Él es Juan Carmona Amaya El Camborio, un sobrenombre de fuerte resonancia lorquiana. Es hijo del gran patriarca fallecido en junio del año pasado, Juan Carmona Carmona Habichuela, sobrino de Pepe Habichuela, primo de Josemi Carmona, creadores ambos junto a Ray Heredia de Ketama, aquel grupo de fusión flamenca. Hermano de Antonio Carmona Amaya y padre de Juan Carmona Reyes. Él nació en la emblemática calle Elvira, a los pies del Albaycín y a una carrera del Sacromonte, de una estirpe gitana fundada para el arte por Habichuela el Viejo, su bisabuelo.
Converso con Juan Carmona con motivo del estreno en Madrid, en el Teatro de la Luz Phillips Gran Vía de 27 Flamenco, un homenaje y en algunos casos rescate de la generación del 27 al completo: Juan Ramón Jiménez, Ignacio Sánchez Mejías, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Buñuel, Manuel Altolaguirre, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Picasso, Dalí.
Y a mujeres muy sobresalientes en una época en que las mujeres casi tenían vetado el derecho a sobresalir: Maruja Mallo, pintora de versos, a años luz de su tiempo; Concha Méndez, escritora, poetisa, espíritu libre y rompedor, poetisa del exilio en Cuba y México hasta su muerte en 1986. A Ernestina de Champourcin, silenciada durante muchos años, escritora, poetisa, líder social, única mujer que estuvo en situación de igualdad con el resto de los poetas del 27, finalmente reconocida en España en 1989 con el Premio Euskadi de Literatura, nominada al Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1992 y Medalla al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Madrid en 1997; Josefina de la Torre Millares, novelista, poetisa, cantante lírica y actriz vinculada a la Generación del 27 y a la corriente vanguardista española de la primera mitad del siglo XX. De estirpe de artistas, hermana del escritor, dramaturgo y director de cine y teatro Claudio de la Torre, Josefina continuó siendo protagonista casi hasta el fin de sus días.
A todos ellos y a todas ellas ha traído Juan Carmona a su espectáculo, ya sea a ritmo de vals, de martinete, bulerías, alegrías, vanguardias, fandangos de Huelva, farruca, jaleos, malagueña, siguirilla, tangos y rumba. A todos ellos ha puesto su música, él y Almaría, su mujer, cantaora de profundidades exquisitas.
La víspera del estreno tengo una breve e intensa conversación con Juan Carmona el Camborio, creador, compositor, director musical, productor ejecutivo y guitarrista de lo que veremos al día siguiente. 27 Flamenco nace con vocación de ser un hito del otoño madrileño, nace con vocación de espectáculo para asombrar en cualquier parte del mundo. Pero Juan me asombra cuando me habla de sus esperanzas y sus temores. ¿Temores?
Temores de que al ser un espectáculo tan cultural no sabe qué esperar del público, sobre todo del público joven, tan poco formado en ese extraordinario patrimonio cultural que es la maravillosa Generación del 27. Alguna experiencia tiene de ello pero él quiere verlo como un regalo, sobre todo a los jóvenes. No ha querido quedarse en los muy conocidos, García Lorca, Picasso, Dalí, Buñuel, no. En 27 Flamenco está toda la generación al completo. Y la presencia de las mujeres ha sido para él, excepcionalmente importante. Quizá fueron producto de rebeldía en una época que las ignoraba, pero como ejemplo siguen hoy tan vigentes como entonces.
Y Juan Carmona sigue asombrándome cuando me dice que el disco que respalda al espectáculo se venderá por primera vez al día siguiente, en el teatro. Las multinacionales de la música se han desentendido del proyecto, no han querido apostar por él, la búsqueda de patrocinadores ha sido como clamar en el desierto. ‘La Generación del 27’ no interesa, la generación de artistas más importante del siglo XX en España que ha dado escritores, poetas, músicos, pintores, cineastas no interesa. ¡Pero si en buena parte se conoce a España gracias a ellos¡’
No salgo de mi asombro, insisto: ‘¿Me estás diciendo, Juan, que en esto has estado solo? Y Juan responde que sí, que ha estado solo, con excepción de un sponsor chiquitito, que sirve para pagar dos o tres cosillas. De los grandes ni uno. No les interesa.
“La cultura ocupa un nivel importante en la vida de una persona. Una cultura baja limita mucho a la persona. Pero aquí, vamos a embriagarnos de arte, tan importante para la vida, para el alma. Yo creo que todo el mundo tendría que hacer poesía de su vida, de momentos de su vida. Hay un tema aquí que se llama ‘Era mi dolor tan alto’, un poema de Manolo Altolaguirre que expresa el dolor de ese hombre y cuando lo oigas cantar vas a llorar, de verdad, vas a llorar. Mira, la persona que lo canta, llora y me dice, ‘Juan es que me hace sentir el dolor, me causa dolor’. Es que es muy fuerte, por eso te digo que identifica con la manera de expresar ese sentimiento, como también lo expresa el poema de Miguel Hernández ‘Tristes guerras. Tristes hombres si no mueren de amor / tristes armas si no son la palabra’…Tan vigentes hoy en día y vamos a peor. Somos tristes, como ese hombre define eso, ‘Tristes hombres si no mueren de amor / tristes armas si no son las palabras . Eso nos va a enseñar, a mi me ha enseñao mucho.”
Lo que no le ha faltado a Juan Carmona El Camborio en los cuatro años que ha durado la gestación de 27 Flamenco, ha sido el apoyo total de su mujer, María del Carmen Segura, Almaría. Ella ha compuesto junto a él la música de la mayoría de los poemas y tanto en el disco como en el espectáculo en vivo es la cantaora solista principal y en los números corales ha estado acompañada por las Hermanas Bautista. El cante masculino en el concierto – espectáculo ha estado a cargo de Rafita de Madrid, David de Jacoba y Saúl Quirós.
El día siguiente a esta conversación es el de la otra clase de asombro. Este es un espectáculo que en su estreno absoluto en Madrid va a estar diecinueve días, -hasta el 8 de octubre de 2017- pero cuatro años de trabajo con un resultado state of the arts no se agota aquí.
El concierto – espectáculo está tejido con unos mimbres que no podían dar otro resultado. 27 Flamenco es una joya visual y auditiva. Ha contado con la Compañía PerforDance para la puesta en escena, Anna y Carlos López Infante, ella también bailarina principal junto al bailarín Chey Jurado. Los recursos audiovisuales son el último grito de un lenguaje coreográfico y surrealista. El tratamiento musical se ha inspirado en la diversidad y profundidad poética del lenguaje de los artistas del 27. Es por decirlo así, una alianza entre la poesía, la música y la danza. Otro tanto puede decirse de los diseños de iluminación y de sonido, creados para enriquecer el espectáculo hasta el límite. Acertadísima la selección de artistas, todos jóvenes, artistas emergentes en su mayoría. Juan Carmona ha querido hacer una auténtica promoción de artistas con un resultado excelente.
Los músicos en vivo: Juan Carmona El Camborio y Carlos de Jacoba a la guitarra; Lucky Losada en la percusión; al teclado – piano José María Cortina, Jorge Fernández del Castillo en la batería y el bajista Jani Losada.
Cuatro poemas de Juan Ramón Jiménez, un soneto de Enrique Morente dedicado a Góngora, un vals por bulería homenaje de Juan Carmona a Ignacio Sánchez Mejías, seguido de dos grandes poemas de García Lorca, A las cinco de la tarde por alegrías y Romance de la luna por tangos. Hay un homenaje a Maruja Mallo y a las mujeres silenciadas; el número Vanguardias, una improvisación con solo de guitarra, bajo y percusión; el Marinero en Tierra de Alberti, un poema de Concha Méndez por fandangos de Huelva, una farruca – tango pone música a un poema de Ernestina de Champourcin, jaleos para Picassoneto de Gerardo Diego y el Verde que te quiero verde a compás de malagueña; una siguirilla dedicada a Luis Buñuel con efectos coreo – zapping; el emocionante poema de Josefina de la Torre por tangos, Tú en el alto balcón de tu silencio y el no menos emocionante de Manuel Altolaguirre Era mi dolor tan alto. Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Pedro Salinas con Castañuela, homenaje a Salvador Dalí, como no podía ser de otra forma, compás de percusión por bulerías con coreografía aérea. Y al final, para emocionar a fondo al personal, Llegó con tres heridas de Miguel Hernández. El remate de la noche con Ateneo de Sevilla.
Como decía anteriormente, con tales mimbres y mucho, mucho amor, solo podía salir lo que es 27 Flamenco. Una obra de arte. Sin temores. No importa que alguien no conozca a algunos poetas y poemas. Sus letras aparecen en video mientras alguien las canta. Y están todos los elementos para transmitir emociones de entonces, de ahora y de siempre. A todos los valores de 27 Flamenco hay que añadir un alto valor didáctico.