Fernando Sagaseta, el ajedrez y el ascensor del Congreso

El reciente encuentro en un ascensor del Congreso entre el líder del ultraderechista Vox, Santiago Abascal, con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, me ha rememorado la figura del que fuera diputado, abogado y ajedrecista canario Fernando Sagaseta (1927-1993).

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Fernando Sagaseta con su gesto característico

Hace cuatro décadas, coincidieron en el Congreso y además en el grupo mixto, Sagaseta, elegido por la Unión del Pueblo Canario y el ultra líder de Fuerza Nueva, Blas Piñar (1918-2014). Entonces trascendió que Sagaseta evitaba coincidir en ningún lado con Piñar y nunca entró con él en el ascensor del Congreso, si lo veía, fuera el lugar que fuera, lo rehuía. Vivió el 23-F donde fue el único diputado herido leve ese día.

Sagaseta, además, presentó en 1980 una proposición no de ley para ilegalizar a los partidos de extrema derecha como Fuerza Nueva. Tras más de cuatro décadas de democracia hoy sí pueden coincidir en el ascensor líderes de formaciones que están en las antípodas políticas.

Antes de entrar en su faceta política hay que mencionar la ajedrecística que llevó Fernando Sagaseta al Congreso. Se inició en el juego con su tío paterno a los catorce años y se le puede adscribir a la escuela romántica e imaginativa en su juego con aperturas abiertas, de ahí su admiración por el entonces soviético Mijail Tal (1936-1992). Solía usar el gambito escocés (1. e4 e5 2.Cf3 Cf6 3.d4 exd4 4.Ac4).

Fue con Germán Pírez (1914-1992) y Pedro Lezcano Montalvo (1920-2002) con los que compartía ideas políticas, uno de los jugadores históricos del ajedrez en Las Palmas, donde perteneció al Club Ajedrez Las Palmas, -desaparecido tras la creación del Club Caja en 1967-, y posteriormente por el club Enroque. Estuvo así en la etapa de oro del ajedrez canario, jugaba en el parque San Telmo o el Círculo Mercantil.

Según recuerdan sus contemporáneos, “le fascinaba el ajedrez, y especialmente la belleza y la dialéctica del juego; ganar o perder no era tan importante como la sensación estética del juego de ataque”.

Fue subcampeón provincial en 1944, campeón de SEU en 1947 y campeón regional en 1960, ganó torneos y participó en el Campeonato de España universitario y en el Nacional de 1960 en Lugo donde quedó en mitad de la tabla. Se conservan diferentes partidas que disputó.

Una de sus frases sobre su presencia en el tablero es bien llamativa: «Lo vivo con pasión, se me hinchan las venas durante la partida, parece que me va a dar un infarto, una admiradora me dijo una vez que verme jugar era como sentir un orgasmo».

Llegó a admitir que si tuviera otras circunstancias se hubiera dedicado al ajedrez de forma profesional.

Como anécdota, la policía cuando le detuvo creía que las planillas de ajedrez tenían mensajes en clave. Jugó al ajedrez en el tiempo que estuvo en la cárcel de Burgos e incluso se lo enseñó a varios reclusos. También le transmitió su amor por los 64 escaques a su sobrino Joaquín, Quino, Sagaseta con el que compartía despacho e ideología.

Tras salir de la cárcel en 1966 declaró: “Después de estar tanto tiempo sin jugar, todo el periodo que estuve en la cárcel, logré hacer tablas con los grandes jugadores de la época y jugando con negras: Pomar, Torán y el viejo Sanz. A raíz de este éxito me entusiasmé, pero con la política y el despacho, me era totalmente imposible dedicarle más tiempo al ajedrez”.

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Fernando Sagaseta ante un tablero de ajedrez

Siempre defendía que el ajedrez era un arte: “Hay una cualidad, la creación. Es para mí la máxima expresión estética…a partir de dos horas y media ya me cansaba. Yo siempre jugaba a ganar”.

Posteriormente, jugó algún torneo esporádico y el campeonato de España por equipos en 1974 pero ya tuvo un mal resultado, unas tablas y cinco derrotas, pero sí mantuvo su afición hasta el final de sus días jugando partidas informales con amigos. De hecho, una semana antes de fallecer, debido a un cáncer de pulmón, recibió el homenaje del ajedrez a través de su último club al que perteneció, el Guiniguada.

Entonces pronunció su postrero discurso alusivo al más que milenario juego: “El ajedrez nos puede ayudar a transformar la sociedad, ya que su práctica nos enseña a comprender las razones del otro; los dos contrincantes colaboran en la elaboración de una obra de arte que no se puede realizar en solitario, sin oposición. La vida está hecha de mil errores… el modesto juego del ajedrez puede ayudar a crear una cultura con millones de riachuelos que formen el gran río humano que espero al menos llegar a vislumbrar”. Tras su muerte se disputaron dos torneos memoriales, en 1994 y 1995 en su honor en el humilde barrio de Tres Palmas de la capital canaria.

Biografía de Fernando Sagaseta

En cuanto a su trayectoria personal y política, nació en Las Palmas, fue huérfano de padre a los cinco años, estudió Derecho en La Laguna donde ya tuvo contactos con la oposición antifranquista. Tras fundar el movimiento Canarias Libre, hasta 1963 no ingresa en el Partido Comunista, tras el fusilamiento de Julián Grimau, cuando estaba en la cárcel donde fue condenado por hacer unas pintadas.

Tras salir de la prisión abre un despacho de abogados donde impulsará las luchas sociales y políticas siendo suspendido como letrado de 1969 a 1975 debido a su activismo político.

Expulsado del PCE en 1971 debido al eurocomunismo finalmente en 1979 es elegido diputado por la coalición Unión del Pueblo Canario. Era conocido por su brillante oratoria vehemente y encendida. Estuvo solo una legislatura, hasta 1982, posteriormente participa en el Congreso de Unidad Comunista y de 1984 a 1989 pertenece al Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE).

Hizo campaña en 1986 contra la permanencia de España en la OTAN, Canarias, País Vasco, Navarra y Cataluña fueron las comunidades donde triunfó el No. Apoyó inicialmente la perestroika y acabó en Izquierda Unida en 1992 donde fue candidato al Senado en las generales de 1993.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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