El prestigioso digital francés Rue 89 ha sufrido sendos ataques de piratas informáticos, que dificultaban la lectura de sus artículos y el intento de introducir comentarios, conocidos con la sigla DDOS (denegación de servicio), lo que en resumen quiere decir que se envía un elevadísimo número de solicitudes a un servidor hasta conseguir paralizarlo.
La redacción de Rue 89 presentó una primera denuncia, subrayando que este tipo de actuaciones “atentan contra la libertad de expresión (…) y causan perjuicio a un medio informativo”. Al parecer, la agresión informática, así como los subsiguientes ataques a uno de los periodistas de la publicación y a su familia, ha sido reivindicada por alguien que se identifica como “hacker residente en Israel”, en Ashdod, al sur del país, descontento con un artículo por el que se sintió afectado.
Se trata de una persona muy conocida por los servicios policiales y judiciales franceses a causa de algunas actuaciones anteriores con la Liga de la Defensa Judía (LDJ), entre ellas el saqueo de una librería pro-palestina en París, que le valió una condena de cárcel (aunque con el cumplimiento en suspenso).
«Los ataques a la publicación, lo mismo que el acoso a nuestro periodista y su familia, son de naturaleza fascista -han escrito en las páginas de Rue 89-. Constituyen una forma violenta, aunque sea «virtual», de amordazar a un medio de comunicación y de intentar intimidar a un periodista. Se trata de una forma de actuación extremadamente grave que afecta al conjunto de los medios y al propio funcionamiento de la libertad de expresión. Un gobierno, o una persona descontenta con un artículo o una postura editorial, no pueden hacer justicia por sí mismos atacando las redes informáticas con toda impunidad”.
Por su parte, las redacciones de todos los medios del grupo editorial Monde Libre –al que pertenecen el propio Rue 89 y, entre otros, el diario le Monde y el semanario Le Nouvel Observateur- han firmado un comunicado de solidaridad con sus colegas atacados:
“…nuestro colegas y amigos de Rue 89 se han convertido en el objetivo de un hacker franco-israelí quien, descontento con alguna información que le afectaba, ha pirateado varias veces el acceso a la publicación y ha atacado con violencia a algunos periodistas y sus familias. Estos métodos incalificables cuestionan gravemente la libertad de información (…) Deseamos que la investigación abierta concluya lo antes posible y acabe con este tipo de actuaciones. No cederemos ni a la intimidación, ni al chantaje, ni a la amenazas, y reafirmamos nuestro apoyo total y nuestra solidaridad a la redacción de Rue 89”.
Lo firman: Eric Chol, director de Courrier international, Matthieu Croissandeau, director del Nouvel Observateur, Jean-Pierre Denis, director de La Vie, Pierre Haski, presidente de Rue89, Fabienne Pascaud, directora de Télérama, Anne Sinclair, directora editorial de la edición francesa del Huffington Post y Gilles van Kote, director de Le Monde.
Nuevos ataques
Posteriormente, el martes 12 de agosto, el presidente de Rue 89, Pierre Haski, reputado periodista especialista en la política y la sociedad chinas, país en el que durante muchos años fue corresponsal del diario Libération, ha presentado otras dos denuncia contra el hacker israelí –que alardea en las redes sociales de ser el autor de los ataques- por el acoso al que le está sometiendo: en concreto, el 8 de agosto publicó el fichero TAJ (tratamiento de antecedentes judiciales) del periodista, un fichero confidencial que consiguió haciéndose pasar por policía, que contiene las denuncias que Haski ha tenido como responsable de algunas informaciones publicadas en el digital. El hacker incluía también la grabación de una conversación con el policía que le entregó el fichero (violando las reglas del tratamiento de los ficheros informáticos) así como lo que figuraba como dirección personal del periodista que, en realidad, era la dirección de su trabajo.
Esa misma noche, el hacker se hizo pasar por Pierre Haski en una llamada telefónica a la comisaría del barrio parisino donde reside, asegurando que acababa de matar a su mujer y estaba atrincherado en su casa, con un arma, dispuesto a disparar sobre la policía si intentaba entrar. El asunto, que provocó un considerable despliegue de fuerzas policiales en el barrio, se resolvió afortunadamente sin pasar a mayores.
Finalmente, al día siguiente, el hacker utilizó su cuenta de Twitter para insultar al periodista y publicar, esta vez sí, la dirección de su domicilio familiar.
Con estas son ya cinco las denuncias presentadas por la publicación contra el hacker franco-israeli que lleva dos semanas acosando a Rue 89 y a sus periodistas.