Cerca de 357 millones de personas en el mundo contraen enfermedades de transmisión sexual y 78 millones gonorrea, según indica la Organización Mundial de la Salud que fija la tasa de incidencia global en 19 casos por cada 1.000 mujeres y 24 casos en hombres.
El último informe de Vigilancia Epidemiológica de las Enfermedades Transmisibles publicado por el Centro Nacional de Epidemiología apunta un aumento significativo de la gonorrea en España que supone casi 14 casos por cada cien mil habitantes, frente a los 5 casos que había hace una década lo cual supone un problema de salud pública que las autoridades sanitarias deben abordar.
Europa de igual forma, se ha visto afectada por la misma causa y los datos refieren a que se han duplicado las cifras respecto a la misma etapa; 20 casos frente a 8 por cada cien mi habitantes. Este incremento exponencial obedece a que actualmente existe mayor conciencia social de los riesgos y se realizan más pruebas para un mejor diagnóstico. De igual forma, han aumentado las prácticas sexuales de riesgo y se ha perdido el miedo al sida y a las enfermedades de transmisión sexual, así como al aumento del uso de drogas durante el sexo que permite una pérdida de la percepción de riesgo.
Dentro del colectivo los hombres son los más afectados por las prácticas homosexuales o bisexuales sin protección alguna y de cada diez diagnósticos, ocho son de hombres con hombres, independientemente que además tuvieran relaciones con mujeres que también estarían afectadas. La media de edad que apunta el informe es de 31.6 años y las tasas de incidencia son ostensiblemente superiores en varones en todos los grupos de edad.
Los casos de diagnóstico por gonorrea informados en la Unión Europea han reportado que de igual forma cerca del 44 % pertenecen a prácticas de varones con varones frente a la proporción del 48 % de hombres y mujeres heterosexuales. La gonorrea presenta una de las afecciones más importantes y cursa con síntomas agudos de ardor al orinar, secreción en el extremo del pene, dolor en los testículos y afección en el recto y la garganta aunque existe un 10 % de los afectados que pueden padecer dicha infección y no tienen síntomas.
La enfermedad más contagiada en el mundo es la gonorrea seguida de la clamidia, la sifilis y la tricomoniasis. El problema radica en la resistencia a los antibióticos dado que existe una menor sensibilidad a la gonorrea y actualmente se aborda con cefalosporinas orales e inyectables y hay que señalar que además esta infección tiene resistencia a los antimicrobianos con respecto a las penincilinas, sulfamidas, tetraciclinas, quinolonas y macrólidos.
Las faltas de campañas de concienciación acerca de los riesgos de practicar sexo sin protección, la falta de información acerca del riesgo de ingerir alcohol y drogas que inhiben los riesgos reales, así como otras campañas preventivas que aborden qué supone tener una enfermedad de transmisión sexual, hace que no se tenga información suficiente del riesgo de contraerla. Muchos de los infectados además tienen el VIH y no tampoco conscientes de ello, lo cual supone que las prácticas realizadas siempre se efectúan sin considerar dichos riesgos.
La gonorrea es una enfermedad infectocontagiosa bacteriana que afecta a membranas mucosas, producida por el diplococo gramnegativo Neisseria gonorrhoeae (gonococo). En general se trata de una infección de la uretra (uretritis) o del cuello del útero (cervicitis) que puede propagarse a las glándulas y órganos vecinos. En otras ocasiones, la infección local primaria es extragenital, y produce proctitis, faringitis o conjuntivitis (oftalmía). Su importancia deriva de la posibilidad de graves complicaciones, especialmente en la mujer (enfermedad pélvica inflamatoria, esterilidad, embarazo ectópico), y de producir, en ocasiones, infección sistémica (infección gonocócica diseminada). El reservorio es exclusivamente humano y el modo de transmisión el contacto sexual, excepto en la conjuntivitis gonocócica neonatal (oftalmía) –transmisión intraparto–.
Si usted sospecha que puede estar infectado debe acudir a un centro médico para que le realicen un cultivo que esté libre de gonococos y por tanto, debe evitar las relaciones sexuales hasta que no esté desinfectado de lo contrario puede ayudar a la propagación de la infección y puede ocasionar un brote epidémico que tendrá que ser notificado a las autoridades sanitarias. Cuando se encuentran los pacientes afectados el control y actuación para prevenir la diseminación son importantes.