He visto con agrado y verdadero placer “Generación Ferré” , película documental de Jorge Amat, que la cadena Arte de televisión acaba de difundir en Francia.
Un hermoso homenaje a ese genial músico, poeta, y cantautor libertario que es Leo Ferré. Me permito utilizar el presente a pesar de que Ferré falleció veinte años atrás, un 14 de julio de 1993, pues como todos los grandes del mundo del arte y de la cultura, Ferré sigue vivo entre nosotros a través de su obra generosa y prolífica.
Paradojas del destino, el día de la fiesta nacional francesa, como para aguarles el festejo de ese desfile militar que no era santo de su devoción, se fue Ferré, viejo, solitario, como recordando con rabia e ironía aquella estrofa de una de sus canciones “à mon enterrement, je gueulerai quand même” (incluso en mi entierro gritaré o protestaré). Un genio de esa raza de acero inoxidable, irrecuperable por el sistema, como Jacques Brel, o Georges Brassens.
“Avec le temps tout s’en va’, todo se va con el tiempo cantaba Ferré, y sin embargo su huella quedará marcada durante siglos. Y basta.
Cincuenta y dos minutos es el formato de este hermoso documental producido y difundido por Arte, lástima que los nuevos censores hayan impuesto ese formato limitado a su autor Jorge Amat, quien ha lidiado como ha podido y con mucho talento en ese desafio. La abundancia de material filmado y documental habría permitido un formato mucho mas ambicioso. Me dirán los pesimistas que no hay que pedirle peras al olmo televisivo.
Hubiese visto con placer una hora mas de esta evocación de la vida y la obra de Ferré. Pero los mismos que censuraron a Ferré en vida, con un paso muy limitado de su libertaria obra en las ondas herzianas, siguen hoy ejerciendo la censura a través del formato. No pueden impedir, aniversario obliga, el homenaje a este gran artista, pero limitan su alcance con el formato y con una atípica hora de difusión, las seis de la tarde, prefiriendo guardar el denominado “prime time”, hora de gran audiencia, para todo tipo de productos menores o de telebasura. Y eso que Arte es de lo mejor que queda en el panorama audiovisual francés.
Desde los tiempos difíciles en que Ferré pianista sobrevivia en los bares y clubs de Saint Germain de Près, de los años cuarenta, en el parisino barrio latino, hasta la edad de oro de su carrera artística, su encuentro con Madelaine, y su primer concierto en el Olimpia de Paris, en 1954; de “la memoria y el mar” à “Poete vos papiers” y “la revolución” de 1968, cuando Ferré canta en la gran noche de las barricadas, los capítulos se suceden como quien pasa las páginas de un libro; de su ruptura con Madelaine a su tercera esposa Marie Christine, de origen español con la que llegará hasta el final de sus días, instalandose en la región italiana de Toscana. Los años setenta, ochenta y noventa, tres décadas de exilio italiano, lejos ya de los años Barclay, autoproduciendo sus discos y haciendo realidad uno de sus mayores sueños de músico: trabajar con orquestas sinfónicas.
Con los testimonios de sus colaboradores, de su hijo Mathieu, de su amiga Benoite Groult, o de los cantantes que han interpretado su obra, como Bernard Lavilliers, Catherine Sauvage, la cantante Sapho, o Jacques Higelin, “Generación Ferré” muestra en paralelo la obra y las canciones de Ferré, absolutamente autobiográficas en los mas mínimos detalles o alusiones y esos testimonios que aportan luz e información sobre Ferré hombre y artista.
Su simpatia por la causa de los anarquistas y por la España roja es una constante en su repertorio de cantautor. “La mayoria de los anarquistas son españoles, vaya usted a saber porqué..”, canta Ferré en “los anarquistas”; en “Franco la muerte” denuncia la dictadura fascista que reina del otro lado de los pirineos. Una atracción por esa España que perdió la guerra que se verá reforzada por su encuentro con Marie Christine, su tercera esposa, hija de refugiados españoles , llegados a Francia al fin de la guerra civil.
Nunca se consideró Ferré como un militante anarquista, sino mas bien como un simpatizante activo de la causa libertaria: “La revolución empieza por uno mismo” solía decir. “Ni Dieu ni maître”, ni Dios ni amo. Un artista genial Ferré, un ser humano generoso y solidario, repleto de paradojas, como cada cual. Tres mujeres en su vida: Odette, Madelaine y Marie Christine, una familia, con tres hijos, y sin embargo canta con furia “Le couple, voila l’enemi”, la pareja, ese es el enemigo. De la esperanza a la desesperanza, del amor pasión a la soledad, “porque morirás solo, como naciste solo”, así es Ferré. Auténtico, único.
Ferré canta al amor libre, al erotismo, al amor sin tabús y a la soledad como último refugio de su libertad individual. Sus canciones son como puñetazos en plena cara, impactan, molestan, no dejan a nadie indiferente. Personalmente me conmuevo hasta lo mas profundo de mi ser cada vez que escucho su voz en los discos en vinilo de 33 revoluciones que sigo conservando y escuchando preciosamente en mi discoteca. Música, poesia y canción se confunden en su obra de manera indisociable. Extraordinario ¡C’est extra!. Y como él sigo pensando que “el desorden, es el orden sin el poder” y “el poder un virus” probablemente inherente a la naturaleza humana. Merci Ferré.
NOTA EDITORIAL
El enlace al documental de Jorge Amat está desactivado para varios países, entre ellos España.
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