Bolivia, territorio de antiguas civilizaciones indígenas: Tiahuanaco, Moxena, Incaica. Multiétnico y pluricultural, con un fuerte sincretismo de costumbres, religiones y lenguas, con un alto mestizaje entre la tradición hispana y los pueblos indígenas. Un país emergente, adherido al Mercosur, con una historia conflictiva y cuyo nombre deriva del apellido del libertador Simón Bolivar.
Codiciado por sus minas de plata, estaño y cobre, continua sin salida al mar, pero con una democracia que se forja entre oscilaciones políticas y sociales. Con una variada geografía que nos lleva desde los Andes y el Altiplano a la llanura amazónica y las Yungas y con una vibrante cultura indígena que llega desde sus orígenes.
La presencia del cine, se evidenció en el siglo XIX, con representantes de la Casa Lumiere. En 1904, se exhibió la primera película boliviana “Retrato de Personajes Históricos”. Es a partir de las década de los 40-50, que aparecen las películas a color y en 1952 se crea el Instituto Cinematográfico Boliviano del que surgen cineastas importantes: Antonio Eguino, Jorge Ruiz, Sanjinés. En la década del 70, se funda la Cinemateca Boliviana, promovida por el presidente Carlos Mesa y durante los 80 la industria despega, es en los 90 que se logra la Ley del Cine y comienza a funcionar el Consejo Nacional del Cine-CONACI.
Geraldine Chaplin interpreta “Para recibir el canto de los pájaros”, sobre los nativos y “Cuestion de Fe”, de Marcos Loayza, gana varios premios. La “Generación del Milenio” les sigue: Juan Pablo Richter, joven cineasta boliviano, ha presentado su Opera prima: “El rio” (2018), en el Festival de Cine de Miami y conversamos sobre su visión cinematográfica y el cine boliviano.
Juan Pablo Richter: Decidí ser director de cine a los 16 años. Cuando vi “La naranja mecánica” me dije: “Yo quiero hacer lo mismo”. Me tomó tiempo porque en Bolivia no había escuelas de cine. Estudié Comunicación social (2004), en La Paz y en 2006 se abrió una programa de dirección de cine en la Universidad Católica y tuve la suerte de formar parte de esa generación.
Adriana Bianco: ¿Y como empezaste a filmar?
JPR: Fue un proceso un poco largo. Escribí el guión a finales del 2012, filmamos en junio del 16. Fueron cuatro años dedicados a la escritura y a desarrollar el proyecto.
AB: Tu eres guionista, productor y director. ¿Para ti es importante el guión?
JPR: Yo no largo la película si no tengo bien elaborado el guión. Para mi el guión y la dirección de actores son lo más importante del cine. No me gusta filmar si no estoy seguro con lo escrito. El guión me da solidez para la puesta en escena y encontrar la voz más precisa para cada uno de los personajes.
AB: Yo como actriz valoro mucho lo que dices porque hay muchos directores que no dirigen al actor, le marcan y el actor trabaja solo…
JPR: El cine es un equipo, hay que trabajar juntos. El guión es fundamental. En Bolivia, no hay una gran cultura de guionistas, ni hay una gran industria de escritura de guiones como en Hollywood…
AB: …donde se lo considera “libro cinematográfico” y hay autores muy especializados.
JPR: Exacto. Creo que nos toca a muchos directores encarar el guión y muchas cosas más en el cine latinoamericano…
AB: Hablemos de Bolivia, país con una industria fílmica incipiente, pero con tradición cinematográfica. Conocí a Carlos Mesa, presidente de Bolivia, quien me platicó de la Cinemateca ….
JPR: Si. Mesa impulsó los cine club y luego la Cinemateca, con otras personas se encargaron del financiamiento del nuevo edificio, que ya tiene diez años…
AB: ¿Bolivia tiene una Ley de Cine?
JPR: Tenemos una Ley de Cine pero es obsoleta, actualmente no tiene ningún efecto real en la producción. No hay fomento a la producción cinematográfica y estamos luchando para una nueva ley. Tenemos CONACINE, que es una empresa estatal que depende del Ministerio de Cultura, que tiene la potestad de cuidar por el desarrolllo del cine pero está en estadios muy primarios y no hay un apoyo estatal real.
AB: Entonces, cómo hacen los realizadores como tu….
JPR: Es irónico pero el arte tiene estas cosas, cuanto más se enfrenta a dificultades, más fuerte se hace. Nosotros podemos acceder al Fondo de Cooperación Iberoamericana- Ibermedia. El Fondo esta abierto a co- producción con todos los países Iberoamericanos. En el caso del film “El río”, es una coproducción con Ecuador.
AB: En cuanto a tu actividad fílmica, has hecho cortos, varios premiados, pero El río, es tu Opera prima…y la temática esta vinculada a tu ambiente boliviano…
JPR: Si. A mi siempre me interesó explorar las relaciones de poder en los contextos familiares, las relación entre padres e hijos. También, la película toca temas universales: la violencia de género, el poder, las relaciones, pero las particularidades de cada contexto hacen que las historias sean locales. Hay sociedades más conservadoras y otras, menos.. . Yo filmé la película en la Amazonia, donde yo nací, aunque siempre viví en La Paz…
AB: Entonces hay algo autobiográfico…
JPR: Si. Me interesaba este tema como exploración, volver al lugar de donde yo vengo, eso es autobiográfico, tenía una necesidad personal de descubrir el paisaje, el contexto, luego te das cuenta de que no es como pensabas…
AB: Bolivia es un país geograficamente rico: la Media luna de tierra próspera, la Amazonia, la cordillera, el altiplano, la cultura Tiahuanaca…Con un historia muy violenta, caudillos, le cuesta encontrar su camino…
JPR: Creo que en mi film “El río” hay una “bolivianidad” muy latente, que tiene que ver con el sentir de Bolivia, nos hemos preocupado por la reivindicación marítima, por la política, porque Bolivia es un país muy político historicamente, ha lidiado con muchos conflictos bélicos y por eso hay necesidad de encontrar “la bolivianidad” en espacios más íntimos. Hay personajes de la historia de Bolivia que me atraen, como German Busch que fue el presidente más joven de Bolivia, pero no para hacer un tema político sino para ver al personaje desde su registro íntimo…
AB: Deberias filmar ese tema. ¿Cuáles serían tus planes futuros?
JPR: Vamos a estrenar “El Río” en Bolivia en agosto y estamos trabajando para exhibirla en muchas salas y promoverla.
AB: Eres parte de “la Generación del Milenio” del cine Latinoamericano. Como ves el panorama cinematográfico de nuestro continente?
JRP: Esta claro, que en el comienzo del Siglo XXI, el cine latinoamericano es el que esta dando las pautas, está marcando mucha tendencia. Argentina es una de las cinematografías más avanzadas del continente, recuerdo a Pablo Trapero, a Carlos Sorin. Colombia tiene muy buena infraestructura, Chile, acaba de ganar el Oscar por película extranjera.
Hay mucho interés y acercamiento al cine latino y me encanta que vuelquen la atención hacia nosotros.
Hay países que tiene mejor relación con su industria, pero yo tengo fe que Bolivia va a crecer, hay que trabajar para que el público latino defienda su cine.
AB: ¿Qué es el cine para ti?
JRP: Es la acción menos pecaminosa de mentirle a la gente. El cine es una gran mentira, es siempre una ficción y me gusta definir situaciones o plantear diálogos a partir de la ficción. El cine es la capacidad de hablar de la realidad pero a partir de la ficción, de la mentira. Es, cuestionar lo que nos está pasando a partir de personajes ficticios, que no están sujetos a condicionamientos y pueden enfrentarse a la situaciones con libertad.
El cine es relación con la imágen. Desde chico, me han diagnosticado ceguera, me han operado de los ojos, nunca he visto “bien”, eso me ha ayudado a crear una curiosidad con respecto a la imágen… por último, el cine me permite controlar el tiempo, manipular el tiempo, es una forma de poder…
AB: Sin duda, el cine es una forma de poder, de allí la enorme responsabilidad de los creadores…
JPR: Sin duda, hay que ser honesto y cuestionar y dialogar desde nuestra verdad…