Hambre con mayúsculas. El Santo Padre hace un llamamiento a la conciencia de los que más tienen. Hablamos de hambre. El hambre que se lleva por delante a millones de personas porque nada tienen; tampoco algo para comer. En el primer mundo comemos hasta la saciedad, comemos hasta hartarnos y todo lo celebramos con comida. Y llega la Navidad…
Hoy no hablamos del hambre en el mundo; hablamos del hambre en una población que se llama Alcalá de Guadaira. Una familia se ha muerto de hambre. De hambre o de una intoxicación; el caso es que ya no están aquí. Da lo mismo si comían comida en mal estado o si ha sido un proceso de intoxicación. Nadie busca en la basura si come. Cáritas no hace más que decir que las personas que acuden a comer ya no son los indigentes de antaño; esas personas que alguna vez eligieron esa vida y aunque no les gusta, es la suya; la calle. A veces ni siquiera quieren ir a dormir a una albergue y prefieren dormir al raso.
Hablamos de Madrid, de la capital de España, de las colas en los comedores sociales, blancos, negros, de todos los colores; familias, niños, desamparo, soledad, nada para comer salvo un puchero, una fruta y hala, a correr. ¡Y menos mal que están! La labor de la iglesia que siempre está ahí para dar al que no tiene y ahora el papa nos hace hablar del hambre porque no es posible que en el siglo de las redes sociales, de la tecnología, del bienestar, estemos entre chorizos, entre corruptos, entre ladrones de guante blanco mientras el apartado social está cubierto por los pelos porque no hay más.
No digamos en Andalucía en donde el paro y el hambre están ahí porque se lo han llevado crudo los que manejaron la barca. Son tantos sitios y tantas personas que se nos tendría que caer la cara de vergüenza. En Filipinas mueren niños por un tifón. Aquí mueren porque la tarta no ha sido equitativa y el apartado social es uno que miramos de refilón porque ande yo caliente, ríase la gente. Mucho ferrari, mucha Finca, mucha comilona mientras otras personas no tienen nada que comer. Hablamos de comer. No hablamos de deshaucios, no hablamos de hipotecas, ni de coches, ni de niños. Hablamos de familias que no tienen nada para comer. ¿Desnutrición, hambre, siglo XXI? ¿Hablamos de España?
Todavía no he escuchado que los políticos den algo de lo que tienen. No en Navidad, en donde todos somos muy buenos; a diario, cada vez que vean una iniciativa social en marcha. Pidamos que sea una realidad. Que futbolistas, actores, ricachones, políticos, ladrones y todos los que tengan un millón de euros, al menos, eso, en su cuenta, den un diez por ciento a Cáritas y que lo hagan saber. Solamente hemos escuchado que lo hiciera Amancio Ortega y eso le honra. Que el resto de la cara, de su nombre y de parte de lo que tiene. ¿Para qué quieren tanto? No tendrán vida para gastarlo y sí saben malgastarlo con lujo y más lujo mientras el prójimo, el que vive a escasos metros se muere de hambre. No hay que irse muy lejos. No hablamos del hambre en el mundo. Hablamos del hambre en España.
¿Hay quien de más? Porque el hambre no sea una realidad. Porque las personas no mueran de hambre. ¡Dios mío! Están leyendo bien. Se mueren de hambre. La vida les ha cambiado por el paro, por una racha de mala suerte, por una enfermedad, pero mañana puedes ser tú. Tú también te puedes morir de hambre.
Pensemos esto por un momento. Esto si que es un drama. Y se llama España. Por la familia fallecida en Alcalá de Guadaira. ¡Nunca mais!
“Cuando el vaso está lleno, de pronto se hace grande y su contenido nunca llega a los más necesitados» Papa Francisco.
#ContraElHambreEnEspaña please!
Ana De Luis Otero
*Foto cortesía abc.es
Me asombra y me conmueve. No me imagino a un español en esta época pasando estas dolorosas viscisitudes. Felicito a esta magnifica periodista que desnuda sin temor y con tanta sensibilidad una situación tan dramática. Dios guarde a mi Patria del hambre, no la hay pero si muchos de los problemas de insesinbles como los que ella denuncia #contra el hambre en España por favor. recomiendo este art.