Durante los dos últimos años, Israel ha desarrollado una estrategia de control informativo basada en la censura, la represión y los asesinatos de periodistas que cubren la guerra en Gaza.

Según la Federación Internacional de Periodistas (FIP), las autoridades israelíes han impuesto una narrativa oficial del conflicto mientras eliminan físicamente a quienes intentan contar la verdad desde el terreno.
Desde octubre de 2022, más de 150 profesionales de los medios han muerto, la mayoría palestinos, en ataques que la FIP califica de «crímenes contra la prensa».
Dos años de represión informativa
En un reciente informe titulado «Two years of killing journalists and controlling the narrative in Gaza», la FIP denuncia que Israel no solo bombardea indiscriminadamente a la población civil, sino que aplica una política deliberada para impedir la cobertura independiente de la guerra.
Las autoridades han restringido la entrada de periodistas extranjeros a la Franja y bloqueado la transmisión de imágenes desde el interior, mientras los reporteros locales trabajan bajo amenaza constante.
«Israel está intentando imponer un apagón informativo total sobre Gaza», afirmó el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, quien subrayó que los ataques contra periodistas son parte de una estrategia para «evitar que el mundo vea las consecuencias reales de la ofensiva militar».
Según la organización, el 95 por ciento de los periodistas asesinados eran palestinos y trabajaban en condiciones extremas, sin protección ni medios de seguridad. Muchos de ellos murieron junto a sus familias en sus propios hogares, en ataques aéreos que —según la FIP— no pueden considerarse accidentes.
Censura, desinformación y control de la narrativa
La FIP advierte que Israel no solo silencia con violencia, sino también mediante el control de los flujos de información. Los medios israelíes y extranjeros que operan en el país están sometidos a una estricta censura militar. Los contenidos sobre operaciones en Gaza deben pasar por la oficina de censura del ejército, que decide qué puede publicarse.
Además, el Gobierno mantiene acuerdos con plataformas digitales y redes sociales para eliminar contenidos considerados «propaganda enemiga», lo que ha derivado en la suspensión o eliminación de cuentas de periodistas palestinos y medios independientes.
«El relato que llega al público internacional está filtrado», denuncia la FIP. «Israel controla los medios locales, limita la cobertura extranjera y persigue a quienes cuestionan su versión de los hechos. Se trata de una política de control informativo total».
Periodistas como objetivo militar
Desde el inicio de la ofensiva de 2023, decenas de reporteros han muerto mientras cubrían los bombardeos sobre Gaza. Entre ellos, Ismail al-Ghoul, periodista de Al Jazeera asesinado en julio de 2024 mientras transmitía desde el campo de refugiados de Nuseirat, y Roshdi Sarraj, fotógrafo y documentalista muerto junto a su familia en su casa de Ciudad de Gaza.
Según la FIP, estos casos evidencian un patrón de ataques dirigidos contra profesionales de los medios, pese a estar identificados como prensa y protegidos por el Derecho Internacional Humanitario. La organización insiste en que Israel viola sistemáticamente los Convenios de Ginebra, que prohíben atacar a civiles, incluidos periodistas.
«Los periodistas no son daños colaterales: son objetivos», subraya el informe. «Cada muerte busca intimidar y silenciar».
Invisibilizar el sufrimiento civil
La censura informativa no solo tiene consecuencias para la libertad de prensa, sino también para la población palestina. Al restringir el acceso de los medios, Israel logra que el sufrimiento de la población civil quede invisibilizado ante la comunidad internacional.
Organizaciones de derechos humanos denuncian que los ataques contra periodistas son parte de un plan para eliminar los testigos del conflicto. Sin imágenes, testimonios ni cobertura independiente, la guerra se libra también en el terreno de la información, donde Israel busca consolidar su relato de defensa frente al «terrorismo».
El Centro Palestino para el Desarrollo y la Libertad de los Medios (MADA) confirma que más de quinientos periodistas han resultado heridos y decenas de oficinas de medios han sido destruidas en bombardeos.
Además, las conexiones a internet y electricidad son interrumpidas regularmente, impidiendo que las imágenes de la devastación lleguen al exterior.
Llamamiento internacional de la FIP
La FIP ha instado a la comunidad internacional y a las Naciones Unidas a abrir una investigación independiente sobre los asesinatos de periodistas en Gaza y a exigir responsabilidades a las autoridades israelíes.
Bellanger pide que estos crímenes no queden impunes y recordó que la libertad de prensa es un pilar esencial del derecho a la información.
«No se puede hablar de democracia ni de justicia mientras se asesina a periodistas y se manipula la verdad», declaró. «Los crímenes contra la prensa son crímenes contra la sociedad en su conjunto».
La FIP también exhorta a los Estados que mantienen relaciones con Israel a revisar su cooperación militar y tecnológica hasta que se garantice el respeto a la prensa y se restablezca el libre flujo de información.
La solidaridad internacional
Diversas asociaciones de periodistas, incluidas Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), se han unido a la denuncia de la FIP.
En un comunicado conjunto, expresaron su preocupación por «el deterioro sin precedentes de la seguridad de los periodistas en Oriente Próximo» y recordaron que ningún otro conflicto ha registrado tantas muertes de informadores en tan poco tiempo.
RSF ha presentado varias denuncias ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra cometidos contra periodistas palestinos. Sin embargo, el proceso avanza lentamente debido a presiones políticas y la negativa de Israel a reconocer la jurisdicción de la CPI sobre los Territorios Ocupados.
«La impunidad alienta nuevos crímenes», advierte la FIP. «Mientras los responsables no sean llevados ante la justicia, la violencia continuará».
El derecho a informar, una víctima más
La FIP concluye que Israel lleva dos años aplicando una política de guerra también contra la verdad. En Gaza, la libertad de prensa ha sido una de las primeras víctimas del conflicto, y los periodistas que aún informan desde el terreno lo hacen bajo el riesgo constante de morir, sin garantías ni protección internacional efectiva.
En un escenario donde la propaganda domina los discursos oficiales, la censura y la desinformación se han convertido en armas tan poderosas como los misiles.
La defensa de la prensa libre en Gaza es, por tanto, una causa global: el derecho a saber y a contar lo que ocurre sigue siendo una de las batallas más urgentes por la verdad y los derechos humanos.



