En España las enfermedades cerebrovasculares (ictus entre otras) son la segunda causa de muerte; en el caso de las mujeres y también es la primera causa de discapacidad permanente y la segunda en demencia, cifra a considerar ya que cada 100.000 habitantes hay unos 120 nuevos casos cada año. Este dato que es significativo no permite decir aún que existe un tratamiento para el ictus.
Un equipo multidisciplinar de investigadores del Instituto de Química Orgánica General de Madrid (CSIC), del Hospital Ramón y Cajal (IRYCIS) y del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) han identificado la molécula quinolil nitrona RP19 como un potente agente neuroprotector en modelos experimentales in vitro e in vivo de isquemia.
Gracias a la investigación de estos científicos españoles, publicada recientemente en la revista ACS Chemical Neuroscience se confirma el potencial terapéutico de una molécula y se abren nuevas esperanzas en los estudios preclínicos para el tratamiento del ictus y su potencial uso.
“En este equipo multidisciplinar hemos diseñado, sintetizado y evaluado en modelo animal de isquemia cerebral la quinolil nitrona RP19 como agente permeable y adecuado que mejora las propiedades farmacológicas de citicolina, o de otras nitronas como PBN o NXY-059. La nitrona RP19 se ha ensayado en tres modelos experimentales de daño isquémico: en el de deprivación de oxígeno–glucosa en cultivos neuronales primarios; en isquemia global transitoria, y en isquemia focal, según el modelo de la oclusión transitoria de la arteria cerebral media.»
De estos resultados experimentales podemos concluir que la quinolil nitrona RP19 es un potente agente neuroprotector en la isquemia experimental inducida en neuronas, y frente al daño isquémico por isquemia transitoria inducida en modelo animal, en una extensión y capacidad como no se había observado antes en otras nitronas ensayadas en modelos similares”, indica Marco-Contelles. Por todo ello, “la nitrona RP19 puede tener interés para la terapia del ictus y la estrategia terapéutica para el ictus basada en la neuroprotección debe ser tenida en cuenta en el diseño de fármacos para el tratamiento de esta patología”, concluye el investigador.
Las enfermedades cerebrovasculares o ictus comprenden un conjunto de trastornos como consecuencia de una disminución del flujo sanguíneo cerebral, o de procesos hemorrágicos cerebrales, que causan graves secuelas neurológicas. La disminución del flujo sanguíneo induce un proceso isquémico (detención o disminución de la circulación de la sangre a través de las arterias), de manera transitoria o permanente, que puede afectar a solo una parte (isquemia focal) o a todo el cerebro (isquemia global), explica el Dr. José L. Marco-Contelles, coautor del estudio.
Por ello, actualmente, se aborda rápidamente a los pacientes afectados dentro de las primeras tres horas del incio de los síntomas pero se sigue sin considerar que existe un tratamiento adecuado para los afectados ya que su protocolo es el mismo pero la enfermedad no. Actualmente se aborda por reperfusión por medios mecánicos (tromboctomía) o por agentes trombolíticos, pero siempre se presenta una limitación porque faltan datos.