Henry James: el gran precursor de la novela moderna

Se publica una nueva traducción de «Los embajadores», la que el autor consideraba su mejor novela

Según el diccionario de la RAE, un embajador, en su acepción de emisario, es un mensajero que se envía para indagar lo que se desea saber, para comunicar algo a alguien o para concertarse en secreto con terceras personas.

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En la novela de Henry James «Los embajadores» (Alba), Lambert Strether, viudo de 52 años, es enviado por la Señora Newsome a París para que averigüe las andanzas de su hijo Chad, de quien sospecha entregado a una vida disipada de amistades peligrosas y relaciones con mujeres inconvenientes para su futuro como heredero de la empresa americana de su madre y de su fortuna.

Tiene además la misión de convencer al joven para que vuelva de inmediato a Woolet (Massachusetts), lo que redundaría en el futuro del propio Strether, a quien la madre de Chad ha prometido matrimonio si consigue tener éxito en la misión que le encarga.

Lo que Strether encuentra en el ambiente parisino que frecuenta Chad es lo contrario de lo que su madre y él mismo sospechaban, y el embajador se sorprende del cambio que aprecia en el joven: una madurez y un comportamiento refinado, una formación cosmopolita fruto de sus relaciones con la gente con la que se codea y con las mujeres que frecuenta, una libertad impensable en Woolet.

Ante esta nueva situación, las dudas que manifiesta Strether para convencer a Chad de su regreso instan a la Señora Newsome a enviar una nueva embajada, más exigente, formada por los Pocock, el matrimonio de Sarah, su hija y hermana de Chad; Jim, el marido de ésta, y Mamie, la hermana de Jim, con quien planean casar a Chad, para que refuercen a Strether en la misión de hacer regresar a su hijo.

Henry James utiliza esta trama para elaborar una de las mejores novelas de los primeros años del siglo veinte (fue publicada en 1903), protagonizada por los personajes de la alta burguesía europea y americana, a las que el autor retrata con sus diferencias de conducta, educación y prejuicios.

A través de sus relaciones y comportamientos, manifestados en sus reacciones ante los acontecimientos a los que se enfrentan, y de largos diálogos, James va construyendo las personalidades de cada uno de ellos, de sus virtudes y de sus miserias, de sus intereses y de sus intenciones, las expresas y también las ocultas.

Así, quedan al descubierto los propósitos de cada uno de los personajes en relación con la misión central que ocupa al protagonista de la obra y el lector tiene cumplida información de sus personalidades a través de las acciones que desarrollan, los diálogos que mantienen y los comportamientos que despliegan, incluso de la Señora Newsone quien, sin aparecer nunca a lo largo de las más de cuatrocientas páginas del relato, constituye el eje central sobre el que giran todos los acontecimientos que ocupan a los protagonistas, todo un magistral ejercicio literario de Henry James.

Y es asimismo fundamental en la novela el cambio operado en el propio Streather una vez conocido el ambiente cultural y sofisticado de París y sus también nuevas relaciones, que le sumergen en la duda de si la orientación anterior de su vida fue acertada y de si, a su edad, hay aún tiempo para corregirla. La decisión que toma constituye otro de los inesperados giros de esta gran novela.

Un autor para la eternidad

El tema central de «Los embajadores» es el que Henry James (1846-1916) aborda a través de casi toda su producción literaria: el enfrentamiento entre las culturas americana y europea y su toma de partido por Europa. A pesar de haber nacido en Nueva York y de haber recibido una educación elitista en su país natal, Henry James se enamoró de Europa desde que viajó con doce años al viejo continente y pasó aquí parte de su adolescencia.

Visitó varios países y se empapó de su literatura, su arte y su cultura. Esto le llevó a vivir gran parte de su vida en Inglaterra y a adquirir la nacionalidad británica en 1915. Fue amigo de Flaubert y de Turgueniev, padrino de casamiento de Kipling, corresponsal de Stevenson y lector incansable de los mejores escritores europeos.

Comenzó su carrera literaria publicando cuentos, recogidos en «Un peregrino apasionado», y la novela «Roderick Hudson». Su pasión por Europa se manifestó desde sus primeras novelas, como «El americano», «Daisy Miller» y sobre todo «Retrato de una dama», probablemente su mejor novela.

El otro gran valor de la literatura de James es la indagación en la sicología de los personajes y en la influencia del entorno social en sus comportamientos, lo que expresa a través de un lenguaje literario de gran altura. «Las bostonianas» o «La musa trágica» son ejemplos notables de esta cualidad.

Su fracaso como autor de teatro (sólo consiguió estrenar dos obras de las siete que escribió, por las que, según Borges, recibió una «respetuosa censura», de Bernard Shaw) le llevó a profundizar en los derroteros temáticos y estéticos de su literatura, amentando la complejidad de su lenguaje en obras como «Los despojos de Poynton», «Lo que Maisie sabía» y sobre todo en «Otra vuelta de tuerca», tal vez su obra más conocida y seguramente la más analizada desde el punto de vista literario y sicoanalítico.

La complejidad del lenguaje y de las tramas de sus últimas obras adquiere un nivel de dificultad que alejó al escritor de sus lectores habituales, aunque hay que reconocer que su calidad no puede ponerse en duda. A esta última etapa pertenecen «Los embajadores» y «La copa dorada», donde Henry James retoma el enfrentamiento entre las culturas europea y americana.

La ingente producción literaria de Henry James ocupó veinticuatro volúmenes de una colección que se publicó entre 1907 y 1909, con prefacios escritos por el propio autor. No se incluía otra faceta también destacada de James, cual fue la de ensayista, entre cuyas obras destaca «El arte de la ficción».

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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