La huelga general convocada en Francia por las principales centrales sindicales, a excepción de la CFDT, ha sido un éxito incontestable tanto por el elevado numero de huelguistas como por la nutrida participación en las manifestaciones: 800 000 manifestantes según la policía, un millón y medio en toda Francia, según fuentes sindicales.
Los transportes públicos y ferroviarios quedaron prácticamente paralizados y un 30 % de los vuelos fueron anulados en el transporte aéreo este jueves 5 de diciembre de 2019.
En París y en un centenar de ciudades como Marsella, Nantes, Toulouse, Tours, Lille… la participación ha sido masiva respondiendo al llamamiento de los sindicatos CGT, FO, SUD, FSU, CGC, UNL, UNEF, que habían convocado esta huelga general y jornada de movilización nacional.
Señalemos que las federaciones CFDT en la SNCF y RATP sostienen la huelga no obstante la oposición de su dirección nacional. La huelga en ambas empresas publicas es reconducible y prosigue este viernes 6 de diciembre. El trafico aéreo se verá así mismo perturbado y el 20 % de los vuelos previstos este viernes han sido anulados.
El movimiento de los chalecos amarillos, así como diversas organizaciones y partidos de izquierda han apoyado esta movilización contra el proyecto gubernamental de “reforma de pensiones” anunciado por Emanuel Macron. Los chalecos amarillos organizaron paralelamente ayer la ocupación del peaje de Saint Arnoult en la autopista A10, en las cercanías de Paris, con una operación “peaje gratuito”.
En París, la manifestación que recorrió la ciudad de la estación del Norte a la Plaza de la Nación reunió cerca de 250 mil personas. A pesar de la ya habitual provocación policial, que consiste en permitir el agrupamiento de un centenar de “black blocs”, que se dedican a un enfrentamiento violento con la policía y a destrozar o incendiar lo que pueden a su paso, la manifestación iniciada a las dos de la tarde pudo llegar a su destino, a eso de las nueve de la noche.
La nutrida multitud que desfilaba pacíficamente fue bloqueada durante dos largas horas por un cordón policial en torno a la Plaza de la República, donde se produjeron diversos incidentes violentos fuera de la manifestación oficial. La estrategia represiva de la prefectura organizada y ordenada por el Gobierno se ha transformado hoy en una verdadera amenaza contra la libertad de manifestación en Francia.
Esas provocaciones filmadas tranquilamente por las televisiones de información continua, bien protegidas por la policía, permitieron una vez mas mostrar imágenes de incendios y de violencia, para mejor escamotear el poderoso mensaje de esta huelga general: La oposición firme y decidida del mundo del trabajo a la propuesta gubernamental de un sistema de “pensiones por puntos”. Según los sondeos de opinión, 62 % de los franceses sostienen la movilización social en curso, y 64 % estiman que Macron no comprende las dificultades sociales de la población.
La incapacidad y la impotencia de las fuerzas del orden para impedir la acción violenta de un centenar de reventadores debería ser motivo, a mi entender, de la dimisión del prefecto y del ministro del Interior. A menos que el objetivo sea dejarles el campo libre, para mejor desprestigiar e impedir las manifestaciones en Francia, lo que merecería en ese caso la dimisión del Gobierno y del propio presidente de la República.
Ferroviarios, Ratp y transportes urbanos, funcionarios, enfermeras y personal hospitalario, pensionistas, bomberos, estudiantes, profesores, pero también empleados y “cadres” (ejecutivos) del sector privado, periodistas, artistas del mundo de la cultura y del espectáculo, han participado masivamente en esta manifestación interprofesional e intergeneracional, lo que muestra que el tema de las pensiones es un elemento unificador de las diversas cóleras y luchas que se desarrollan en Francia contra la política ultraliberal de Macron.
El apoyo de la opinión publica no huelguista a esta masiva huelga general del sector publico, en la que la SNCF y la RATP y los transportes urbanos son el motor principal, será decisiva en los días venideros, en esta lucha para defender el sistema solidario de pensiones y de seguridad social en Francia.