Hoy no se ha ido un humorista más; un dibujante de la realidad; un cómico de la escena grotesca. Hoy Antonio ya no publicará su viñeta. Quizá cuando nos acostumbremos a no verla reflexionemos acerca de la vida esta; que putada tras putada, vamos sorteando el devenir en ese encuentro con lo mágico que dice ser la partida.
Y no, no lo es aunque intentemos incesantemente ver que un día dejas de estar aquí y se apaga el enchufe que te da corriente. Blasillo, Concha, Mariano, recuerdos de niña cuando me sonreía y comenzaba a entender este oficio a través del humor y de los diversos diarios en donde escribías con destreza. Contradicciones de la misma vida; los forgendros y el observatore forgiano que nos hizo entender también en qué caos estamos metidos aunque nos pese. Irreverente y capaz, denunciabas todo aquello que tenía que ver con los derechos humanos; con la desigualdad de las personas que desgraciadamente sigue siendo hoy moneda de cambio.
Recordar a Forges es entender España con cierto sentido del humor porque si no, de no ser así, ¡apaga y vámonos!
Hoy te despedimos entre lágrimas y sonrisas; otra contradicción que nos brinda la vida; otra, de las innumerables que tenemos que sortear los que nos quedamos aquí. En una fría mañana de un invierno que vino para quedarse, te vas el mismo día que Antonio Machado, otro caminante que tal baila, y esperamos, que juntos, no la líeis parda ahí arriba; en ese lugar inmenso en donde los grandes se ponen en fila de a dos.
La indignación social; el trabajo precario; tus viejas de pueblo; tu no a la guerra; tus magníficos homenajes a los que murieron cruelmente; tu forma de ver la política y a los políticos; y tu final, «Esto del año político flácido es irreparable, recognes…» son parte de tu verdad; de tu integridad como ser humano, porque por encima de todas las cosas, Forges, Antonio Fraguas, eras un gran ser humano.
Desde que le dijeras a su padre de niño que querías dibujar viñetas, hasta hoy. Parte de nuestra vida se va contigo, colega, y parte, se queda aquí para los aprendices de este oficio que va a la deriva necesariamente. No podremos escucharte en No Es Un Día Cualquiera, el programa de Pepa Fernández en Radio Nacional porque nadie ha logrado llenar ese espacio en el que ya desde hace unos meses no participabas. Y los escuchantes nos preguntábamos, ¿qué tal estará Forges?. Pues mira; la gran putada. No estás, no estás bien pero sigue tu legado con nosotros, ¡qué grande es la hemeroteca que todo nos recuerda! No nacerá otro Forges porque en la Historia de aquí, solamente estás tú, y eres, absolutamente irrepetible.
Gracias por hacernos reír cada mañana. Empezar el día con tu viñeta nos hacía prever cómo iba a ser el resto de la jornada. La de hoy, necesariamente es demasiado triste.
Descansa en paz.