La moderación del Ejército israelí contrasta con la radicalización creciente en otros ámbitos del Estado y de la sociedad israelíes, sostiene Juan Antonio Sacaluga en este artículo publicado en Nueva Tribuna.
Los residentes de la aldea de Nabi Saleh, con la solidaridad de otros activistas llevan a cabo manifestaciones no violentas semanales para exigir el fin de la ocupación israelí © Tamimi PressLa imagen convencional que se tiene del Tsahal, el Ejército israelí, es la de una fuerza a menudo brutal, que irrumpe en los territorios palestinos ocupados y reprime protestas sin contemplaciones. Y, sin embargo, de un tiempo a esta parte, los militares se han vuelto más comedidos, más moderados, más cuidadosos. No es exactamente que el Ejército haya hecho autocrítica. Pero estos excesos, abusos y atrocidades han propiciado una reflexión interna profunda y una cierta revisión de sus procedimientos de actuación en relación con la protesta palestina.