En la noche del sábado 2 de agosto de 2020, los guardacostas italianos respondieron a la llamada de socorro y acudieron en ayuda del barco «Louise Michel», fletado por el artista callejero Bansky y capitaneado por la activista alemán Pia Klemp.
Tras dos operaciones de salvamento de migrantes en el Mediterráneo, cerca de las costas libias, había pedido auxilio porque la nave es pequeña y no tiene capacidad para acoger a las 165 personas que en aquel momento se encontraban a bordo (sin contar, 33 más que estaban en una lancha de salvamento amarrada al barco). Había una persona muerta y otras varias con quemaduras graves causadas por carburante.
Los guardacostas italianos se hicieron cargo de las 49 personas más vulnerables (principalmente mujeres y niños): «En vista de la peligrosidad de la situación, los guardacostas han enviado al lugar un barco de patrulla desde Lampedusa, que ha embarcado a las 49 personas consideradas más frágiles, 32 mujeres, 13 niños y 4 hombres», han explicado en un comunicado. El cuerpo del migrante fallecido también fue trasladado a Lampedusa.
Posteriormente el resto de los pasajeros, en número de 150, fueron trasladados al barco «Sea Watch 4», propiedad de Médicos sin Fronteras (MSF) y la organización humanitaria alemana Sea Watch que, con 201 migrantes salvados de naufragar a bordo en este momento transporta 350 personas y lleva un par de días buscando un puerto para desembarcar, que de momento han rechazado Italia y Malta.
El encargado de cuestiones humanitarias de MSF en los Países bajos, Hassiba Hadj-Sahraoui, ha vuelto a denunciar la falta de respuesta de la Unión Europea a la «situación insostenible» de los barcos humanitarios en el Mediterráneo.