El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha declarado este 9 de enero de 2017 que el documento de la CIA sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos “no es un informe de inteligencia”, sino “un comunicado de prensa” que está “claramente diseñado para tener un efecto político”, informa Andes.
En una conferencia vía Periscope efectuada por Assange desde la Embajada de Ecuador en Londres, afirmó que para elaborar el documento “simplemente una parte de la CIA leyó Twitter, fuentes abiertas, y creó este informe”, según informa la agencia RT.
Además, agregó que “es bastante embarazoso para la inteligencia estadounidense publicar algo así» y añadió que los organismos de inteligencia de EEUU se politizaron durante la Administración Obama.
Assange también ha denunciado que “partes de la Administración Obama se dedican actualmente a la destrucción ilegal de registros y archivos”.
El fundador de WikiLeaks ha destacado que el informe sobre las presidenciales no tiene «ninguna prueba de peso». «[El director de Inteligencia Nacional, James] Clapper no puede decir cuándo se extrajo el material del Comité Nacional Demócrata o cuándo fue suministrado a WikiLeaks. Es decir, tiene cero evidencia de ningún ‘hackeo'», apuntó Assange.
El activista australiano destacó que lo más cercano a una prueba “fue un informe público, un metraje de un funcionario ruso hablando en la televisión y diciendo algo sobre lo feliz [que estaba] de que Hillary Clinton hubiera perdido”.
Asimismo, Assange ha confirmado que la fuente de las filtraciones del Comité Nacional Demócrata es un “actor no estatal” y ha hecho hincapié en que la élite demócrata está tratando de socavar la legitimidad de la presidencia de Trump.
La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI, por sus siglas en inglés) publicó el pasado viernes un informe en que se afirma “con gran seguridad que el Departamento Central de Inteligencia ruso (GRU, por sus siglas en ruso) hizo uso de Guccifer 2.0 y DCLeaks.com para hacer públicos los datos obtenidos tras operaciones cibernéticas” y en el que se acusa a esta institución de estar detrás de una presunta injerencia en las elecciones presidenciales de EEUU.
El documento señala que las autoridades rusas han intentado deteriorar la confianza de la sociedad estadounidense en el proceso democrático, así como “menospreciar” a la candidata demócrata, Hillary Clinton, impidiendo que fuera elegida.