El Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido 2014, convocado por la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Veracruzana, ha recaído en Humberto Robles de León, por su obra «La Noche que jamás existió», una oda a Shakespeare. Se trata de una obra que utiliza frases, sonetos, poemas y fragmentos de la obra del dramaturgo.
Relata un encuentro imaginario entre la reina Elizabeth y Shakespeare. Una noche, la reina le pide a William un favor que –según ella- solo un poeta y un actor puede hacer, que es explicarle lo que ella nunca ha conocido ni piensa conocer: el amor entre dos personas. Es así como él, por medio de diálogos de sus obras, frases, poemas y sonetos, intenta exponerle lo que es el Amor, la pasión, los celos, los amores correspondidos, los no correspondidos, y los amores diversos.
Es una obra donde vemos teatro dentro del teatro, presenciando fragmentos de sus obras, como “Romeo y Julieta”, y varios de sus sonetos en forma de diálogos. Ambos utilizan disfraces e interpretan personajes de su sexo y del sexo opuesto (un juego de ambigüedades muy shakesperiano). Al final, la reina le dice que esa noche nunca existirá para que no quede memoria de ella y, al ver satisfecho su deseo, le ofrece un regalo a Shakespeare: invocando a muchos de los personajes más célebres del Bardo de Avon, le otorga la gloria eterna.
Apasionado de Shakespeare
Humberto es un dramaturgo, guionista y escritor independiente que ha dirigido sus propias obras de teatro en México, Uruguay, España y Colombia. Sus trabajos se han presentado en 25 países de tres continentes y han sido traducidas a italiano, inglés, portugués, francés y polaco.
Está considerado el dramaturgo mexicano vivo más representado fuera de México. Ha sido guionista y adaptador de programas y telenovelas. Paralelamente, colabora con varias asociaciones de derechos humanos. Precisamente, la mitad del dinero que recibirá por el galardón lo destinará a alguna de ellas.
A Robles le apasionó el teatro, y en especial el de Shakespeare, desde niño. Asegura que, en aquellos años, no comprendía su profundidad (“y aún no lo consigo”), pero ya le atrapaban sus tramas, sus personajes, las historias, sus frases y diálogos. Desde entonces se ha dedicarlo a leerlo constantemente y siempre encuentra cosas nuevas y sorprendentes.
Ante una taza de café, Humberto me cuenta que, siendo niño, vio dos excelentes series de la BBC, “Enrique VIII” y “Elizabeth Regina”, que le sirvieron para conocer más de esa época que siempre le atrajo. Después, en su adolescencia, asistió a la representación de varias obras en el teatro, así como a dos películas soviéticas “Hamlet” y “El rey Lear”, y el “Macbeth” de Orson Welles. “Las tres extraordinarias, y me marcaron”, asegura.
Por otro lado, siempre le ha gustado la historia. “Pude haber sido historiador y es la carrera que hubiese elegido de haber ido a la universidad”, me confiesa. Gracias a este interés, ha escrito varias obras de teatro de corte histórico: “Tomóchic: la voluntad de un pueblo” (premio en el IV Concurso de Teatro Histórico de México, 1991); “Frida Kahlo: Viva la Vida” (premio de la APT a Mejor Iniciación Dramática), “Leonardo y la máquina de Volar” (montada en Uruguay y Costa Rica) y “Les demoiselles d’Avignon” (montada con los títulos “El burdel filosófico” en el Distrito Federal, e “Hijas de la mala vida” en Uruguay). “La noche que jamás existió” es su quinta obra de corte histórico.
Y en Londres nació la obra
Teniendo en cuenta su pasión shakesperiana, resulta extraño que no hubiera escrito antes una obra como la que le ha reportado el galardón actual. Se lo pregunto sin ambages y me confiesa que, casi, fue una casualidad que se decidiera a ello. O que estaba escrito en las estrellas que tendría que hacerlo. “Cuando sucedió la contingencia de la influenza (gripe) en el DF (2009) y recomendaron no salir a las calles, me quedé encerrado en casa leyendo obras de Shakespeare. Leí al mismo tiempo varios libros sobre él o sobre sus obras (“Shakespeare, el inventor de lo humano” de Harold Bloom, “Shakespeare” de Bill Bryson, “The age of Shakespeare”, entre otros) y fue gestándose en mi cabeza una idea sobre una obra que quería escribir relacionada con Shakespeare y su teatro”.
Posteriormente, continúa, “tuve la oportunidad de ir a Londres (para asistir a las funciones de “Frida Kahlo: viva la Vida”, montada con Gaël Le Cornec y dirigida por Luis Benkard). Estando allá visité la National Gallery, la National Portrait Gallery, la Torre de Londres, The Sakespeares Globe Theater y recorrí la ciudad. Fue así como me fui empapando cada vez más del espíritu isabelino y del shakesperiano. Así, en Londres, decidí la premisa, y cuando llegué a México le fui dando forma al texto”. Fue así como nació La noche que jamás existió.
Le pregunto si no se ha escrito ya mucho sobre Shakespeare y me responde que alguien le dijo hace poco algo así como que “todo lo que se pueda escribir sobre Shakespeare o sea shakesperiano… Shakespeare ya lo escribió”. Y está de acuerdo, confiesa, pero que, en su caso, “lo único que hice fue crear una historia donde el espectador pueda conocer un poco más del mejor dramaturgo de todos los tiempos”. Y así será, pues, además de la edición en papel, de momento, ya está comprometida la representación en la capital mexicana, en Buenos Aires (Argentina) y en Montevideo (Uruguay).
En España hay una obra de Humberto que se ha representado ya en varias ciudades con gran éxito: «Mujeres de arena«, en torno al drama de las jóvenes y, algunas, casi niñas, desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez desde el año 1993.
Excelente trabajo de la gran Periodista Concha , hacia el escritor y dramaturgo Humberto que ademas son personas comprometidas me gustan los dos
Muchas gracia, Maria.