Sábado 23 de noviembre 2019, Gran Teatro de Córdoba. Los ganadores del único Concurso Nacional de Arte Flamenco, cuyos premios tienen el rango de Nacionales, Florencia Oz, José Fermín Fernández y Francisco Escudero El Perrete se reunieron en el gran escenario del teatro para primero recibir sus premios de manos del alcalde de Córdoba, José María Bellido y de la presidenta del IMAE, (Instituto Municipal de Artes Escénicas) Blanca Torrent y después ofrecer al público que abarrotaba la sala sus actuaciones de gala.
Los finalistas, tres en cada categoría, también recibieron sus diplomas.
Las actuaciones estuvieron a la altura de la ocasión. Ya no competían, ya no había nervios, ya solo actuaban para disfrutar de su premio y para hacer disfrutar de su arte al público.
Florencia Oz, seguiriya
Florencia Oz, nombre artístico de la bailaora Florencia O’Ryan Zúñiga empezó por una seguiriya que interpretó con una intensidad más allá de lo habitual, hasta dejar sin respiración. Vestida de negro, su cuerpo a ratos fue escultura y a ratos se movió como un junco mecido por la brisa en la orilla de un río. Estuvo muy bien acompañada por la guitarra de Miguel Pérez, los cantaores Jesús Corbacho y Antonio Campos y las palmas de José Manuel El Oruco. Cuatro artífices que pusieron énfasis a una danza presidida por lo más profundo del duende.
José Fermín Fernández
El guitarrista José Fermín Fernández empezó rindiendo homenaje a la Unión, donde hace pocos meses fue el ganador del Bordón Minero, cantando una taranta suya a la que ha dado por título el nombre de la ciudad murciana. Taranta La Unión. Completó su programa en la gala por bulerías, también con título sugerente, nada menos que Alquimia. Sugerente e intencionado, sus dedos sobre las seis cuerdas fueron pura alquimia, desbordante de sonidos y ritmos, todos los posibles del palo festero.
Francisco Escudero El Perrete
Francisco Escudero El Perrete tuvo su noche de gloria, se sacó la espina que se llevó clavada el pasado verano de La Unión, donde fue finalista al premio mayor, la Lámpara Minera. La verdad es que estuvo sembrao en su programa, primero por malagueñas y cantes abandolaos para abrir boca, la seguiriya ocupando el centro y de salida algo de su tierra y también suyo, unos tangos extremeños. Todo ello acompañado por la guitarra de Juan Vargas. Un dúo de gala para una noche de gala. Y también un ejemplo de humildad en una noche, para él, de triunfo.
El broche de oro final lo puso Florencia Oz en su segunda actuación, acompañada por su elenco de cante, toque y compás, con una larga serie por cañas que ella vistió de matices en coral anaranjado y bata de cola, a la que supo imprimir vida propia. La bata de cola siempre tiene gran protagonismo en el baile flamenco, pero hay veces que tiene algo mágico y vivo como en esta noche de gala. Cola y mantón, que hizo volar alrededor de su cuerpo, con todo su arte.
La caña fue un final de gala sensacional. Florencia Oz demostró por todo lo alto porqué ha sido merecedora de este premio, el más importante de los premios de danza flamenca.
Después de las actuaciones, el Gran Teatro ofreció un vino español a los invitados al evento, para darnos la oportunidad de confraternizar con los artistas premiados. Y a fe que lo hicimos.