Este 5 de junio de 2020, la antropóloga franco-iraní Fariba Adelkhah cumple su primer año de detención en Irán, en la tristemente célebre prisión de Evin.
Detenida en junio de 2019, el 16 de mayo de 2020 fue condenada a cinco años de cárcel por «colusión para atentar contra la seguridad nacional», y también a otro año más por «propaganda contra el sistema político de la República Islámica», según su abogada M. Dehghan, pero solo tendrá que cumplir la pena más larga.
Antes del juicio, las autoridades iraníes le ofrecieron la libertad condicional a cambio de llevar una pulsera en el tobillo. Fariba, de 61 años, quien vive entre París y Teherán y trabaja como investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas de París, rechazó la oferta porque «habría significado aceptar las órdenes de los Guardianes de la Revolución y, sobre todo, poner en peligro a las personas con las que he colaborado en Afganistán e Irán».
El 24 de diciembre de 2019, Fariba Adelkhah inició una huelga de hambre junto con su colega australiana Kylie Moore-Gilbert, especialista en temas de Oriente Medio, detenida desde 2018 en la misma cárcel, que duró 49 días, para llamar la atención internacional sobre la enorme cantidad de intelectuales que tiene encarcelados el régimen de los ayatolás.
El francés Roland Marchal, compañero sentimental y colega de la antropóloga, fue detenido también el 5 de junio de 2019 tras pasar unos días en su casa. Sin haber declarado ante ningún juez, fue liberado el pasado 20 de marzo de 2020, en una operación de intercambio con un ingeniero iraní que se encontraba detenido en Francia pendiente de una demanda de extradición de Estados Unidos.
Fariba lleva treinta años estudiando los cambios que se han ido produciendo en las sociedades iraní y afgana, especialmente centrados en el lugar que ocupan las mujeres en el espacio público, las relaciones entre religión y política y la guerra como forma de vida.
En 2009, se difundió internacionalmente la carta que escribió al presidente de la República Islámica, el ultraconservador Mahmoud Ahmadineyah, en defensa de la estudiante francesa Clotilde Reiss, quien permaneció detenida en Evin durante diez meses acusada de informar a sus amistades, por correo electrónico, acerca de las manifestaciones estudiantiles que tenían lugar en el país pidiendo la dimisión del gobierno.
Coincidiendo con la sentencia condenatoria, en Francia se ha publicado el libro «Pour Farah Adelkhah et Roland Marchal. Chercheurs en péril» (Editorial Presses de Sciences Po).
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