Luis de Luis Otero [1]
En “Europa, que a sí misma se atormenta” se cuenta un discurso. Si, como lo leen. En concreto, el que pronunció en 1543, en la universidad de Colonia, el médico español Andrés Laguna.
Laguna fue un humanista, enciclopédico y cristiano nuevo; un hombre hondamente preocupado por las guerras de religión entre luteranos y católicos que desgarraban la vieja Europa y le hacían perder hegemonía y unidad, circunstancias que convenían a los intereses de Turquía, en aquel entonces una potencia amenazante y amenazadora.
Ante tal situación, se propuso aportar su granito de arena y resolvió comparecer ante los prohombres de su tiempo decidido a conmoverles con sus palabras en pro de la tolerancia, y la paz de las naciones, objetivo que solo se lograría apelando al viejo espíritu europeo que todas tenían en común.
Hasta ahí no hay nada especial que vaya más allá de una (por otra parte, más que válida y justa) reflexión de un intelectual del siglo XVI ante sus iguales. Nada, en principio, digno de destacarse y menos aún, de convertirse en materia dramática.
Ana Zamora quien, junto con su compañía Nao d´Amores, lleva camino de dos décadas rescatando textos del olvido encontró, sin embargo, algo en el discurso de Andrés Laguna que lo hacía irresistible: la actitud con que Laguna acudió a la Universidad, la vehemencia – digna de un orate – con la que hizo la exposición, la intensidad – propia de un iluminado – con la sazonó todas y cada una de sus palabras.
Así, la determinación casi mesiánica de Laguna, convencido de que la suerte de todo un continente reposaba en sus hombros le hizo, por decirlo en lenguaje coloquial, darlotodo en su comparecencia en la Universidad de Colonia y recurrir a todo tipo de argucias argumentales y discursivas para lograrlas.
Ese es el Andrés Laguna que Ana Zamora llama a comparecer, ante el público del teatro La Abadía, cinco siglos más tarde.
¿Cómo se cuenta?
Miguel Ángel González Manjarrés,traductor al castellano del texto latino original, hace una exposición histórica y didáctica que pone en situación al público, aunque no le prepara para lo que va venir. Nada, nadie, pueden hacerlo. Es imposible.
Y Andrés Laguna comparece ante el público de La Abadía. Con paso calmo brota de un lateral y, con voz solemne y firme, expone sus porqués en un escenario bañado con luz cálida, acariciado por viento y cuerda (interpretados con gusto y gracia por Eva Jornet e Isabel Zamora) y expondrá con lucidez digna de Stefan Zweig (hay mucho en el discurso, en la actitud, de este personaje que recuerda y evoca, a través del tiempo, al gran escritor austriaco) las razones humanas y pragmáticas que aconsejan la unidad y la reparación de la Europa desgarrada por fanatismos, intransigencias y rabias.
Juan Meseguer, firme, convincente, deja caer cada palabra con aplomo y serenidad embauca al público que se prende de su voz, pero no es suficiente. Como Laguna 500 años antes ante los universitarios, Meseguer decide dar un golpe de mano, tirar el tablero por los aires y seguir la partida según sus reglas y se convierte en la Madre Europa.
Sí, en una acertadísima decisión dramática Ana Zamora, hace que Meseguer se convierta en la vieja madre de los países europeos y no, no es una madre cualquiera. Meseguer muta en una vieja lastimera a la que han abandonado sus hijos. Una vieja lastimera, teatrera, quejica y manipuladora. Una vieja decida a lograr el cariño, a obtener sus deseos. Una vieja tragicómica, adorable y excesiva, Una vieja que recurre a artimañas, guiños y suspiros.
Una vieja decidida a que, por el fuero o por el huevo, la quieran. Celestinesca y sabia, trotaconventos y sensata. Dulce y grotesca, melosa y teatrera, sabe que no hay más solución que estar abrigados a su alrededor, lamiendo su teta protegiendo sus pasos.
Y el público da la razón a la vieja Europa, arrollado, ensimismado y boquiabierto por el impactante y apasionadotour de forcede Juan Meseguer y rompe, rompemos, en aplausos para refrendar que ésta es una de las funciones de la temporada. Sin lugar a la menor duda.
- Luis de Luis Otero es crítico teatral
Ficha artística
- Reparto: Juan Meseguer, Eva Jornet, Isabel Zamora
- Dramaturgia y dirección Ana Zamora
Traducción y charla introductoria Miguel Ángel González Manjarrés
Arreglos y dirección musical Alicia Lázaro
Asesor de voz y palabra Vicente Fuentes
Vestuario y espacio escénico Deborah Macías (AAPEE)
Iluminación Pedro Yagüe
Realización de vestuario Ángeles Marín – Deborah Macías
Realización de escenografía Purple S. Creativos – Ricardo Vergne
Ayte. de escenografía y vestuario Henar Montoya
Coordinación técnica Fernando Herranz
Producción ejecutiva Germán H. Solís
Producción Nao d´amores - Fecha de la función comentada: 13 de abril de 2018
Teatro La Abadía.Sala José Luis Alonso. Calle Fernández de Los Ríos42 de Madrid