A raíz de un abominable hecho ocurrido en el municipio Turén del estado Portuguesa, Venezuela, que ha conmovido a la opinión pública nacional e internacional, en los portales digitales y redes sociales han comenzado a aparecer las palabras femicidio y feminicidio, y con ellas las dudas sobre cuál es la adecuada para describir un suceso sangriento como el aludido, en el que perdieron la vida dos mujeres, a manos de dos sujetos con amplios historiales delincuenciales que se habían evadido de un centro de reclusión.
En la sociedad portugueseña, especialmente en la que se produjo la tragedia, el común de las personas aún no sale del asombro, dado que nunca en esa zona del país se había registrado algo similar, máxime cuando el lugar no está tipificado como de alta peligrosidad.
Las manifestaciones de dolor y las peticiones de justicia no se han hecho esperar, y es por eso que a cada momento en Facebook, Twitter, Instagran y grupos de WhatsApp aparecen publicaciones individuales y grupales en las que se plasman sentidas palabras de solidaridad, acompañadas del deseo para que los autores sean capturados y puestos a la orden de la justicia.
El comisario Douglas Rico, director nacional del CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) ha comisionado a expertos para las investigaciones de rigor, que a la postre pudieran conducir a la aprehensión de los dos individuos señalados como los responsables.
Por su parte, los periodistas han comenzado a utilizar las palabras femicidio y feminicidio con cierta duda, acompañadas de género y sexo. De eso voy a hablarles, no sin antes pedirle a Dios que les dé resignación a los familiares y allegados de las damas que fueron ultimadas, convencido de que, de la justicia divina nadie podrá escapar.
Muchos cronistas de sucesos, abogados penalistas, jueces y gente común, no tienen claro lo que es femicidio y lo que es feminicidio, y no es para menos, toda vez que las definiciones que registran los diccionarios, incluido el DLE, son muy escuetas. Eso ha hecho que en unos casos aparezca femicidio, y en otros feminicidio.
Femicidio y feminicidio, como lo sugieren los prefijos y sufijos de ambos términos, están referidos al asesinato de mujeres, y el uso de uno u otro varía por la forma en que haya sido cometido. El primero alude a casos en los que privan el machismo y/o la misoginia, y está asociado a asuntos meramente pasionales; en tanto que el segundo define situaciones en las que la causa no guarda relación con lo anterior, pues se lo reserva para asesinatos por otras causas.
El feminicidio pudiera darse, por ejemplo, cuando algún antisocial, al tratar de perpetrar un robo, hurto u otra fechoría en cuya escena hay una mujer, le da muerte para anular la posibilidad de que haya testigo.
La consideración anterior permite deducir que lo ocurrido en el municipio Turén es, sin dudas, un feminicidio, dado que entre los victimarios y las víctimas, de acuerdo con lo que ha sido publicado en los medios de comunicación, producto de las averiguaciones preliminares y versiones de testigos, no hay vínculos de ningún tipo.
Ahora bien, la Fundéu (Fundación del Español Urgente) expresa que ambos vocablos «son válidos para aludir al asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia», con lo cual estoy de acuerdo. Estimo que la RAE debería simplificar el asunto y darles categoría de sinónimos o fundir uno en otro, y asunto arreglado.
En cuanto a género y sexo, no hay mucho en qué ahondar, pues solo basta con saber que lo que determina si un ser vivo (persona o animal) es hembra o varón, es el sexo y no el género, como escriben muchos periodistas descuidados.
Género tienen las palabras y las cosas inanimadas, y por eso es una impropiedad hablar de violencia de género para aludir a las agresiones verbales y físicas que el marido le inflige a su pareja. En todo caso es violencia de sexo; pero muchas personas solo asocian la palabra sexo con el acto carnal, y he ahí el tabú.
Eso de violencia de género, en el contexto en que lo he descrito, es un mal que ha hecho metástasis en muchas áreas del saber, incluso la Fundéu, de cuando en cuando, utiliza la referida frase con idéntica finalidad. No sé qué criterio habrá aplicado para validarla. ¡Ellos sabrán!
Que importante la aclaratoria de la diferencia de los términos femicidio y feminicidio , muy oportuno.
Otra polémica interesante sería saber porqué no se elimina el término feminicidio, y todas sus derivaciones lingüísticas, y quedarnos con la palabra homicidio. El homicidio de un mujer por el hecho de ser mujer tendría una pena agravada. ¿Para qué inventar tantas palabras?¿O diremos ahora gerontofeminicidio cuando se asesine a una anciana?
César, nadie obliga a utilizar el término feminicidio, y nadie prohibe utilizar homicidio, así de versátil es el español, permite crear y adaptar palabras para enriquecer la comunicación entre personas.