En esta semana, se ha dado a conocer un comunicado oficial de Venezuela en el que las autoridades venezolanas le exigen a Costa Rica no intervenir en sus asuntos internos (ver nota de La Nación).
Venezuela y Costa RicaEl comunicado de Venezuela, inusualmente vehemente (y con expresiones extremadamente duras), con fecha del 5 de enero del 2016, responde a un comunicado oficial emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica el día anterior, en horas de la tarde, en el que externaba su preocupación – sin mencionarlas expresamente – por algunas impugnaciones a cargos de elección aceptadas por las autoridades electorales venezolanas. Al final de esta nota el lector encontrará el texto de ambos comunicados oficiales de manera a poder apreciar con precisión su contenido: advertimos desde ya que la comparación entre ambos textos refleja una diferencia de tono sustancial.
Una posición de Costa Rica al parecer aislada
Resulta oportuno indicar que, pese a mantener relaciones poco armoniosas con Venezuela en años recientes, Colombia y Panamá no se pronunciaron sobre estas impugnaciones a cargos de diputados en Venezuela que antecedieron la instalación de la nueva Asamblea Nacional en Venezuela que se ha producido esta semana. Cabe también señalar que, en Costa Rica, el domingo 3 de enero del 2016, en horas de la tarde, un comunicado de un partido político costarricense (ver comunicado ) criticaba duramente el actuar de las autoridades electorales venezolanas.
Las valoraciones efectuadas por partidos políticos, sus líderes u otros entes sobre la situación imperante en otro Estado no interesan mayormente las reglas vigentes en el ordenamiento jurídico internacional: se trata de entidades privadas, de igual manera que las manifestaciones provenientes de figuras públicas (expresidentes por ejemplo), de líderes religiosos, de agrupaciones políticas internacionales o de importantes formadores de opinión. Un Estado puede reaccionar airadamente ante una publicación en alguna revista de prestigio, o pedir explicaciones sobre el contenido de una nota que considera ofensiva, pero no tiene como invocar alguna regla del derecho internacional aplicable a la materia.
En cambio, las valoraciones de un Estado sobre la situación interna en otro Estado interpelan varias reglas del derecho internacional. Una de ellas es un principio que se considera como uno de los pilares del derecho internacional público.
El principio de no intervención en asuntos internos
El principio de no intervención en asuntos internos ha sido consagrado en un sinnúmero de instrumentos internacionales, incluyendo la Carta de las Naciones Unidas de 1945 o la Carta que crea la Organización de Estados Americanos (OEA) suscrita en 1948. Este principio obliga a los Estados y a sus representantes (en particular a la hora de referirse a situaciones de índole interna en otro Estado) a abstenerse de toda valoración crítica. La extrema prudencia y mesura se imponen si se desea externar algún tipo de criterio. El uso de cada vocablo, el título mismo del comunicado, deben ser cuidadosamente revisados y sopesados en aras de evitar herir susceptibilidades y provocar una reacción por parte del otro Estado. Este mismo cuido explica que los representantes oficiales de un Estado acreditados en otro deban cuidar con especial esmero su léxico: las últimas disculpas formales presentadas por Costa Rica a otro Estado se deben a las declaraciones emitidas en un programa de radio por su embajador en Panamá, Melvin Sáenz Biolley (Nota 1).
En otros casos, las valoraciones públicas de una autoridad de un Estado particularmente duras tienen un objetivo preciso: torpedear algún tipo de acercamiento o dificultar alguna iniciativa conjunta. Para citar un ejemplo que refiere a Costa Rica (entre muchos más que ofrece la práctica internacional), en el 2006, el presidente de Costa Rica Oscar Arias Sánchez indicó (en respuesta a una carta del vicepresidente de Cuba Carlos Lage Dávila) que: “No me atrevo a llamar a nadie mentiroso y tampoco permito que me llamen mentiroso/…/ Yo tengo muchos defectos, pero mentiroso no soy» (ver nota de prensa de AlDía).
La numerosa correspondencia diplomática indica que ciertas manifestaciones externadas por un Estado con relación a alguna situación interna no afectan mayormente las relaciones entre dos Estados: es usualmente el caso de expresiones de pesar o de solidaridad a raíz de alguna catástrofe o de drama nacional, o bien de felicitaciones enviadas al celebrarse alguna conmemoración significativa o bien al culminar un proceso electoral, para citar algunos ejemplos. Sobre este último tipo de manifestaciones, tuvimos la oportunidad de examinar las numerosas felicitaciones recibidas por parte de las nuevas autoridades de Costa Rica al culminar su último proceso electoral en el 2014 (Nota 2).
En cambio, una valoración o una simple preocupación por parte de un Estado sobre el funcionamiento de una entidad estatal de otro Estado (o un juicio de valor o crítica sobre una determinada situación) pueden ser consideradas como una indebida intromisión. La sensibilidad del Estado objeto de dicha valoración es, como previsible, mucho mayor en caso de estar viviendo momentos de tensión interna.
Remitimos al lector al texto de ambos comunicados de prensa, reproducidos al final de esta breve nota. En caso de que Venezuela haya emitido otra protesta similar contra algún otro Estado latinoamericano en días recientes, agradeceríamos enviarnos (al correo electrónico: cursodicr( a )gmail.com) algún dato o referencia que se nos pueda haber escapado. Hemos procedido a revisar cuidadosamente las informaciones en estos días y efectuado diversas búsquedas sin registrar ninguna protesta adicional a la emitida por Venezuela contra Costa Rica. A ese respecto, la lectura del comunicado emitido por Argentina el 6 de enero del 2016 con relación a los resultados electorales en Venezuela reviste interés, incluyendo su título: “Asunción de los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional de Venezuela” (Nota 3).
La ausencia de alguna otra protesta de Venezuela hace más llamativo aún el comunicado emitido por Costa Rica (que pareciera ser el único en la región latinoamericana en haberse preocupado por las impugnaciones antes mencionadas).
La tensión provocada en el 2007
Cabe recordar que en el 2007, una fuerte tensión entre Venezuela y Costa Rica se originó a partir de unas valoraciones por parte del presidente Oscar Arias Sánchez (2006-2010) sobre la forma de gobernar en Venezuela: en aquella oportunidad, el 1ero de febrero del 2007, el presidente de Costa Rica señaló en una entrevista en Colombia (con relación a los nuevos poderes concedidos por el Parlamento al Poder Ejecutivo en Venezuela) que: «Hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: si el demócrata no tiene oposición su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminar toda oposición» (ver nota de prensa de El Universal). Venezuela, luego de declaraciones de su Presidente, amenazó con suspender las operaciones de una empresa venezolana de producción de aluminio en Costa Rica denominada ALUNASA, en la que trabajaban 400 personas. Consultas al más alto nivel y gestiones personales del mismo ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica de la época, Bruno Stagno (ver nota de El Universal) lograron que Venezuela optara por reanudar las operaciones de ALUNASA a finales de febrero del 2007 (ver nota de La Nación). Se leyó por parte del presidente de Costa Rica que: «Me parece maravilloso. Estaba en juego no sólo el empleo de 400 trabajadores, sino el sustento de 2.500 personas«, (ver nota de IPS).
En abril del 2007, la embajadora de Venezuela en Costa Rica, Nora Uribe, fue trasladada a otra sede de Venezuela. Meses después, ambos Estados no habían extendido el beneplácito a sus futuros representantes oficiales («placet» o «agrément») (ver nota de prensa de El Universal). No fue sino hasta el 28 de octubre del 2008 que ambos Estados lograron normalizar plenamente sus relaciones, con la presentación de las credenciales del nuevo embajador de Venezuela a las autoridades de Costa Rica (ver nota de prensa de El Universal).
Perspectivas en el presente caso
Las perspectivas son un tanto inciertas. En particular para Costa Rica, en la medida en que ningún otro Estado de América Latina o de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), y ninguna organización regional o subregional de América Latina ni ningún órgano de las Naciones Unidas ha optado por externar criterio alguno sobre la situación de las impugnaciones examinadas por los órganos electorales de Venezuela.
Si algún Estado lo ha hecho ver, fue utilizando canales diplomáticos sin que ello trascendiera a la luz pública.
Con relación a los canales diplomáticos existentes entre ambos Estados, es de recordar que el actual embajador de Venezuela en San José, Jesús Arias, presentó sus credenciales a las autoridades de Costa Rica el 19 de junio del 2014 (ver nota de prensa), a pocas semanas de asumir la nueva administración del presidente Luis Guillermo Solís Rivera. Dentro de la gestual corporal entre Estados (que no siempre se deja comprender por parte de la opinión pública), la designación de un nuevo representante puede evidenciar la voluntad de relanzar relaciones bilaterales afectadas por fricciones pasadas. En el caso de Costa Rica, no cuenta con un embajador en Caracas: el 26 de marzo del 2015, las autoridades de Costa Rica destituyeron a su embajador designado en Venezuela, Federico Picado, por declaraciones emitidas sobre la política venezolana consideradas inapropiadas por sus superiores jerárquicos (ver nota de la agencia EFE): a la fecha, Costa Rica no cuenta con un embajador debidamente acreditado en la capital venezolana.
Ambos aparatos diplomáticos pueden optar por agudizar la situación o al contrario buscar, en los próximos días, la manera de apaciguarla mediante consultas directas, declaraciones públicas o emitiendo comunicados en procura de recuperar la normalidad en sus relaciones bilaterales. Otra opción puede consistir en no referirse al tema en sus declaraciones oficiales mientras pasa la crisis política que vive en estos momentos Venezuela, y buscar luego la forma de normalizar sus relaciones.
Conclusión
A diferencia del cruce de palabras y de declaraciones iracundas plasmadas en medios de prensa que se leyeron en el 2007, esta vez asistimos a un intercambio de comunicados oficiales, con uno, de Venezuela, particularmente duro. Si ambos aparatos diplomáticos optan por mantener sus respectivas posiciones (confortándolas en declaraciones oficiales), tiempos difíciles en las relaciones políticas entre Costa Rica y Venezuela se podrían avecinar, con posibles efectos en Centroamérica: cabe recordar que Guatemala, Honduras y Nicaragua son Estados Miembros de PetroCaribe (ver sitio oficial), una organización regional impulsada por Venezuela.
Notas:
- Nota 1: El 7 de marzo del 2013, Costa Rica retiró a su embajador en Panamá (ver nota de prensa de La Nación) y envió una nota en la que presentó sus disculpas a las autoridades panameñas. Ello se debió a declaraciones dadas por el embajador Melvin Sáenz Biolley, el 6 de febrero, primero en las afueras de un estadio, y luego en un medio radial panameño conducido por la periodista Bettina García Muller. Costa Rica notificó oficialmente a Panamá que: “El Gobierno de Costa Rica desea hacer llegar sus más sentidas disculpas por las expresiones emitidas por don Melvin y las molestias que estas causaron al ilustrado Gobierno de Panamá” (ver nota de prensa de La Nación). En julio del 2013, el señor Melvin Sáenz Biolley presentó oficialmente sus credenciales como embajador de Costa Rica en Perú (ver nota de CRHoy).
- Nota 2: Remitimos al lector a nuestra breve nota BOEGLIN N., “Estados felicitan al Presidente electo de Costa Rica”, Tribuglobal, edición del 14/04/2014. Texto disponible aquí.
- Nota 3: El 6 de enero del 2015, Argentina circuló el siguiente comunicado de su Ministerio de Relaciones Exteriores: “Miércoles 06 de enero de 2016. “Información para la Prensa N°: 003/16. – Asunción de los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional de Venezuela- . El Gobierno Argentino siguió con mucha atención las elecciones legislativas que se llevaron a cabo el 6 de diciembre pasado, para elegir los diputados que integrarán la Asamblea Nacional de Venezuela, y que fueran supervisadas por la Misión Electoral de UNASUR. Al respecto, el Gobierno Argentino está convencido de que el respeto absoluto de la voluntad de los pueblos expresada libre y democráticamente en las urnas, al igual que la estricta observancia de las atribuciones, prerrogativas y garantías constitucionales, son condiciones insoslayables para afianzar las democracias en América Latina. La República Argentina reafirma lo expresado en el Comunicado Conjunto de los Presidentes del Mercosur y Estados Asociados, emitido en la Cumbre de Asunción de diciembre pasado, en el sentido de reiterar “la importancia de la defensa y firme impulso de los valores y la plena vigencia de las instituciones democráticas y de la protección, promoción y respeto irrestricto de los Derechos Humanos, para consolidar los procesos democráticos, condición esencial para toda integración.” (ver texto del comunicado oficial de Argentina disponible en este enlace).
Materiales: comunicados oficiales de Venezuela y de Costa Rica
Documento de Venezuela
El texto de comunicado oficial de Venezuela difundido el Martes 5/01/2016 se lee como sigue:
«República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores
COMUNICADO
El Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela se dirige al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Costa Rica, a fin de elevar su más enérgica protesta por el injerencista comunicado emitido por dicha Cancillería el día 4 de enero de 2016. El insolente e inaceptable comunicado de la Cancillería de Costa Rica constituye una violación flagrante y deliberada tanto del Derecho Internacional como de principios expresamente consagrados en la carta de Naciones Unidas, como el respeto a la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos, y además desconoce los Poderes Públicos de un Estado soberano. El Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela califica este comunicado de la Cancillería costarricense como un acto inamistoso, que además evidencia cómo esa institución se presta de vasallo a intereses imperiales y subalternos de potencias extranjeras, de manera reiterada y sin sonrojo, contra un Estado latinoamericano».
Comunicado de Costa Rica
El comunicado oficial de Costa Rica hecho público el Lunes 4/01/2016 en horas de la tarde se lee como sigue:
04/01/2016, 2:09 PM
Gobierno de la República de Costa Rica insta a que se respete la legitimidad del voto popular en la República Bolivariana de Venezuela
La vocación democrática de un gobierno se expresa en su capacidad de dejar de ser hegemónico tras la realización de comicios limpios. En Venezuela, la oposición ganó las elecciones de medio período y se impone la necesidad de que este resultado se respete y garantice, escrupulosamente. La fortaleza de la institucionalidad y la convivencia democrática se verían afectadas en caso de insistirse en alterar o dilatar la concreción de la voluntad popular manifiesta en diciembre pasado, mediante la utilización del recurso contencioso de revisión del resultado electoral, instrumento que impediría la proclamación oficial de cuatro diputados electos y, eventualmente, la continuidad del trabajo legislativo a partir del próximo 5 de enero del 2016. Cuando en el pasado en América Latina se vulneró el ejercicio electoral y la debida designación de sus representantes, al mismo tiempo se socavó el derecho soberano del pueblo de escoger libremente y se puso en grave riesgo la paz social. El Gobierno de Costa Rica hace una respetuosa pero vehemente excitativa a las autoridades electorales y partidarias venezolanas para que, con lucidez y entendimiento, se abstengan de comprometer la legitimidad del voto popular, y enaltezcan los principios y valores democráticos tan dificultosamente alcanzados por los pueblos de nuestra América”.