciones muy duras del rodaje fue lanzada por el sindicato CGT del cine y el sector audiovisual que reclama una modificación del convenio colectivo, y se prolongó con una declaración de su intérprete Lea Seydoux en el semanario Telerama, donde afirmaba que “el éxito artístico no lo justifica todo, ni que el film sea el resultado del sufrimiento inflingido durante su fabricación”.
Las dos magníficas intérpretes de la película: Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux han alimentado esa polémica al explicar las dificultades y tensiones del rodaje. Diez días fueron necesarios para una escena de sexo, o cien tomas en la secuencia del encuentro entre las dos chicas. Anécdotas que han alimentado la imagen de un Abdellatif Kechiche algo tirano y al borde de una crisis de nervios.
El director por su parte muy afectado por esas críticas asegura que no hubo ninguna queja sindical durante el rodaje y en cuanto a Léa Seydoux dijo :”tengo la impresión de que me hacen pasar por un bruto, con métodos groseros, que ha ensuciado a una princesa perdida lejos de su palacio dorado”.
Si el jurado internacional presidido por Steven Spielberg fue unánime al escoger “La vie d’Adèle” como Palma de oro, otra polémica trató de enturbiar su éxito en el mes de mayo, en plena movilización de la derecha más conservadora contra la promulgación de la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Esta historia de amor y de pasión entre dos mujeres, con escenas explícitas de amor lésbico perturbó a esa opinión retrógrada, apostólica y romana que no ha entendido todavia el cambio vivido por la sociedad en estos últimos treinta años. El diario Le Figaro escribe por ejemplo que “no es para tanto.. y que se trata de un objeto escandaloso… o que busca provocar el escándalo”. Una asociación de buena virtud americana, por su parte, ha puesto “la vie d’Adèle” en una lista de películas pornográficas. Cada loco con su tema.
Doble polémica sobre su autor y sobre el tema tratado, que en todo caso no afecta a la calidad artística de esta brillante película de casi tres horas de metraje, en la que cabe destacar primero su sólido guión, adaptación de los capitulos 1 y 2 del cómic o tebeo para adultos de Julie Maroh, titulado “Le bleu est une couleur chaude” (el azul es un color caliente), premio del público en el Festival de la BD de Angoulème en Francia.
Una jovencita de 17 años, ingenua y sensual, que aspira a ser maestra de escuela -interpretada por la actriz de origen griego Adèle Exarchopoulos- va a descubrir el amor, la sexualidad y la bisexualidad al enamorarse apasionadamente de una artista lesbiana, Emma, algo mayor que ella, interpretada por Léa Seydoux. Al paracer sufrieron mucho durante el rodaje que no fue nada facil, pero el resultado es sin duda magistral.
En el preámbulo que antecede a esa intensa historia de amor, a través de la cual Adèle hará su iniciación a la vida adulta, el cineasta filma la vida cotidiana de Adèle, esa estudiante que discute con sus compañeros y compañeras de liceo, las discusiones con sus padres, su vida en familia, los prejuicios de unos y otros sobre el tema de la homosexualidad, los celos y los primeros escarceos amorosos entre estudiantes, la lectura de “la vida de Mariana” texto de Marivaux en la clase de literatura.
A pesar de su largo metraje, el relato es siempre ameno y creible. Una vida de adolescente francesa que de pronto ve cruzarse en su camino a una jóven artista de cabello azul, esbelta y atractiva silueta, pelo corto, independiente, decidida, artista y pintora lesbiana. El encuentro entre esas dos mujeres de medio social muy diferente es descrito de forma precisa por Kechiche que conduce a sus dos protagonistas a una inevitable historia de amor.
La cámara que filma de cerca la sensualidad latente de Adèle, multiplica también con brio las escenas explicitas de amor entre las dos mujeres, su piel, su respiración. Almas pudibundas cierren los ojos por favor. Son escenas rodadas con sensibilidad y erotismo, evitando siempre lo zafio o lo vulgar y perfectamente justificadas. Así es la magia del cine.
Historia de amor, de traición y desamor, filmada magistralmente, que es relatada siempre desde el punto de vista de esa joven adolescente hecha mujer poco a poco ante los ojos del espectador “voyeur”. Una historia de amor y de iniciación a la vida de lectura universal.
Esto en cuanto a la película. Sobre su autor diré que es un brillante director de cine francotunecino, que se dio a conocer en el festival de Venecia con “La faute a Voltaire”2000, y que en 2005 ganó el Cesar a la mejor película, guión y director por “L’esquive” (la escurridiza). Volvió a ganar en Venecia con “Le grain et le mulet” (Cuscús) en 2007 , llevandose triple premio en los César del cine francés.
Si sus tres primeras películas abordaban una temática ligada a la vida cotidiana y social en círculos magrebies, en los barrios periféricos urbanos o en la clandestinidad, su cuarto largometraje de ficción marcó un cambio radical en su carrera. Kechiche llegó ahí donde nadie le esperaba con “la Venus negra” 2010, la impresionante historia de la Venus hotentote, interpretada por la actriz cubana Yahima Torres.
Con “La vie d’Adèle”, su quinto largometraje vuelve ahora a sorprendernos con esta historia de amor en la Francia de hoy, con personajes de carne y hueso, de los que la cámara sabe captar sus alegrías y sufrimientos, expresando de forma natural sus sentimientos. Reitero y firmo: una merecida Palma de Oro, de estreno en toda Francia.
Guionista y director de cine, Abdellatif Kechiche tiene además una larga trayectoria de actor en el cine y en el teatro. No tengo el placer de conocer personalmente a Abdellatif Kechiche, ni sé como es su carácter, pero en todo caso sus cinco películas como director, aquí citadas, son todas excelentes.