El joven Norberto Betancor, de 26 años, ha denunciado la atención deficiente que Iberia y Aena le dispensaron el pasado 8 de julio a la hora de volar de Madrid a Canarias. Betancor es sordociego y, según su versión, los trabajadores de asistencia a las personas con discapacidad no le informaron del cambio de puerta y retraso del avión.
Betancor regresaba de un campamento de la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (FASOCIDE) y estaba acompañado por una intérprete, quien también critica que no le dejaran pasar para acompañar al joven hasta la puerta de embarque.
“Cuando mi guía intérprete comentó en el mostrador de embarque de Iberia que no podía quedarme fuera del avión por ‘overbooking’, y luego hizo lo mismo en el de atención al cliente por las dificultades de comunicación que encontraría al quedarme solo, no le hicieron caso, hasta que le escucharon decir por teléfono que este asunto se haría público a través de Fasocide”, explicó Norberto Betancor, quien considera que “Iberia únicamente reaccionó cuando pensó que se podía perjudicar su imagen de cara a la sociedad”.
El joven tuvo que enfrentarse a problemas de comunicación, ya que le fue asignado una plaza en “business” y no tenía cerca a su guía intérprete.
“Aunque lo peor vino después, cuando me dejaron esperando sin avisarme de que mi vuelo había sufrido retraso y había cambiado de puerta. Si yo no hubiera estado preguntando a la gente, habría perdido el avión, porque el personal de atención a pasajeros con movilidad reducida del Aeropuerto de Barajas no me informó de nada”, añadió.
El Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) se ha hecho cargo del caso y ha aconsejado al joven que presente una queja ante la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), organismo oficial del estado español con atribuciones para supervisar el cumplimiento por las compañías aéreas de la normativa europea sobre pasajeros con movilidad reducida y otras discapacidades sensoriales, de forma que puedan abrir una investigación y que por ello sean sancionados.
Este caso podría trascender y llegaría a la Unión Europea, ya que se trata de un nuevo caso de mala praxis en la atención a las personas con discapacidad que es “intolerable, porque se coarta un derecho tan importante como la libertad de movimiento de las personas con discapacidad, que está amparado en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad”.
“No se trata del primer caso en el que las personas con discapacidad se encuentran con dificultades a la hora de volar”, afirma el Cermi, que recuerda el caso de otro joven sordociego a quien, a finales de 2016, Ryanair no le permitía volar solo por ser sordociego. “Seguiremos denunciando todas las situaciones de este tipo, porque llueve sobre mojado”, aseguró el CERMI.