Un oficial judicial y un policía suecos tenían previsto acudir este 14 de noviembre de 2016 a la Embajada de Ecuador en Londres para interrogar a Julian Assange, denunciado en 2010 por agresión sexual en el país nórdico.
Assange, fundador de Wikileaks, lleva cuatro años refugiado en la sede diplomática ecuatoriana por temor a ser extraditado y juzgado en Estados Unidos, donde se le acusa de un delito de espionaje.
Los hechos que se le imputan en Suecia, denunciados por dos mujeres y prescritos desde agosto de 2015, ocurrieron en 2010, cuando ambas mujeres consintieron en mantener relaciones con el australiano; posteriormente denunciaron haberse sentido “violadas sin protección” mientras dormían.
“De acuerdo con los términos del convenio de cooperación judicial existente entre Suecia y Ecuador, las preguntas –enviadas de antemano por la fiscalía de Estocolmo a los jueces de Quito- las formulará un fiscal ecuatoriano”, publica el diario francés Le Monde.
También informa de que la oficina del fiscal ha manifestado que podría efectuar un análisis de ADN a Assange y que “en función de los resultados del interrogatorio, decidirá o no inculparle de ‘Violación de menor gravedad’, que puede castigarse con dos a cuatro años de cárcel” y que se refiere a “un acto de corta duración, cometido sin violencia u otro tipo de humillación, pero para el cual no se ha dado consentimiento”.