Juan de Dios Ramírez-Heredia [1]
Lo que el Ministerio de Hacienda está haciendo con las ONG de Acción Social no tiene nombre. Nos vapulea con normas y “Manuales de Instrucciones” donde se nos obliga a cumplir algunos requisitos que claman al cielo por arbitrarios e injustificados. Hace interpretaciones de sus propias normas que siempre nos quitan la razón, aunque nuestros argumentos para discrepar sean tan evidentes que los vería hasta un ciego.
Para el ministro Montoro y sus edecanes las ONG de Acción Social deben ser un nido de delincuentes en potencia a los que hay que vigilar muy de cerca, no sea que sus dirigentes se hagan millonarios quedándose el dinero que se les concede para atender a los marginados, a los discapacitados, a la infancia, a los ancianos, a los enfermos; en definitiva, a aquellos a los que los poderes públicos no atienden como Dios manda y que, sin embargo, encuentran un camino de esperanza entre nosotros.
Digo todo esto, estimado lector, porque esta insaciable y desconsiderada Hacienda que padecemos, días pasados nos quitó, se llevó, nos robó 19.410,68 euros porque decía que no habíamos justificado adecuadamente una parte de la subvención que se nos concedió en el año 2010 (¡hace siete años!). Cantidad a la que añadió, para castigarnos con más severidad, nada menos que 5.096,11 euros por intereses de demora. Total 24.506,89 euros que volaron de nuestra cuenta corriente para alimentar el vientre insaciable de la Hidra de Lerna que con sus múltiples cabezas se comía todo lo que encontraba.
¿Y por qué la Hidra se llevó el dinero?
Porque la Hidra no tiene conciencia, y como es tan fuerte y tiene tantos tentáculos, le importa una higa el sufrimiento de los demás. Les explicaré. Francisco Santiago Maya (Paco), conocido en toda España con el sobrenombre de “El Brillantina”, famoso porque fue la persona que cantó el Himno Gitano en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid ante sus Majestades los Reyes y el Gobierno de la nación en pleno, ha trabajado en la Unión Romaní como educador y mediador de conflictos durante muchos años. Ahora está felizmente jubilado. Y lo ha hecho con su correspondiente contrato de trabajo en toda regla desarrollando su actividad profesional en varias ciudades de la provincia de Barcelona. Paco es un gitano bueno, de origen granadino, hecho a sí mismo y profundamente enraizado en la base más humilde de nuestro pueblo, de la que procede. Por eso, hace muchos años, le propuse que formara parte de la Junta Directiva de la Unión Romani, habiendo sido reelegido en cuantas Asambleas Generales ha aparecido su candidatura. Tener a Paco “El Brillantina” en la Junta Directiva de cualquier asociación gitana es un lujo y un ejemplo vivo de lo que pretendemos con la incorporación a la vida laboral de nuestra gente.
Pues no. La Hidra de Lerna que desde dentro del Partido Popular trabaja para que pierda las próximas elecciones, en su demostrada e incansable actividad de ir en contra de las ONG de acción Social, ha dicho que los miembros de las Juntas Directivas de las asociaciones no pueden cobrar un sueldo con cargo a las subvenciones que reciben. Así lo dice la ley y así lo aceptamos. Convencidos, además, porque nos parece una disposición saludable para evitar abusos y corruptelas. Pero este no es el caso de Paco. Paco no ha cobrado nunca ni un céntimo por ser miembro de la Junta Directiva de la Unión Romaní. Paco ha desarrollado su duro trabajo en los barrios más conflictivos de Barcelona y su conurbación, y por eso ha cobrado un sueldo más bien ridículo. Pero Paco, que es un gitano serio y comprometido, ha regalado parte de su tiempo en aportar a nuestra organización su tiempo y sus conocimientos para que la labor que desarrollamos diera los mejores frutos.
¡Pues no! Lo hemos defendido por activa y por pasiva. Hemos interpuesto todos los recursos que la ley administrativa permite para hacer ver a los funcionarios de Montoro en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que Paco “El Brillantina” jamás ha cobrado ni una peseta, ni un euro, por ser miembro de la Junta Directiva. ¡Que si te vi, morena! No se bajan del burro. Lo que nos ha obligado a interponer ante la Audiencia Nacional el correspondiente Recurso con el fin de que sea este alto tribunal quien imponga un ápice de sentido común allí donde solo rige la interpretación literal de lo que las orejeras de burro dejan ver en la fría lectura de las normas.
Hacienda no espera
Te meten la mano en el bolsillo sin esperar a que un tribunal sentencie quién lleva razón.
Estamos pendientes de la sentencia. Pero a los hijos políticos de Don Cristobal Montoro les da exactamente igual. Para los interventores de este Ministerio de Hacienda, lo de la división de poderes del ínclito Montesquieu es cosa del pasado. Ellos se constituyen en poder ejecutivo y judicial al mismo tiempo. ¿Para qué esperar a que algún juez se le ocurra darnos la razón utilizando los argumentos que, en su día, en una clarificadora sentencia, utilizó el Tribunal de Cuentas? El Ministerio “…»debe formar libremente su convicción acerca de los hechos alegados a la vista del resultado de las pruebas y empleando las reglas de la lógica, la experiencia y el conocimiento de la vida (…)” Para terminar diciendo que se debe “(…) huir de interpretaciones literales para buscar la realidad del gasto y la finalidad”.
Pero lo malo es que esto va de mal en peor
Con lo que está cayendo en estos días, uno escucha a Rajoy con más interés que nunca porque en sus palabras siempre queda en el aire una incógnita. Debe ser por aquello de que cuando te encuentras a un gallego en una escalera lo difícil es saber si sube o baja. Días pasados le oí decir algo que me pareció plausible, porque responde a las reglas de la lógica. “¿Por qué cambiar algo que funciona, si además funciona bien?” Pues no, Don Mariano. Su ministro de Hacienda le contradice y le desautoriza. Claro que su comportamiento estaría justificado si, como dicen en el ala más conservadora de su partido,“Montoro es socialdemócrata”. ¡Líbrenos Dios, porque si fuera así la desbandada en el PSOE sería antológica!
Antes se actuaba con más sentido común. Y hablo con conocimiento y por experiencia. Hace unos años la Unión Romaní se vio igualmente impelida por Hacienda a devolver unas cantidades que los controladores del ministerio entendieron que no estaban bien justificadas. Eso es normal, sobre todo si quien inspecciona tiene una especial cualidad para ver posibles fraudes incluso donde no los hay.
Pues bien, una vez recibido el aviso de pago de la delegación de Hacienda en Barcelona, hicimos el correspondiente escrito solicitando que se suspendiera la orden de devolución hasta que la Audiencia Nacional dictara sentencia. El Delegado de Hacienda de entonces, un tipo de una sensibilidad exquisita, natural de Jerez de la Frontera ―algo tiene el agua cuando la bendicen― de nombre Miguel Parra Ortega, entendió nuestras razones y determinó suspender la orden de devolución hasta que la Audiencia Nacional resolviera. Y la Audiencia Nacional nos dio la razón y aquí paz y luego gloria.
Que no, Don Mariano, que no. Que su ministro de Hacienda se ha propuesto poner en su contra hasta a sus seguidores más fieles. Para el señor Montoro y sus subordinados hay que seguir una norma: a las ONG de acción social no hay que dejarlas respirar. Las ONG son el enemigo y los tres millones de votos que suponen los voluntarios del Tercer Sector que se vayan con viento fresco y que voten a otros que les traten simplemente con justicia y equidad. ¡Que torpeza, Señor, que torpeza!
Pero queda la traca final
Lo que les voy a contar a continuación es increíble. La Unión Romaní es una ONG que defiende los derechos de gente marginada, la mayoría de las cuales viven en situación de exclusión. Somos pobres de solemnidad. No tenemos más recursos que los que proceden de los poderes públicos. Pues bien, Montoro se ha robado a sí mismo, porque los 24.506,89 euros que nos ha quitado alevosamente de nuestra cuenta corriente proceden de la subvención con que este año estamos realizando un programa de lucha contra el absentismo escolar de muchos niños gitanos y otro de empleo juvenil. Esos programas los hemos tenido que suspender. No podemos pagar ni a los monitores ni a los educadores que velan por que los niños no falten a la escuela.
Pero lo más grave es que cuando los inspectores comprueben que estos programas no se han realizado plenamente nos reclamarán los 24.506,89 euros que no han sido gastados y, por lo tanto, no han podido ser justificados. ¿Y que les diremos? Pues que se los pidan a Montoro o a sus interventores que son los autores del expolio.
Y todo esto ¿por qué? Porque unos Torquemadas que son incapaces de ver más allá de lo que dice la letra escrita, se han empecinado, entre otras cosas, en negarle el sueldo a nuestro trabajador, Paco “El Brillantina”, ya que, según ellos, en el año 2010 era miembro de nuestra Junta Directiva.
- Juan de Dios Ramírez-Heredia es abogado y periodista, presidente de Unión Romaní