Hubo un tiempo en que para desplazarnos de unos lugares a otros del universo que estaban muy alejados teníamos que introducirnos en unas cabinas que se cerraban herméticamente para entrar en periodos de hibernación o letargos, que mantenían automática y autónomamente las constantes vitales reducidas a su mínima expresión.
Las naves viajaban en piloto automático y la tripulación dormía durante el largo viaje. Las velocidades que se alcanzaban aún eran muy lentas para viajar por las galaxias y no se podían permitir que las tripulaciones llegasen a destinos, incluso cercanos, completamente envejecidas.
Cuando al final, primero con los motores de esporas, luego los de curvatura y por fin, cuando nos pudimos adentrar en los agujeros de gusano, ya no era necesario hibernar, ya que las velocidades alcanzadas próximas a la de la luz nos mantenían en nuestras edades gracias a la propia teoría de la relatividad, el tiempo no es universal, si viajas rápido, si te mueves a velocidades tan altas, el tiempo pasa más lento para los viajeros.
A veces echo de menos los grandes viajes galácticos que me permitían huir de nuestra realidad, la de la Tierra, que últimamente me asusta mucho. El martes pasado se confirmó lo que auguraban las encuestas para las elecciones en los Estados Unidos, que Donald Trump ganaría las elecciones en su país.
Desde mi punto de vista era algo inconcebible, cómo puede ser que un señor que ha despreciado sistemáticamente al estado, a las leyes, a las mujeres, a los colectivos LGTBI (lesbianas, gays, transgénero,…), a los emigrantes y a los que no son blancos caucásicos, que ha cometido delitos contra la hacienda pública de su país, un hombre que siendo aún presidente animó a asaltar el Congreso de los Estados Unidos porque no aceptaba el resultado de las anteriores elecciones que perdió, sea elegido de nuevo como presidente el país.
Cómo es posible que un hombre que quiere deportar a miles de personas sin las más mínimas garantías legales, que va a autorizar, de nuevo, que puedan echarte del país la policía por el mero hecho de tus rasgos raciales o porque hables español.
Un hombre que desprecia profundamente los tratados y alianzas internacionales, que apoya a todos los dictadores y sátrapas que hay por el mundo. Un hombre que desprecia la democracia pero que llega al poder por ella y está dispuesto a destruirla.
Un hombre que se mofa del cambio climático por calentamiento global, que va potenciar aún más la explotación y consumo de combustibles fósiles. Un hombre que no siente respeto por nada ni por nadie será de nuevo el presidente de los Estado Unidos.
Cómo es posible que se le apoye tan masivamente. Desgraciadamente la respuesta no está en el viento. La respuesta está en que ha sabido poner su producto en el mercado y le han comprado masivamente el humo y la maldad que vende.
Los vientos que vienen del oeste, pero también del este, no auguran nada bueno, da la sensación de que la humanidad va a entrar en un nuevo periodo autoritario donde los derechos y las libertadas serán pisoteados, donde los estados del bienestar serán sustituidos por estados ultraliberales en los que se salvarán quienes puedan y el resto serán condenados a llevar vidas miserables. Llegan tiempos donde las relaciones internacionales las dictarán los estados más fuertes destruyendo a quien haga falta, como ya se está viendo en Gaza, Líbano o Ucrania.
Y todas estas ideologías están llegando, de nuevo, con el apoyo masivo de la gente, así que de algo no nos estamos enterando en los estados democráticos cuando utilizando el propio sistema perderemos lo que tanto nos ha costado construir.
Quisiera hibernar durante una década a ver si al despertar los dinosaurios ya no estuvieran aquí.