Thriller psicológico a la manera y con la estética de un Hitchcock, “Instinto maternal” (Duelles), dirigido por el belga Olivier Masset-Depasse (“Cages”, “Illegal”), descansa totalmente en los dos personajes femeninos, interpretados por su compañera sentimental Anne Coesens (protagonista de sus dos anteriores películas) y Veerle Baetens («Alabama Monroe«, «Broken circle breakdown»).
Para su tercer largometraje, el realizador –autor también de la película “santuario” para Canal+, sobre ETA y el conflicto vasco narrado desde el punto de vista francés- ha adaptado la novela psicológica “Derrière la haine” de la escritora belga Barbara Abel.
Bruselas a comienzos de los años 60
Alice y Céline comparten un chalet pareado en un barrio residencial y ambas tienen un hijo pequeño. Son no solo vecinas sino también las mejores amigas, y sus hijos se han criado como hermanos. Son años de prosperidad y las dos mujeres parecen salidas de un anuncio de electrodomésticos, o de una película hollywoodiense. Hasta que el horror se instala en esa estampa de felicidad –casas como de anuncio de tienda de muebles, peinados impecables, vestidos idénticos ajustados pero “decentes”, delantal para no mancharse en la confección de galletas y tartas de cumpleaños, la copa con el marido cuando regresa del trabajo…- a partir del momento en que Maxime, el hijo de Céline, se cae desde la ventana de su habitación, ante la impotencia de Alice que intenta evitarlo pero no lo consigue. La culpabilidad persigue desde entonces a las amigas, envenenando su relación.
El realizador ha optado por hacer con esta historia un thriller clásico desde el puto de vista estético que, lamentablemente, en algunos momentos es demasiado retro y se le va de las manos por exceso de kitsch. Un thriller paranoico de dos madres cuya amistad se transforma en odio y venganza por culpa de un drama.
Todo, como decíamos, muy de suspense “en modo Hitchcock”, aunque de la inevitable comparación sale perdedor Olivier Masset-Depasse quien, no obstante, ha hecho una meritoria película de género con dos actrices impecables y unos personajes masculinos bastante superficiales que, evidentemente, hacen poco más que rellenar la estampa del hogar feliz en una película que se llama “Instinto maternal”.