Greenpeace: grave falta de control sobre los residuos radiactivos de Fukushima

Greenpeace ha publicado, cuando están a punto de cumplirse cuatro años del accidente nuclear en Fukushima, sendos informes sobre la situación actual en la zona del accidente y advierte de que se siguen liberando importantes cantidades de contaminación y de que la probabilidad de nuevos accidentes sigue siendo alta.

Kumi-Naidoo-Fukushima-2011 Greenpeace: grave falta de control sobre los residuos radiactivos de Fukushima
Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional (vistiendo chaqueta verde) observa como un equipo de Greenpeace liderado por Jan Beranek (vistiendo chaleco naranja y sosteniendo un gammaspectrometer), comprueba la contaminación de radiación fuera de las instalaciones de la guardería ‘Soramame’, en la ciudad de Fukushima © Jeremy Sutton-Hibbert / Greenpeace

 

Además, subraya que Japón -con el tercer mayor programa de energía nuclear del mundo- lleva casi 18 meses con todos sus reactores nucleares parados sin haber causado ningún corte en el suministro eléctrico en el país, lo que demuestra la obsolescencia de esta peligrosa energía.

«Desde Greenpeace nos sumamos al duelo de las víctimas del terremoto y tsunami de Japón en el cuarto aniversario de aquella tragedia. Lamentablemente, nos vemos en la obligación de advertir de que el accidente nuclear de Fukushima solo es el comienzo de una pesadilla que permanece, o lo que es peor: una pesadilla que las autoridades y TEPCO quieren esconder», ha declarado Raquel Montón, experta en energía nuclear de Greenpeace.

El informe La Crisis Nuclear Japonesa. Informe sobre el estado de Fukushima Daichii publicado ahora por Greenpeace detalla la situación actual. La organización ecologista destaca entre los principales problemas:

  • No se conoce la ubicación exacta de los núcleos fundidos, causantes de la emisión de la radiactividad peligrosa para la salud y el medio ambiente, aunque se acepta que una gran proporción se ha derretido a través de las vasijas a presión.
  • Hay agua contaminada por todas partes. El agua contaminada se filtra y la que no, se almacena (hasta ahora, un total de 320.000 toneladas). Las aguas subterráneas se contaminan también debido a la contaminación superficial para, posteriormente, acabar en el océano Pacífico. Oficialmente se emiten 800 toneladas más, de las cuales la mitad escapan sin control y contaminan cada día.
  • Elevados niveles de radiación. El nivel objetivo de descontaminación del Gobierno japonés a largo plazo es de 0,23 micro Sv/h. En el monitoreo que Greenpeace realizó en octubre de 2014 encontró que un 59% de las mediciones de radiación sobrepasaban el nivel objetivo. Hay radiación a niveles suficientemente altos como para plantear problemas de salud para las personas que siguen conviviendo a diario con esta contaminación.
  • Residuos nucleares hasta en patios traseros de viviendas. Las áreas de almacenamiento temporal ya están cerca de su capacidad máxima y los residuos radiactivos se están almacenando en alrededor de 54.000 lugares de la prefectura de Fukushima, incluyendo los patios traseros de las viviendas, aparcamientos y parques. Cálculos oficiales estiman que el proceso de limpieza generará una cantidad de residuos que necesitará un volumen de almacenamiento de entre 15 y 28 millones de metros cúbicos, suficiente para rellenar entre 12 y 23 estadios como el Tokyo Dome.
  • La complicada extracción del combustible gastado de las piscinas, donde se almacena tras extraerse del reactor, ha comenzado por el reactor menos dañado (el 4). A partir de este año queda la parte más complicada, la de los reactores 1-3, en los que hay elevados niveles de dosis de radiación que hace que sea imposible para los seres humanos trabajar.
  • El desmantelamiento de la central nuclear es una incógnita. Empezará en la primera mitad de 2020 a 2025, pero el plan general – que habla de unos 30 a 40 años- está condicionado a una serie de presupuestos que son irrealizables.

El segundo informe de Greenpeace, Los efectos de Fukushima. El declive de la industria nuclear se precipita, ofrece una perspectiva general del impacto que ha tenido el desastre de Fukushima en la industria nuclear, tanto en Japón como en el mundo entero:

  • Japón sigue adelante sin energía nuclear. Los 48 reactores nucleares de Japón (sin contar el de Fukushima Daiichi) se encuentran en parada a largo plazo. El 11 de marzo de 2015 Japón llevará casi año y medio sin energía nuclear; el último reactor se desconectó el 15 de septiembre de 2013. Esto no ha causado ningún corte en el suministro eléctrico.
  • Reinicio de los reactores sin garantías posibles. El supuesto cumplimiento con los requisitos de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) y la futura aprobación del proceso de reinicio de los reactores de Sendai o de cualquiera otro reactor bajo revisión no significa que se haya evaluado la seguridad nuclear global de dichos reactores. El presidente de la NRA admitió que “no podemos decir que nunca más ocurrirá un desastre; los reglamentos no pueden garantizar la seguridad.”
  • El presupuesto de Japón de 2014 para la reconstrucción tras el desastre nuclear era de 652,3 mil millones de yenes (6.725 millones de dólares al cambio de marzo de 2014). Todavía falta calcular el coste real del desastre, aunque se barajan diversas cifras. En febrero de 2013 una de las estimaciones más precisas sobre el coste económico del desastre de Fukushima se situaba en 169.000 millones de dólares.
  • Aceleración de la tendencia bajista mundial de la generación nuclear. El año 2011 vio la mayor caída en la generación nuclear, con un descenso del 4%. En 2012, aumentó la caída con otra cifra récord del 7%. Aunque el 75% de esta caída se debe a la desconexión de la mayoría de la flota nuclear japonesa, otros 16 países, incluidos los 5 generadores nucleares más grandes (1), ven cómo disminuye su producción nuclear.

“Los 18 meses sin energía nuclear en Japón demuestran inequívocamente que esta energía no es indispensable, sino una tecnología anticuada y poco competitiva. A Japón no le quedan excusas para echar el cierre definitivo a todos sus reactores nucleares”, ha concluido Montón.

Greenpeace está recogiendo firmas para parar los procesos de reapertura que se han puesto en marcha en Japón, hasta el momento para la central nuclear de Sendai y Takahama, y pedir el cierre definitivo de todos los reactores nucleares de Japón www.greenpeace.org/zeronuclear2015

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