Un millón setecientas mil personas se han movilizado este 9 de enero de 2020 en las principales ciudades de Francia (Paris, Nantes, Toulouse, Burdeos, Dijon, Marsella Lille, etc.) según fuentes sindicales, (452 000 según la policía), en la cuarta jornada de masiva movilización nacional contra el proyecto del presidente Macron de desmantelar el actual sistema paritario de pensiones y remplazarlo con un “sistema por puntos”.
Desde el 5 de diciembre de 2019, se cumplen ya 36 días de huelga general ilimitada en el sector publico, transportes, EDF, correos, educación nacional, universidades, hospitales etc. Todo un récord en Francia desde 1968.
Aunque el núcleo duro de la huelga está constituido por los sindicatos CGT, FO y SUD en la SNCF y transportes públicos, 61 % de franceses siguen siendo favorables a este movimiento de huelga general, mientras que el gobierno y el presidente Macron persisten en su estrategia de enfrentar a unos franceses contra otros, y esperar el agotamiento de la protesta social.
Pero mas allá de los ferroviarios y de los transportes urbanos como la RATP, son muchos los sectores y profesiones que participan en este movimiento de huelga, como el sector de la energía, que amenaza con bloquear las refinerías de petróleo, pero también los abogados, el personal hospitalario, los empleados de la opera de Paris, o del Museo del Louvre, Radio France, los bomberos, o los ejecutivos representados por el sindicato CGC, que se oponen también al proyecto Macron y a su tentativa de apoderarse del dinero de las “pensiones complementarias”.
Un simulacro de negociación del gobierno con la CFDT, único sindicato que ha aceptado la “reforma de pensiones por puntos”, tiene actualmente lugar sobre la edad de la jubilación, fijada por el ejecutivo en 64 años, y sobre ciertos criterios de penosidad laboral.
El resto de las organizaciones sindicales, como lo ha probado la movilización de este jueves, denuncian esa mascarada y se oponen abiertamente a ese dispositivo de “pensiones por puntos” destinado a reducir las pensiones de los trabajadores y sobre todo con el objetivo de que sea el gobierno quien tome el control del valor atribuido al punto, en función del PIB y de la coyuntural situación económica.
Las mínimas concesiones hechas por el gobierno a los policías, bomberos, transportistas, abogados, personal ferroviario, o a los enseñantes, muestran su voluntad de enfrentar unos franceses contra otros, así como la hipocresía de su pretendido “sistema universal” que se anunciaba como el fin de los “regímenes especiales”, cuando en realidad su objetivo evidente es imponer “un sistema de pensiones por puntos”, socialmente injusto, económicamente innecesario e ideológicamente reaccionario y neoliberal al servicio de las finanzas y de los fondos privados de pensiones, que como la gestora Black Rock se frotan ya las manos…
Si los grandes medios informativos persisten en minimizar el movimiento de protesta, es importante señalar que en la manifestación de hoy ha habido una fuerte participación de las bases sindicales, y no sindicados, mas allá de la movilización de las propias direcciones nacionales.
Las provocaciones policiales persisten así mismo y la bronca es cada vez mayor contra la desproporcionada represión policial avalada por el gobierno. La impunidad de la violencia policial en las manifestaciones como en la vida cotidiana, ha conocido un nuevo y escandaloso episodio esta semana con la muerte de un joven, en un control de tráfico, asfixiado en el suelo al ser neutralizado por tres policías.
Tres consignas principales estaban hoy en el centro de esta fuerte movilización: Retirar el proyecto de “reforma de pensiones por puntos” de Macron, reclamar la dimisión del presidente Macron y de su gobierno cuya legitimidad es impugnada por los manifestantes, y protestar contra la violencia policial y la impunidad de que gozan los policías responsables de violencias y mutilaciones.
Próxima cita el sábado 14 de enero 2020, con una nueva movilización, a la que llaman así mismo los “gilets jaunes” en toda Francia.